[VI]

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Dea estaba demasiado asustada, Predaking se lanzó encima los cuatro cyberwolfs que la habían lastimado. Lograron esquivar la embestida por lo que las cuatro bestias se montaron sobre el rey predacon, uno de ellos le mordió en la pierna mientras dos más estaban sobre su espalda y el tercero masticaba su brazo rasgando el metal del que era compuesto. Los wolves lo tenían a su merced mientras el mech trataba inútilmente de quitárselo de encima, en un momento todos lo tenían en el suelo hasta que Predaking miró lo asustada que estaba Dea por lo que se levantó echando a todas las criaturas a lo lejos. 

Ella estaba lejos de sus atacantes y de su salvador, miraba asustada la escena ¿Por qué razón es que Predaking fue a salvarla si le gritó que se fuera? ¿Y si sus sirvientes tenían la razón? No sabía que pensar, ahora, se daba cuenta de que eso carecía de sentido. Los cyberwolf mordían de manera terrible al mech que intentaba apartarlos con sus garras, líquido vital color azul estaba manchando el suelo y hasta los wolves lo lamían saboreándolo.

No podía dejar que ellos le siguieran lastimando.

De preparó los cañones en sus brazos y disparó al wolve que tenía cerca del rostro de Predaking, la criatura negra se golpeó con una roca grande. Predaking lanzó un zarpazo a otro que tenía sobre su lomo. Las criaturas que quedaron despiertas lanzaron un aullido y dieron marcha atrás para que los otros dos también le siguieran. Dea miró como Prddaking tenía heridas con fugas de energon, el rey la miró, asustada pero tan hermosa ante sus ópticos amarillos de bestia. Ese zafiro demostraba miedo pero no sabía exactamente a que, muy en el fondo, Predaking ya no quería que ella temiese más por él.

Las heridas seguían lastimándole, el rey se dejo caer de rodillas para después caer de pecho en el suelo y quedando inconsciente. 

Era su oportunidad para poder regresar a Kaon, era su oportunidad para volver a encontrarse con su familia y advertirle a todos sobre la existencia de los predacons.

Más no lo hizo.

Porque Dea no podía dejarlo moribundo, no estaba en sus leyes dejar herido a quien estaba dispuesto a dar su vida por ella. Era un acto que no cualquiera estaría dispuesto a hacer, por esa razón, la femme esmeralda se acercó y se arrodillado a su lado. Presionó un botón de transmisor que estaba cerca de su receptor derecho.

-¿Hola? ¿Alguien que me escuche? Predaking está herido, ataque cyberwolf ¡Por favor, no tarden!-

Ella cortó con la transmisión y miró al decaído predacon. Se sintió un poco culpable, si tan solo hubiese escapado lejos del bosque no tendría porque haber pasado eso...ahora él estaba lastimado. Dea acarició detrás de su cabeza...quizá no era tan malo, quizá solamente estaba presionado por esa maldición...pero ella no sentía nada por él, en su interior sentía repulsión por el trato, sentía mucho odio...sentía que si se quedaba, sólo era para verlo sanar sus heridas.

-¿Hola? ¿Dea? Si puedes escucharme, Darksteel va para allá, ya casi llega-dijo la predacon de color plateado.

Cuando el predacon de tonos azules y negros llegó hasta donde estaban ambos bots, descendió de manera rápida. Dea ayudó a montar al herido rey sobre el lomo del mech para después montarse ella, tampoco es que podría irse como si nada, recordó que también tenía un ala lastimada.

Increíble, tenía el poder de irse pero su transmisor seguía sin funcionar además de tener un ala lastimada. Bufó en cuanto sus ópticos zafiro miraron el castillo del predacon rey.

...

No había despertado, ya casi amanecía y Predaking no daba señales de querer reaccionar. Dea estaba a su lado en su habitación destruida mientras lo veía descansar, sus heridas habían sido sanadas por la predacon de plata.

-El amo se pondrá bien-sonrió Silvery.

-Espero que si, quiero agradecerle el que me haya salvado-dijo Dea sin apartar la vista de él.

-¿Por qué no huiste si podías hacerlo? Skylynx y yo ya estábamos por ir a buscar al amo-

-Porque...no podía-dijo Dea sin vacilar, su ala había sido reparada momentos atrás. Su procesador se lo decía una y otra vez ¿Por qué no lo hizo si podía? Tenía las puertas abiertas a su mundo...sin embargo, prefirió quedarse al lado de quien la había secuestrado ¿Tontería o acto de honor? No sabía que era lo correcto.-Él...me salvó-

-Dea, le importas al amo-Silvery tomó una silla que estuviese sin destruir y se sentó a su lado.-Aunque sea un maldito hijo de Unicron pero realmente le importas, quizá su caracter está del Averno...pero fue por ti-hizo una pausa y miró a su amo.-Al amo no le importa nadie, es demasiado cruel...por su culpa estamos en esto, un reino de piedra y él una bestia...-

-¿Qué debo de hacer, Plata?-la femme esmeralda le miró. Silvery tomó su mano con delicadeza y esbozó una sonrisa.

-Trata al amo, por fuera es frío como el metal del que estamos compuestos pero, por dentro, te aseguro que es una débil flama que sólo busca mantenerse viva en el frío de la noche-

Silvery le dio un suave apretón y se marchó de la habitación de Predaking. Dea miró al rey que tenía demasiadas marcas, ahora se sentía en un dilema...el acto que veía de él fue heroico. Se arrodilló en el suelo y tomó las enormes garras que tenía como manos. 

-Gracias...por salvarme-

-...De nada...-

Ella miró a sus ópticos, Predaking se despertaba poco a poco. Ella lo soltó de la mano para que él pudiese apoyarse y tratar de sentarse. Predaking se quejó en cuanto su cuerpo se estiró un poco. Los brazos y el resto dolían peor que los enfrentamientos contra sus súbditos por la mera diversión. Miró a su alrededor pero sólo pudo ver a una asustada Dea delante de él...

Le ordenó largase y estaba a su lado, en es momento, Predaking se sentía como una basura por el daño que le ocasionaba a su prisionera...

A su salvación.

-Yo...-

-No debiste escapar-pero no podía mostrarse tranquilo teniendo en cuenta que casi era comida de cyberwolf salvaje.

-De no haberme asustado no habría escapado-contraatacó la femme esmeralda.

-¡No debiste entrar a mi habitación!

-¡Y deberías controlar toda tu amargura!-

Predaking boqueo igual que un pez bajo el agua al no tener una respuesta contra la frase de Dea. Carajo, no podía contra eso...tan sólo soltó un gruñido y cerró la boca para esconder sus colmillos, Dea se echó atrás alguna de sus extensiones que resbalaron sobre sus hombros. Ella tomó un cubo de energon y se le ofreció al mech.

-Toma, necesitas...necesitas energon para recuperarte-dijo ella en voz baja pero con el ceño fruncido. Predaking lo tomó sin vacilar.-En serio, no sé que hubiese hecho si no me hubieses encontrado-

-Valerte por ti misma, lo dudo-

-Gracias por el voto de confianza-Dea esbozó una pequeña sonrisa. Predaking la miró con atención, incluso con las pequeñas bromas y con esa pequeña sonrisa se veía hermosa.-Sé que me falta pelear...-

-Puedo enseñarte-

-Mi padre y mi hermano lo hacían pero no me gusta el combate-ella miró en sus ópticos amarillentos.-No creo poder hacerlo...si usé mis armas fue porque vi que estabas en peligro-

-Entonces yo me encargaré de que jamás pases peligro de nuevo, no mientras exista yo-Predaking tomó su delgada mano.

Ella asintió y el rey se dispuso a seguir tomando de su energon. No estaba muy seguro de lo que estaba pasando en ese momento pero era un enorme progreso el que ambos ahora estuvisen hablando sin alterarse...quería llevar las cosas tranquilas pero de sólo pensar que la rosa tenía un reloj de tiempo le hacía querer apresurar las cosas.

El único problema es que el amor se daba de manera natural, no podía forzarse.

La Bella & La Bestia |Transformers|Where stories live. Discover now