Capítulo XIX: No lo siento.

7.6K 844 29
                                    

Un estruendo se escuchó, Yagura finamente había llegado, dando un portazo deteniendo mi meditación sobre el kotatsu.

―En este preciso instante me dirás que fue lo que vimos ahí y el que hacías siguendome.― se veía furiosa.

―Tenía miedo de lo que pudiese pasar.

―¡Te dije que confiaras en mi sólo esta vez! ¡Sólo te pedí una cosa, Madara! Sólo una...― suspiro cansada, tomando asiento.

―Nunca sabes lo que te puedes encontrar aún en el camino más corto.

―Entonces... ¿Qué se supone que era eso? ¿Por qué te identifico?

―No tengo la más mínima idea, Yagura ya te lo había dicho allá y te lo vuelvo a decir aquí, no sé.― contesté molesto, empezaba a hablar demasiado y eso me fastidiaba.

Sin decir más, se levantó del kotatsu, en dirección al baño.

―¿Ya vas a...?

―Me iré a bañar y a dormir, estoy cansada y lo menos que quiero ahora es seguir discutiendo.

Así, desapareció por el pasillo, dejándome solo en la sala. Finalmente tenía decidido; el día de mañana iría a esa cueva, observaré a esa cosa y si será posible, la investigaré, no es extraño que sepa mi apellido, pero su cuerpo compuesto por chakra es lo que me extraña.

...

Salí del baño finalmente arreglada para dormir, mis piernas estaban cansadas de haber estado caminando todo el día y en ocasiones corriendo. Con cansancio tomé mi lugar en el lado izquierdo del futón frente a la ventana. Esta vez no leería antes de dormir, así que sólo me acosté, relajando mi cuerpo.

Después de un rato la puerta se abre, entrando Madara ya bañado y listo para dormir, se acostó a mi lado, mirando el techo. Sin querer hablar con él; giré mi cuerpo hacia la ventana, dándole la espalda.

―¿Seguiras molesta?

Sin responder, me mantuve de la misma forma, no quería molestarme más. Cerré los ojos, intentando buscar el sueño.

―Bien.

Pareció entender mi silencio, acostándose sin importarle. A pesar de todo, Madara no dejaría su orgullo, lo conozco, y por más que vallamos a pelear sé y estoy segura, del que nunca se retractará de nada y mucho menos pedirá algún tipo de perdón y eso me enfurece, porque a pesar de yo ser igual, le he pedido perdón acerca de todo lo que dicho y hecho, mi orgullo cayó pero me hizo entender mis sentimientos hacia él, me di cuenta de lo que había estado haciendo.

Mis ojos estaban cristalizados, después de estar pensando no me había dado cuenta del que me estaba afectando. Me estaba dejando influenciar demasiado por mis sentimientos, como una mujer débil. No quería llorar, no con Madara a mi lado, se daría cuenta y el poco orgullo que tenia se iría, así que tapé mi boca, evitando que algún sollozo saliese.

Sentí como las grandes manos de Madara tomaban mi cintura, acercándose a mí, abrazandome a su cuerpo, pero reacia no voltearía, aun en mi posición.

―Lo siento...― murmuró, para después besar mi descubierto hombro.― Pero no tienes porque llorar.

―Madara eso no... sonó sincero.

―No siento que deba disculparme, no creo que preocuparme por ti, que por intentar protegerte deba pedir perdón.

―Entiende que ese no es el problema...

―Te considero una mujer fuerte, pero siempre hay alguien que lo es aún más.

Sabía a lo que Madara se refería, el estaba consciente de que no era el hombre más fuerte del mundo, que sólo había uno que lo superaba.

―Hashirama...

―Él es mi límite, al igual que el de todo el mundo. Es conocido con el dios ninja, invencible pero vulnerable.

―¿Vulnerable?

―Es demasiado bueno, tiene un corazón tan grande que cualquier persona para él puede ser una debilidad.

―A él siempre le a gustado ayudar.

―Esa siempre ha sido nuestra diferencia.

―¿Tu no sientes empatía?

―Uno no puede sentir empatia durante una pelea cuando sabes que posiblemente tu oponente muera.

Su voz sonaba seca, parecía haber recordado algo, quitó sus manos de mi cintura, acostándose boca arriba. Esta vez de igual manera me acosté, mirando el techo, con una de mis manos tomé una suya, ya no me sentía enojada, él había aceptado estar preocupado, no quería que nada me hubiese pasado y es algo que agradezco, que me cuide.

―Gracias, Madara...

―¿Ya no estas enojada?― preguntó, mirándome atentamente.

―Lo hiciste porque te preocupaste y creo... Que para el gran Uchiha Madara eso debe ser vergonzoso.― correspondí su mirada con una sonrisa divertida.

―Si lo dices de esa forma, suena preocupante para mi.

―Nunca creí llegar a encontrarme en esta situación...

―¿Situación?

―Nunca creí compartir nada contigo, un almuerzo, un entrenamiento, mucho menos una vida...

―Recordemos que esto inicio como una mentira.

―Madara, para mi esto dejo de serlo cuando entendí lo que tu sentías.― susurré, dándole una cálida mirada.

-Pues para mi dejaste de ser una niña, eres una mujer ante mis ojos, Yagura...

Volteé mi cuerpo hacia él, abrazando su torso y colocando mi cabeza en su pecho. Madara acariciaba mi cabello.

-Buenas noches.- murmuré antes de caer dormida.

--------------------------------------------

Gracias por leer y votar!

-Nova.

El Verdadero Sentimiento Uchiha | Madara Uchiha |Where stories live. Discover now