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[Nota: No se sorprendan por todo lo que verán. Créanme, hasta le pensé para lo que van a leer]

Kaon.

Una bella ciudad reconstruida después de la guerra de decepticons y autobots, los bandos se terminaron, finalmente, todos son unos. Aquellos que sobrevivieron a los males de la guerra, ahora, son aquellos que están disfrutando del día a día de sus vidas. Las ciudades se reconstruyeron, cada bot hizo su vida con o sin familia.

Tal ha sido el caso de Optimus Prime, el líder de los autobot. A pesar de todas las perdidas que hubo en su quipo, Primus le había premiado de la mejor manera, una hermosa sparkmate, su sueño de tantos años, Elita One. Y de ese amor, dos sparklings de diferentes edades, ahora ya adolescentes. 

La menor era tan sentimental y soñadora, mientras que el mayor era rebelde pero muy hábil con las armas.

Ambos jóvenes eran el orgullo de Optimus y Elita.

-¡Papá, Crosshairs está haciendo mucho escándalo!-

Una bella femme de tonos verdes y amarillos con alerones en la espalda estab yendo hasta la oficina de Optimus, a su lado, su hermano de color esmeralda con una gabardina que llegaba hasta sus tobillos.

-¿Yo? Oh por favor, solamente estaba calentando motores para antes de salir a recorrer la ciudad ¡Tú eres la que no soportas nada!-acusó Cross. 

-Soy jefe en comunicaciones, bestia, tu sonido me saca de mis casillas-ella le mostró la glosa.

-Dea, Crosshairs, basta-Optimus les detuvo. Ambos bots miraron al Prime que estaba molesto.

Peleas diarias, provenientes de dos jóvenes que siempre lo sacaban de sus casillas. Optimus no se enojaba con facilidad, tan sólo le hacían perder los estribos pero eso siempre había querido, estar en medio de una trifulca familiar. Nada dañino pero, claramente, mucho mejor que estar entre la guerra. Sus hijos eran muy conflictivos entre ambos, tan diferentes y únicos para él. 

Y aunque Optimus estaba perdido en sus propios pensamientos, no se dio cuenta de que sus retoños ya se estaban peleando. Mientras Dea le había dado un puñetazo en la cara a su hermano mayor, Cross le había dado una patada en las piernas, la femme de tonos verdes tomó una silla cercana y le dio a su hermano en la espalda tumbándolo.

-¡DEA!-

La voz autoritaria de la familia, ella misma abrió sus ópticos de zafiro como platos cuando escuchó el tono femenino lleno de odio. Miró la entrada a la oficina y vio a su progenitora, una femme de tonos rosados con las manos en la cintura, ahora si, Dea sabía que estaba en problemas.

-¡Fue ella!-señaló Cross en el suelo.

-¡Ambos son culpables!-Elita se acercó a ambos y los sacó de la oficina a ambos tomando a Cross de una de las antenas del casco y a Dea de una de sus extensiones.-Ya dejen de pelear, tienen trabajo que hacer-

-Si, está bien-dijo Dea sobándose la cabeza.

-¿Saben algo? Su padre no acabará de comprender que la guerra terminó y que ahora están ustedes dos-Elita esbozó un sonrisa.-Y yo estoy feliz de tenerlo-los abrazó.-Cross, a patrullar. Dea, a la sala de archivos de la torre principal-

-Claro-asintieron ambos jóvenes.

No había nada como comenzar el día con una pelea entre hermanos, era algo así como un ritual para poder tener un día tranquilo. Ambos se despidieron y salieron a las calles de Kaon, como era costumbre, Cross siempre acompañaba a Dea hasta el edificio de comunicaciones. Por ser la menor, aunque siempre peleaban, Cross quería asegurarse de que su hermana estuviese bien.

La Bella & La Bestia |Transformers|Where stories live. Discover now