Capitulo 8 "Visita Sorpresa"

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Pasaban alrededor de las cuatro de la tarde, cuando aun no había salido de mi habitación estaba sumergida en mi mundo, uno en el cual solo mis manos eran las protagonistas. Practicaba lo que para mis ojos era el mejor de los pasatiempos que tenia no podía ser otro que pintar, en mi mano izquierda se mantenía la paleta que dejaba a la luz la gran variedad de colores y contrastes que yo misma había creado, mientras que en mi mano derecha de una manera firme y segura tenia el pincel, el cual me servia como guía de todos aquellos pensamientos que en su gran mayoría recorrían mi cerebro sin descanso alguno. El lienzo que estaba frente a mi antes totalmente blanco ahora era victima de la única inspiración que adornaba todas las horas que tiene un día entero, Anahi Puente es que no podía ser otra que ella, no existía otra persona la cual logre impactarme tanto.


A tempranas horas de la mañana tiempo después de ducharme e ir a desayunar le comente lo sucedido la noche anterior a Effy la cual se emociono tanto como yo por la pequeña salida quizás improvisada, minutos después me despedí de la misma dejándole un beso en su mejilla haciéndole prometer que ella haría todo lo posible para que yo Dulce María pudiera disfrutar de nuevo de la presencia de la rubia. La señora Stacey me dejo saber que saldría a su casa en busca de ropa, pues desde la perdida de mis padres y por la promesa que ella misma le hizo a mis progenitores no abandonaría mi casa quería asegurarse de mi integridad física, aunque la verdad creo que ella sabia mas de lo que su boca decía lo podía percibir al ni siquiera permitirme tocar su mano. No se puede negar la inteligencia que posee, ella misma me enseño a darle rienda suelta al poder que semanas atrás no lograba controlar.


Entre cada pincelada no solo reflejaba lo mejor de mi, sino también recordaba como tan solo horas atrás la vecina dejándose llevar por el alcohol que recorría su sangre cantaba a todo pulmón mientras caminaba de un lado hacia el otro intentando mantener el equilibrio. El motor de varios coches al frente de mi casa me hacen detenerme y extrañada miro a través de la ventana, en mi rostro se puede percibir una sorpresa absoluta y no puede ser para menos pues mis ojos son testigo de cómo se termina de estacionar el coche de Effy y también el de Cristóbal, detallo como algunos rostros desconocidos se hacen presente cada vez que se bajan de los autos y como todos en respectivo orden caminan directo hasta mi casa.



Dulceeeee!!!!! Ya estoy en casa, ven tenemos visita –Gritan después de abrir la puerta principal


Escucho la voz de Effy y de manera inmediata abro un baúl de tamaño medio que se encuentra aun lado de mi cama y sin el mayor cuidado posible dejo caer allí la paleta y el pincel para luego cerrarlo, me dirijo hacia el baño y después de abrir la llave comienzo a lavar mis manos para así borrar los restos de pinturas que pudieron quedar en ellas. Tomo una toalla blanca y seco la posible humedad que quedo en las mismas y por ultimo verifico la vestimenta que tengo puesta, una camisa oscura un poco ajustada acompañado de un jeans. Al salir de mi habitación percibo la gran cantidad de olores que ahora son parte de la casa, camino hasta las escaleras he intentando actuar natural ignorando los posibles aromas bajo hasta llegar al primer piso. Lo primero que veo es el rostro visiblemente emocionado de Effy y sonriente la saludo como siempre dejándole un ligero beso en la mejilla, ella me toma por el brazo derecho y me guía hasta llegar a la sala y es allí donde logro divisar algunos rostros no tan conocidos.


Bueno chicos, esta es Dulce María la dueña de esta casa, mi mejor amiga y la misma que se desmayo aquel día que pretendía presentárselas- Indica Effy sonriente

Eternas (Portiñon)Where stories live. Discover now