[IV]

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-Amo, te falta tratar a las femmes-

Ambos predacons estaban en la sala principal mientras el rey estaba sentado en el trono, delante de él estaba una femme de tonos plateados y ópticos amarillos. Tenía unos servos saliendo de su espalda alta. La única femme en ese enorme castillo desolado al servicio de Predaking.

-¿No viste como me contestó? ¡¿Qué clase de respuesta es esa para un soberano como yo?!-exclamó el rey dando un golpe de puño cerrado. La platada tan sólo se cruzó de brazos.

-¿Y? Ya la viste, amo, ahora debes de tratar de enamorarla ¡teniéndola de rehen no servirá de nada!-se llevó una mano a la frente.-¿No sería mejor sacarla de las celdas? Una habitación, lo que sea ¡Acercate, carajo!-

-Tienes mucha suerte de ser mi protegida, Silvery, sino te estaría rebanando la cabeza-Predaking se puso de pie 

-Y tienes suerte de tenerme, amo, si no ya hubieses matado a la pobre y estarías aquí pudriendote en tu humor-la predacon sonrió-Trátala con cariño ¿Quieres?-

El rey tan sólo partió abandonado la sala. El siguiente movimiento era tratar a su rehen como una invitada especial pero lo veía algo imposible, el pequeño mal trato que le dio cuando la vio cara a cara en la celda no había sido el primer buen paso. Encima, le ha volver a Kaon con su familia. Un voz interna lo regañaba constantemente por sus actos realizados pero él tan sólo chasqueaba la glosa.  Prte de su vida se ha mantenido en esa horrenda apariencia bípeda, extraña extender sus alas y huir volando por todo su reino.

Menudo castigo el de quitarle su lado bestia.

En cuanto llegó a las celdas, encontró a Dea viendo por la ventana mientras sollozaba. Sus garras tomaron un barrote, ella sabía que él estaba ahí.

-Ni siquiera pude despedirme de mi familia...no quisiera que pensara que estoy muerta, sé que todos están devastados por no estar ahí-Dea se limpió las lágrimas de sus grndes ópticos zafiro. Predaking sintió un poco de remordimiento, pensó que fue demasiado duro con ella.

-Te sacaré de aquí, una habitación te espera-dijo el rey adoptando de nuevo su semblante de frialdad. Dea miró sobre su hombro pero él ya le había dado la espalda para salir de las celdas.

-Pensé que me dejarías...-

-¡¿Te quieres quedar aquí o qué?!-Predaking se giró a verla-Sígueme-

La femme esmeralda avanzó a pasos lentos detrás del rey para abandonar las celdas. Los pasillos de aquel castillo eran sombríos, había rasguños por todos lados, incluso, huecos en ls paredes. Dea miraba sin hablar ¿Qué es lo que pasaba en ese castillo? Después miró en la espalda de su anfitrión, tenía unos servos largos que sobresalían ¿Un predacon, eh? ¿Cuál sería la razón por la que no se dio cuenta? Tenía la apariencia de un bot "mejorado". Pero si lucía algo temible, ahora sabía la razón por la que era rey...

Después de un pequeño trayecto llegaron hasta la habitación de Dea, la cual era amplia con litera y ventanales con vista al reino hecho piedra. Dea entró dándole la espalda a su rey y, justo, Silvery llegó.

-Invítala a tomar energon-susurró la plateada a su rey. Predaking asintió

-Vas a acompañarme a tomar energon ¡Es una orden!-

Predaking cerró la puerta saliendo de la habitación, tan sólo escuchó los sollozos de la femme autobot de nuevo. Cuando se giró a ver a Silvery ella estaba cruzada de brazos mientras alzaba una ceja, su faz mostraba toda la molestia que sentía por el nuevo estupido acto de su rey.

-¿Sabes qué? Vete con Skylynx o Darksteel ¡Todo tengo que hacerlo yo!-ella alzó los brazos. Y entró a la habitación para poder hablar con ella, nuevamente la puerta se cerró.-Hola linda-

La Bella & La Bestia |Transformers|Where stories live. Discover now