Explicaciones y regaños

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Ahora que lo pienso, Daryl dijo que tenía una cita con Rosita, pero él está con mamá... cuando llegue me dará una muy buena explicación.

[...]

Han pasado horas y aún no regresan... hablé muy pronto.

Acaban de llegar en un auto y se los nota cansados.

-¡TÚ! -le grité a Daryl cuando estuve lo suficientemente cerca como para que me escuche-. Vas a venir conmigo y vamos a hablar seriamente.

Nos sentamos en el pórtico de la casa de Rick, mientras él observaba la luna yo lo miraba, noté que sus ojos se iban cristalizando de a poco.

-Daryl... -murmuré. Él me miró-. ¿Por qué dijiste que tenías una cita con Rosita si estás con mamá?

Un sollozo ronco se le escapó.

-Sophia... tu madre... ella besó a Tobin.

Me sorprendí. ¿Mi madre... Carol Peletier había besado a otro hombre?

La rabia me consumió. Sin decirle absolutamente nada a Daryl, corrí hacia la casa de mi madre, Sí, de mi madre, a partir de hoy dejaba de ser mi casa.

Una vez allí subí a mi habitación y comencé a guardar toda mi ropa en una mochila. Tocaron la puerta.

-Pase.

La puerta se abrió dejando ver a mamá con un aspecto temeroso.

-¿Sophia, qué haces? -me preguntó con la voz quebrada.

-Me voy - dije sin rodeos-. No entiendo para qué compartir casa con una mujer cuyo marido le entregó todo y ella le paga besándose con un simple arquitecto que encontró por ahí (morí de risa escribiendo esa parte).

-¿Qué... cómo sabes eso? -preguntó con miedo a lo que pudiera responder.

-¿Acaso importa? -no dejé que respondiera-. Porque al parecer no importó cuando lo besaste, no te importó Daryl, no te importó Owen, no te importé yo...

-Sophia, puedo explicarlo, yo...

-No, no es necesario que digas nada. Me largo -dije y salí golpeándole levemente el hombro.

Bajé las escaleras, un escalón por cada sollozo de mi madre, pero lo cierto es que se lo merecía. Recuerdo bien que Daryl no era una persona de mostrar sus sentimientos, y cuando por fin lo hizo, ella se buscó a otro hombre.

[...]

-¿Cómo estuvo tu día? -le pregunté a Carl que estaba descansando en el sofá de la sala.

Yo ya me había instalado en una de las habitaciones sobrantes y ahora bajé a servirme un vaso de agua y a hablar con Carl.

-Encontramos a un hombre.. habíamos conseguido un camión lleno de provisiones, pero él lo arruinó todo, tiró el camión a un lago y este se hundió.

-¿Quién es ese hombre? -pregunté tomando un largo trago de agua.

-Paul Rovia, pero sus amigos lo llaman 'Jesús'.

Escupí toda el agua a causa de la ridiculez que acababa de oír.

-¡No jodas! ¿En serio se hace llamar Jesús?

-Sí, por lo que oí, es su apodo.

-Oh, de acuerdo.

Nuestras manos se entrelazaron involuntariamente y volteé a verlo con una sonrisa, al igual que él.

Me besó lenta pero dulcemente, como si fuera nuestro primer beso.

El beso se tornó más apasionado.

[...]

Desperté y sonreí involuntariamente, recordando el beso de anoche. Aquel beso en el que nos demostramos todo el amor que sentíamos el uno por el otro. Carl me sujetaba de la cintura, como si nunca quisiera dejarme ir.

-Carl... Carl -un susurro me hizo despertar completamente y creo que a Carl también, ya que rápidamente me soltó y se levantó, apuntando al sujeto con un arma.

Yo lo imité, pero me cubrí con la sábana, ya que no quería que un desconocido me viera en ropa de cama.

-¿Qué quieres? -masculló Carl.

-Tenemos que hablar -dijo él.

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Two Years Later - Carl Grimes y Sophia Peletier   [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now