Libre del Destino

Un tour por la Academia, y por los secretos del Universo

Aterrizamos suavemente delante de la puerta abierta coloreada en 6 colores diferentes, supuse que cada uno para un elemento. Desde fuera parecía un sitio muy barroco, se veía a la Academia alzarse sobre todo lo demás, debía de tener al menos 4 plantas, era colosal.

-Este es el edificio central de la Academia, donde se dan las clases y algunos otros eventos, pero la Academia se extiende por toda la isla, las casas y mansiones que vimos desde arriba antes son las viviendas de los alumnos e instructores.-dijo Mark.

Era raro, su voz seguía siendo la misma pero su acento americano desapareció. Intrigado le pregunté:

-¿Qué le ha pasado a tu acento?

El pyren se empezó a reír como si hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo y me respondió:

-La barrera que rodea a la Academia hace más que protegernos, dentro, gracias a las habilidades letianas del fundador y sus sucesores podemos hablar el idioma que queramos pues nos seguiremos entendiendo. Es uno de los efectos de la luz y de sus elementalistas, los letos, provee claridad y entendimiento a la mente, ya lo aprenderás, los elementos no tratan sólo sobre la energía y la materia, afectan al comportamiento, a la conciencia, hay muchas cosas que podemos hacer.

-Ya veo.

Después de su explicación seguimos avanzando hacia el edificio pero no podía ver a nadie más. Lo rodeaba un bonito jardín con fuentes, árboles y arbustos, parecía un sitio muy apacible. Ahora delante de nosotros había una puerta de madera blanca que daba al interior del edificio. Jerry se retiró a quién sabe donde con mi maleta mientras que Mark se apresuró a abrir la puerta con total seguridad. Por dentro la Academia parecía aún más como un palacio. El suelo era de color rojo oscuro mientras que las paredes eran de color azul marino y estaban cubiertas por multitud de retratos de personas con vestimentas de diferentes épocas, supuse que eran elementalistas que pasaron a la fama. Bajo el techo abovedado había un candelabro bastante grande encima de una estatua de un hombre viejo que no tenía ni idea de quién era pero en el pedestal sobre el que estaba la estatua ponía: ''El director Mavis Dreyar''. Tenía una postura muy solemne, tenía el pelo largo, llevaba una larga túnica, un bastón en una mano y un libro en otra.

Mark se dio cuenta de que estaba mirando la estatua y me dijo:

-Pronto le conocerás.

En el gran vestíbulo en el que nos encontrábamos había muchas puertas y un gran pasillo justo enfrente, detrás de la gran estatua. Parecía muy fácil perderse en aquel sitio. Avanzamos a través del gran pasillo hasta llegar a un gran salón casi igual que el vestíbulo por el que vinimos, solo que era mucho más espacioso y conectaba con muchas escaleras que llevaban a otros pasillos de otros pisos. Mark y yo subimos unas escaleras y atravesamos un pasillo solo para llegar a otra escalera de caracol que llevaba a la punta más alta de una torre de la Academia. Por fin llegamos delante de una puerta dorada que había en lo más alto de la torre.

-Bueno, aquí te tengo que dejar solo, te toca hablar con el director, tranquilo, es muy majo.-dijo mi acompañante y enseguida bajó las escaleras a seguir con su vida. Yo me quedé un rato delante de la puerta hasta que por fin me decidí a llamar. Dentro oí una voz decir ''Adelante''. Abrí la puerta y entré. Era un despacho medianamente grande, con varias plantas dentro y unos grandes ventanales al fondo de la habitación que cubría todo lo que debería de haber sido una pared. A través de los ventanales se podía ver un enorme patio y enfrente estaba el viejo director sentado frente a su escritorio escribiendo en un grueso libro. Levantó la mirada y dijo con un tono más alegre de lo que me esperaba:

-¡Anda, hola! Pero si ya estás aquí, justo a tiempo las clases empezarán en media hora. Yo soy el director Mavis Dreyar.-se levantó de su sillón y se acercó a mí para darme un abrazo que me resultó incómodo.-Ven, no seas tímido y toma asiento.