20. "Su pequeño secreto"

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1 semana después...

Kennedy guardó su teléfono móvil en su bolsa de deporte y suspiró.

Hoy había tenido su primer partido en torno al torneo de tennis al que sus padres le habían recomendado participar. Había jugado contra Dave Heart y había ganado por varios sets de ventaja.

Unos martillazos y máquinas como taladros se escucharon en el piso de arriba.

-Ya volvieron los obreros. -Justin dejó las llaves de su ferrari en la cómoda. Había ido a recoger a Kennedy del partido ya que sus padres se encontraban en una reunión discográfica en Ontario.

Como siempre.

-Iré a darme una ducha. -dijo Kennedy y subió las escaleras.

-¿Tenéis helado? -elevó la voz Justin desde la cocina.

Kennedy se detuvo a mitad de camino y enarcó una ceja.

-Estamos a mediados de Diciembre.

-Me apetece. -se encogió de hombros-¿Tenéis o tendré que mover mi culo perezoso hasta el teléfono y conformarme con una pizza?

Kennedy sacudió la cabeza y retomó su camino-Hay en el congelador.

-¡Gracias! Ahora pediré una pizza, ¿quieres?

Kennedy se agarró a la barandilla y negando con la cabeza sonrió inconscientemente. No sabía como con todo lo que comía Justin estaba tan delgado. Se debía a que hacía pesas y iba al gimnasio. Tenía unos músculos bastante grandes.

Entró a su cuarto y lanzó la mochila con todo el equipo por un lado de la gran habitación.

Corrió al baño y abrió el grifo. Deshizo su coleta y se despojó de su ropa para entrar a la ducha.

Dejó que el agua caliente se escurriera sobre su espalda y cerró los ojos. La humedad de el cuarto de baño le relajaba y si ella quisiera -o si el recibo del agua no fuera tan caro- se pasaría allí todo el día.

Pasaron quince minutos y salió. Se vistió rápidamente con una camiseta de tirantes blanca y un pantalón de chándal gris. Hizo una coleta en lo alto de su morena cabellera y dejó parte del pelo sin agarrar.

Fue al salón y se dejó caer en el sofá.

-Estoy molida -se quejó.

-Obviamente. ¿Viste la bola esa que lanzaste que casi hace caer de culo a tu contrincante? Creo que fue lo mejor de la tarde. -rió Justin en la cocina.

-Son años de práctica.

-Tus padres decían que estuviste un tiempo inactiva en el deporte. -dijo el ojimiel, después de un silencio-¿Qué te ocurrió?

Kennedy tragó saliva y se sentó en el sofá como un indio. Odiaba hablar de eso, ya que cada vez que siquiera lo intentaba sentía que la gente la juzgaba. Contarlo le parecía perder su dignidad a un nivel inferior al de el accidente que tuvo. Sería como volver a revivirlo escena por escena, movimiento por movimiento. La hacía sentir igual de fracasada como se sintió en el campo.

-Simplemente tuve un descanso... -murmuró.

-No suena a eso.

-Bueno, pues es lo que es. De todas formas, ¿qué tiene de malo dárselo? Todos los deportistas lo hacen.

-No de cuatro años.

-Empecé a interesarme en otras cosas. -mintió y Kennedy se preguntó el por qué estaba respondiendo el estúpido interrogatorio de Justin.

Different | JarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora