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Capitulo 4

JM— ¡Suzy!— grita sobresaltado y se acerca rápidamente a inspeccionarla

SZ— Te dije que te fueras...— habla ella apenas con vos ronca.

JM— ¿Qué hiciste? ¿Suzy? Suzy mírame.— su preocupación crece y su cuerpo se estremece al máximo. Entonces descubre algo realmente perturbador. Un frasco de pastillas con poco contenido dentro, todo está esparcido por el suelo y la otra parte dentro de su boca. Él inmediatamente decide quitarle de manera brusca todo el contenido de su boca, metiendo sus dedos dentro de ella en contra de su voluntad, por más que ella se negara, él no se rinde hasta quitar la última pastilla y hacer que ella regurgitara.

SZ— ¡Maldito!— grita furiosa recuperando el aliento, limpiando el ácido asqueroso y nauseabundo de sus labios. Una vez termina, empuja a un lado a Jimin y se pone de pie. — ¡¿Qué crees que estás haciendo?!— lo regaña.

JM— !¿Qué demonios tratabas de hacer?¡ — responde de la misma manera.

Suzy observa a su alrededor detenidamente, y ve a los criados chismosos, a su madre y los amigos de Jimin.

SZ — ¿Qué hacen todos mirándome? ¿Quién les dio permiso de poder entrar? ¡Salgan! ¡Váyanse todos de mi habitación!— toma una botella de ron con la intención de tirárselos a los criados pero Jimin la detiene inmediatamente y se lo quita de manera tosca. Ella quiere volver a tomarlo pero él nuevamente se lo impide, lo cual le molesta mucho y la descontrola. Jimin trata de tranquilizarla una vez la tiene presa entre sus brazos:

SZ— !No¡ ¡Déjame! — grita ella descontrolada con voz ronca y desgastada, claramente embriagada.

JM— ¡Ya basta! — la sostiene fuertemente entre sus brazos.

SZ— ¡Maldición, SUELTAME!— Se agita de un lado a otro, golpeándolo innumerables. Tratando de liberarse desquiciadamente de él.

JM— ¡Tranquilízate! ¡Suzy!

SZ— ¡No! ¡No me toques, idiota! ¡Suéltame!

JM— ¡Ya!

Jimin ya colmado de paciencia la deja caer provocando un golpe en seco. Ella comienza a sollozar tendida sobre el suelo, y su madre junto a Jin intervienen repentinamente para ayudarla, pero Suzy se niega a recibir ayuda, haciéndolos a un lado. De pronto, con la mirada llena de dolor y lágrimas se gira hacia Jimin, quien la observa sin expresión por unos segundos, pero luego sus facciones se retraen. Él la examina detenidamente con la mirada, observa toda la sangre sobre sus prendas y no puede evitar sentirse culpable por ella:

— ¿Qué demonios te pasa Jimin?— grita la madre de Suzy furiosa por lastimar a su hija. — Ella está en un estado delicado y tú te atreves a ...

SZ — ¡Basta! Cierra la boca. Sal, vete madre. ¡Salgan todos! — Habla molesta de repente, obligando a su madre y a todos ahí presentes a salir de su habitación, menos Jimin, quien apenas la puerta se cierra detrás de ellos se atreve a cuestionarla y regañarla:

JM — ¿Qué sucede contigo? Solo mírate ¡¿Qué demonios te pasa?!— grita él furioso y tosco.

SZ — ¡Yo no te pedí que vinieras!

JM — ¡Eso no depende de ti! ¡Maldición Suzy! Mira lo que hiciste.

SZ — Quiero que te vayas ¡Ya basta! Deja de sentir lastima por mí. Deja de mirarme así. Deja de venir aquí, ya no hay nada que nos una. ¡Vete!

JM — ¡¿Y cómo quieres que me sienta?! Cuando se perfectamente porque mierda haces todo esto. Mira lo que hiciste con tus manos, con tu cuerpo y tu rostro. ¡Dios! ¡Quisiste matarte, estás loca!

Suzy siente como su corazón se contrae al escucharlo. Verlo de esa manera le es como tocar al fuego y dejar que sus manos ardan:

SZ — ¿Por qué vienes aquí sí solo te causa más pesar verme? ¿Quieres castigarte O tal vez solo vienes a evitar a que yo cometa una locura para no sentirte más miserable después?

JM — Deja de decir estupideces.

SZ — ¡Es la verdad! Te conozco muy bien Jimin. Solo piensas en ti mismo. No quieres cargar con mi muerte luego de ya haber perdido a nuestro hijo.

JM — Cierra tu maldita boca. ¡No lo menciones más!

SZ — Entonces vete. Déjame tranquila ¿Por qué sigues regresando? ¡¿No te das cuenta!? Ahora eres libre, libre de mí. Ya no seré mas un obstáculo en tu vida. ¡LARGO!

JM — Entiende maldita sea que ¡NO ME IRE!

SZ — Si es por la culpa, no te preocupes, olvídalo. No te odio o llegare a odiarte por lo que paso, no te culpo por eso... Así que vete, ¡Coge la puerta Y VETE!

JM — ¿Para qué? ¿Para que de nuevo hagas toda esta mierda? Si tú dejaras de comportarte de esta manera yo no estaría aquí.

SZ — ¡No quiero verte ni oírte más! ¡Maldición Jimin! ¡Ve a acostarte y calentarte con la primera perra que se te cruza por delante, con una de tus putas esclavas! ¡Vete!— lo empuja y golpea con fuerza repetidas veces contra su pecho. — ¡No quiero verte!— grita entre lágrimas de dolor, entonces él toma sus manos y la detiene, la observa fijamente obligándola a ella también mirarlo a los ojos, tan intensos y penetrantes, que reflejan enojo pero también dolor, tiene la mandíbula apretada y el rostro enrojecido, está furioso, pero de repente él tomándola desprevenida la acorrala entre sus brazos apoyándola contra su agitado pecho. —! No ¡¡no, no, suéltame! — pide ella pero él hace caso omiso y la estrecha más contra él. —Por favor... déjame... — pide una vez ya rendida ante los fuertes brazos de Jimin, entonces él responde para su sorpresa,

JM — No me iré. No pienso dejarte sola. No volveré a cometer el mismo error.

SZ — Jimin...

Él se acerca repentinamente hacia ella, tomándola por sorpresa, pega su boca contra la suya. Ella intenta negarse y retroceder, pero él hunde más sus carnosos y húmedos labios, los mueve con fuerza sobre los de ella, la toma de las mejillas con ambas manos, haciendo más profundo el beso. No es hasta que ella deja de resistirse cuando él deja de forzarla. Sus labios se mueven juntos, mientras sus lenguas chocan y juegan una con la otra. Entre leves empujones él logra acorralarla contra el borde de la cama, donde ella cae y él se posa sobre ella sin aplastarla. Al cabo de unos segundos del intenso beso, él ya muy agitado con la respiración entrecortada, decide darse y a ella también un suspiro:

JM — Si, tienes razón, no quiero cargar también con tu muerte, porque si algo llegara a sucederte no sería capaz de perdonármelo. Estuve a punto de perderte una vez, no quiero que vuelva a pasar, no quiero perderte a ti también. No quiero volver a sentir ese dolor. Sentí como si estuviera en el infierno en tu ausencia, mientras el fuego me consumía. Suzy perdóname. Por favor no hagas más esto. Deja de lastimarte.

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