Capitulo 14 "Verdad sin creer"

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Nuestra única preocupación debería ser la resaca que se supone deberíamos a ver tenido, digo después de una fiesta tan alcoholizada como la de la noche anterior. Pero algunos detalles influyeron para que no existiera ningún tipo de malestar, aunque mas que hablar por mi lo hago por Anahi que en todo caso es la que dicho por ella misma no esta acostumbrada a tomar mucho y en mi, que se puede decir de mi, nada la verdad porque ya en muchas oportunidades he repetido que soy inmune a ese tipo de cosas. No pretendo desviarme del tema, así que volviendo a lo que estaba intento mirar posibles panoramas quizás esos, que en algún lugar de mi cerebro se vieron creados por la conciencia sin igual y desnaturalizada que poseo, la verdad no era otra que un despertar lleno de besos y caricias mas sin embargo los ánimos estaban un poco bajos como para, bueno no quiero profundizar en el tema. Lo que si me gustaría enfatizar fue como quedo mi casa después de la pasada celebración, mejor dicho era como si una estampida de elefantes hubiera pasado por allí, un cóctel de aromas se paseaba desde la sala hasta la cocina y desde la cocina hasta la salida, no podía darme el lujo de limpiar ni ordenar primero porque no quería hacerlo como los mortales ya que terminaría el siglo que viene y segundo porque se supone que mi pelirroja amiga debería ayudarme, claro si algún día aparece, pues cabe destacar que no había rastro de su silueta.


Almorcé en casa de la familia Puente, la rubia me invito después que termine de ducharme y aunque fue algo rápido siempre es bueno platicar con el señor Enrique era bastante culto en algunos temas. La rubia estaba sumergida en el baño, incluso la escuche sollozar cuando las gotas de agua comenzaban a deslizarse en su cuerpo, por un momento me desconcerté pero di un salto hacia atrás para recordar no solo la pelea con Maite sino también la cachetada que me propino. Algo se me tenia que ocurrir para que ellas dos se reconciliaran no puedo creer que esa amistad se vaya a romper por mi, así que anoto en una lista mental el hablar con la pelinegra mientras tanto lo único que podía hacer era intentar subir el animo de Anahi por lo tanto la invite a subir en mi coche y partimos hasta la autopista principal, el camino ya me lo sabia de memoria, ella no pronunciaba palabra su mirada se mantenía perdida a través del cristal casi como se encontraba la mía aquel día que me deje guiar por ella misma sin hacer algún tipo de pregunta, me desvíe del camino y estacione el coche cuando ya eran mas de las cinco de la tarde. Distinguí una ligera sonrisa, sabía que su cerebro había reconocido el lugar, me baje y la invite a bajarse pero en esta oportunidad no le dije que descendiéramos por las rocas sino más bien quería que apreciáramos la playa desde allí, sentadas, unidas de la mano, disfrutando su perfume, consolando su tristeza.


Comenzaba a tararear una canción, mientras yo disfrutaba de la melodía. Recostó su cabeza de mi hombro y sutilmente visualizo nuestras manos unidas.


Crees que actúe mal con Maite? Es decir me comporte como la peor amiga del mundo, cierto- Dijo en un susurro


Por supuesto que no, pienso que no tuviste oportunidad de ser del todo sincera -Alego- Estabas en una situación difícil, digo como dijiste que ella, lo único que hacia era hablar maravillas de mi- Afirmo


No quiero perder su amistad, pero tampoco te quiero perder a ti- Dejo un beso en la mano de Dulce


-Sonríe- Ya veras que todo se va arreglar, la amistad es así, no todo es felicidad y siempre te pone a prueba. Piensa que esto es una de tantas.. –Acoto- Pero la idea es que cambies de ánimos, así que porque no cambiamos el tema –Sugirió Dulce

Eternas (Portiñon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora