Capítulo XVII: Te amo.

8.4K 934 366
                                    

Miré con nerviosismo la puerta, sabía que entrando debería decirle a Madara acerca de la que tenía pensado hacer, aunque quizás la actitud que tome contra Goro sea peor. Sin pensarlo más abrí la puerta, encontrándome con un Madara serio sentado en el kotatsu, junto a un pergamino que tenia en manos.

―¿Tu no te puedes quedar quieta, cierto? Siempre tienes que conseguir lo que quieres.― habló sin mirarme, aun con sus ojos puestos en el pergamino.

―¿Cómo te enteraste?― pregunté nerviosa, sabiendo su respuesta.

―Goro envió un mensaje para ti, diciendo a que hora se irían, a que hora debes llegar... ¿Por qué tu segunda opción fue Goro?

Está vez me miró atentamente, dejando el pergamino en la mesa. Tomé asiento frente suya.

―Porque estaba segura de que nadie más me iba a apoyar.

―¿En serio? Y te fuiste en busca del hombre que está enamorado de ti, sabias que no te podía decir que no.

―¿De qué estás hablando? Goro-san ha decidido ayudarme por mi mérito, se lo he pedido correctamente.― dije molesta por su actitud.

―¿Por tu mérito? Ese hombre lo único que ha buscado es a ti, ¿Porqué el clan Hyuga pediría una boda de la nada? ¿Porqué en el momento que el sería el líder de clan?

―¿No crees que hubiese insistido?

―¿Y perder todos los beneficios de la unión con la aldea? Quizás estaba desesperado, pero no loco, su clan nunca se lo hubiese perdonado.

―Pero...

―¿Ya estas entendiendo?

―Él ha sido muy amable conmigo.

―¿Y porqué no lo seria?― Pauso, mirándome con preocupación.― Eres una mujer hermosa, Yagura, cualquier hombre te desearía a su lado.― finalizó con un suspiro.

Miré a Madara con una sonrisa, sentía mi rostro caliente, después de todo, sabía que el me quería y me protegería en cualquier situación en la que estuviese. Gateé hasta su lado, abrazando su cuello. Después de un momento me separé, mirando su rostro confundido.

―Gracias por decirme hermosa, es lo más lindo que me haz dicho.

―¿Irás?― preguntó, tomando mi mano, la cual se encontraba en su pecho.

―No le puedo fallar, pero me gustaría, ir a alguna contigo...

―Esta bien, después de la boda buscaré algo apropiado, pero... prométeme una cosa.

―La que sea.

―Manten tu distancia.

―No sería capaz de ver a Goro-san de esa forma, Madara.― dije al tomar su mejilla, acariciando esta con suavidad.

―Si haz sido capaz de aceptarme después de todos estos años, siempre existe ese 1%.― tomó mi mano, acercándose, pasando su refinada nariz por mi cuello, causando una agradable sensación en mi.

―Aquí dice que sales mañana a las 6 am, quiero que te cuides, debes estar atenta a todo y...

―Lo sé, Madara, tranquilo, confía en mi... Aunque sea sólo esta vez.― interrumpí, tomando su rostro entre mis manos, me levanté de su lado, extendiendo mi mano hacia él.― Vamos a dormir.

―Es temprano todavía...

―Me gustaría estar en cama junto a mi prometido ¿Es mucho pedir?

―No lo es.

Tomó mi mano, acariciando mi dorso, lo jale hasta la habitación, ambos nos acostamos, mirando el techo, sintiendo como la fría noche avanzaba a través de la ventana, coloque mi cabeza sobre el pecho de Madara, mirando a la luna en su etapa cuarto menguante.

―Yagura...― Llamó Madara en un susurro.

―¿Mhm?― Giré mi rostro para mirarlo.

Sentí como sus manos tomaron mi cintura, acariciando lentamente, su respiración cada vez más cercana, nuestros labios unidos, sintiendo el suave tacto que tanto ansiaba probar después de un tiempo, los movía con cuidado, de manera sincronizada, sus manos pasaron a mi espalda, mientras yo acariciaba su pecho. Nos separamos después de unos segundos, ambos observando el uno al otro.

―No sé en que momento caí ante ti.

Sin decir nada, nuevamente me besó, con sorpresa correspondí sin pensarlo, tomé su cuello, profundizando el tacto, nos separamos levemente, nuestros labios eran unidos por un delgado hilo de saliva.

―Sé mía.― murmuró Madara sobre mis labios.

―Seré tuya.― respondí para nuevamente besarlo.

Con delicadeza subió encima mía, sus besos pasaron a mi cuello, esas sensaciones regresaron, haciéndome desear a Madara como nunca lo había llegado a hacer, sus caricias, sus palabras, todo tan real.

―Madara...― murmuré en un leve jadeo.

―Dime.― susurró sobre mi cuello, acariciando aún mi cintura.

―Te amo.

Madara se separó de mi cuello, mirándome sorprendido, parecía no creer mis palabras, tomó una de mis mejillas, acariciando esta, su sorpresa pasó a ternura, quien diría que un hombre como él, miraría así a una mujer como yo.

―Yo también te amo, Yagura.― dijo, para después besarme.

Me dejé llevar, estaba segura que a partir de ahora, Madara sería con quien pasaría mi vida, porque aunque esto haya iniciado siendo una mentira, ahora no era más que una realidad.

Esta demás decir, lo que pasó esa noche.

--------------------------------------------

Gracias por leer y votar!

-Nova.

El Verdadero Sentimiento Uchiha | Madara Uchiha |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora