u n o

317 12 4
                                    

Presiono los nudillos de mis manos entre ellos y hago una mueca de dolor. Mis manos no responden adecuadamente, pero decido que no es de gran importancia porque ha pasado antes.

Me acerco al saco de arena y golpeo una y otra vez haciendo que éste se tambalee de un lado a otro. El dolor se hace acumulativo luego del décimo golpe y me detengo para rodearlo, busco otra zona y vuelvo a golpear, esta vez lo hago de forma constante por más de 30 segundos.

Me retiro y agito mis manos a mis costados. Retiro el vendaje de mi mano izquierda y observo con detenimiento. No hay moretones, sólo dolor. El mismo dolor de los últimos cinco días.

Paso mis brazos por encima de mi cabeza para estirarlos y veo hacia el reloj del salón. Anochece, y yo debo estar en casa para la cena. Calculo que aún tengo unos minutos para realizar un round cronometrado y vuelvo al saco para continuar. Mi terquedad no tiene límite, pero sólo alcanzó a dar un par de golpes antes de que las luces se enciendan de pronto, causando molestia en mis ojos.

- Aquí estás. Y a oscuras. Por qué no me sorprende.

Es mi hermano. Noto que viste unos shorts deportivos y un hoddie que hace ver su cuerpo más grande de lo que ya es. Él se para frente a mí, recordándome lo abrumadora que es y siempre ha sido nuestra diferencia de altura. Mira detrás de mí, hacia el saco de arena y suspira.

- Comienzo a sentir pena por ese saco de arena.

Sonrío un poco y comienzo a mover mis dedos, cerrando y abriendo mis puños un par de veces.

Lo miro por un momento, recordando algo. Recojo mi botella de agua y bebo un sorbo antes de decir algo. - Creí que ibas a estar trabajando hasta tarde. Dejaste en claro que no estarías para la cena.

- Sí, bueno... se supone que el Ministro viajaría esta noche a Hong Kong, pero es su aniversario. Decidió que viajaría mañana y de cualquier forma no nos necesita con él para complacer a su esposa.

Estoy a la mitad de un sorbo y dejo escapar un poco de agua de la botella. Levanto mi puño para golpearlo en el brazo, pero él no se inmuta o se mueve en absoluto. Su hermana no le inspira miedo, precisamente.

- Es hora de irnos, recoge tus cosas. Entrenas demasiado - se levanta y da un par de pasos.

- ¿Quién dice? -suelto y se gira para mirarme con expresión de pocos amigos.

En comparación a cuándo mi entrenamiento comenzó, muchas cosas habían cambiado. Pero algo era seguro; seguía siendo tan obstinada como en aquel entonces. Mi primer año en la agencia de seguridad no fue exactamente el de una principiante promedio cuando mi mayor problema era golpear un saco de arena y conseguir que se moviera.

Sumado a eso, mis superiores tuvieron que lidiar con mucho más que mi incompetencia. Decían que era temeraria, o al menos eso fue lo que los resultados de mi primera prueba arrojaron. Los excesos representaban un gran problema para ellos, sobre todo si provenían de una mujer. Tres años después, conseguí mi primera asignación. Seguía siendo un dolor de cabeza, pero eso dejó de ser un problema al evaluar mi rendimiento en servicio activo.

Mi tercera asignación había concluido hace dos meses y aún estaba obsesionada​ con pasar tiempo entrenando en lugar de hacer una cosa diferente. No sé si estaba tratando de obtener algo, o si ser ambiciosa era parte de mi excesos.

Taejin me sorprende tratando de llegar a mi cabeza con su mano, pero esquivo y bloqueo rápidamente su movimiento. Qué estupidez.
-- Acabas de responder a esa pregunta por tu cuenta. Te espero afuera.

Él sale rápidamente de la sala. Sus piernas son largas, así que sus pasos son como los de un dinosaurio. Empiezo a deshacer los vendajes de mis manos, me levanto y me dirijo a los casilleros para colocarme mi hoodie encima de la ropa de entrenamiento. Recojo mi bolso y salgo de ahí.

Protect Bangtan - YoongiWhere stories live. Discover now