noveno halloween

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"Feeling stuck, set him free. Running out of luck (...) First time he kissed a boy he had never never loved"
noveno halloween junto a Maks

Recuérdame.

Recuerda los morados de mis rodillas tras aquel último Halloween. Recuerda mis gritos a la hora muerta, cuando me daba cuenta de que todo había muerto junto a nuestra inocencia. Recuerda todo el dolor, pero Maks, por favor: recuerda como te hacía sentir con solo tocarte la mano a los seis años.

Este Halloween llovía, me resguardaba de la lluvia bajo el árbol que vio nuestro último momento junto, el maquillaje de esqueleto que llevaba estaba todo corrido y mi padre me observaba desde la ventana; planeando cómo pegarme al llegar a casa. Saliste de casa bajo un paraguas y sonreíste con aquella sonrisa afilada y falsa mientras tenías bajo tus hombros a una chica.

¿Recuerdas cuando de pequeños jugando a los superhéroes nos caíamos y nos poníamos tiritas de My Little Ponny porque no habían otras?
Cuando nos las queríamos quitar lo hacíamos rápidamente para intentar que no doliese. Yo te miré —a ti y a la chica— rápidamente pero dolió igual. Dolió más que las palabras o miradas que me dabas, más que las manos de mi padre sobre mi cuerpo o los llantos de mi madre cuando llega la noche. Dolió tanto que ni la lluvia purificó, dolió porque no éramos tú y yo.

Te miré y vi la sed de venganza en tus ojos mientras caminabas disfrazado de esqueleto —coincidimos aquel Halloween— bajo el paraguas y arropando entre tus brazos a aquella chica.

¿Te vienes con el grupo Ashy-Ashy? —La chica río y ocultó su cara en la curva de tu cuello— Iremos a algún descampado.

No.

Te fuiste sin dar ninguna mirada atrás, sin percatarte de mi dolor. Sin percatarte de que me derrumbé en el tronco del árbol completamente empapado y roto.

Te quería.

Había tardado milenios en darme cuenta de que lo hacía, te quería tanto que incluso te había roto por dentro, como los verdaderos amores hacen.
Con el sonido de la lluvia me di cuenta de que probablemente no me querías, de que probablemente nadie me podía llegar a amarme alguna vez. Pero tal vez la vida no se trata de ser amado por alguien: es de demostrarle a ese alguien al que amas que vale la pena. Que vale la pena quererse. ¿Pero de qué sirve? ¿De qué serviría demostrarte que valía la pena perdonarme, si cuando tus amigos llegasen me humillarías? ¿Por qué siquiera existía un mundo en el que tú y yo hubiésemos coincidido?

Maks, me estabas matando —me estás matando—, matando de dolor.
El aire había empezado a faltarme, las lágrimas me inundaban y mis puños le daban al árbol y ahí, en ese momento justo del treinta y uno, con sangre por mis nudillos, me di cuenta Maks de que no eras mi vecino o mi enemigo o mi asesino de alma y corazón, el raro gay o el enfermo. Eras mi mundo. Me sentía atrapado en la caída, en la caída a la tristeza.

Maks no sé ni cómo lo hice pero me liberé y corrí. Corrí por todos los descampados, hasta que te vi con tus amigos. Millones de chicas a tu alrededor y aun así conseguiste verme por el rabillo del ojo. Corrí hacia la parte de atrás del descampado, donde había una pequeña casa abandonada y me senté ahí. Ibas a venir, tenías que hacerlo.

No sé cómo conseguí un mechero y un cigarrillo pero si sé que aquel día me fumé mi primer cigarrillo. Tosí como un maldito condenado tras mi primera calada y luego llegaste tú. Viste mis ojos hinchados, mis puños con sangre y mis lágrimas —que hacían que el maquillaje se corriese— y tan solo te sentaste a mi lado derecho y te sacaste tu propio cigarrillo.

En el silencio del Halloween nuestros muslos comenzaron a rozarse, la sensación de mis vellos erizados todavía sigue presente en mis recuerdos. Terminaste tu cigarrillo tiempo después de yo haberlo hecho y apoyaste tu mano en mi muslo. Y entonces, la primera vez que besé a un chico mi corazón ardió, el dolor se esfumó y el pasado no existió.

Mi boca no se ha callado sobre ti desde que la besaste. La idea de que me beses otra vez sigue en mi cabeza, la cual no ha dejado de pensar en ti desde antes de cualquier beso Maks.

Asher.

scared » gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora