Parte 8

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*– Vamos al backstage, Shawn debe estar por ir – propuso Brian a lo que ambas asentimos.*

Había sido un show increíble, el público argentino estuvo como siempre súper energéticos y apasionados, en otras palabras, locos por Shawn Mendes.

Llegamos al backstage y a diferencia de antes, había muchas más personas del equipo.

– Fue un show grandioso – le hablé a Mía.

– Gracias – interrumpió la voz de Shawn.

Me di media vuelta y lo tenía frente a mí con una sonrisa radiante.

Calmate.

*– Shawn – susurré y al percatarme de ello, carraspee la garganta – ¿Entendiste lo que dije?

– Si, puedo entender algo.

Asentí y fijé mi vista en la suya.

– Estuviste genial, como siempre.

Sonreí recordando la manera en la que sus ojos iban a mi encuentro de vez en cuando durante el concierto.

– Tú también, no he podido dejar de verte.

Me quedé de piedra al oír su palabras.

– Lo he notado – sonreí.

– Creí que podía ser más disimulado, pero no lo logré – hizo un puchero, lo que causó que mi corazón se derritiera.

– Descuida, no me molestó en lo absoluto.

El sonrió y relamio sus labios para decir algo.

– ¡Shawn! – una voz ronca nos interrumpió y ambos volteamos a ver de dónde provenía la voz – ¡Vamos, ven! ¡Vamos a celebrar el fin del tour!

Ambos nos dirigimos una mirada y nos acercamos a la mesa dónde se encontraban todos reunidos.

Shawn se posicionó en el medio de la mesa y me acerqué a su lado.

Había una gran torta que ponía en el medio el nombre del tour.

– Vamos a hacer una foto, acercate a la torta – indicó el fotógrafo.

Shawn así lo hizo haciendo una sonrisa con su boca abierta.

El flash salió disparado de la cámara y antes de que pudiéramos darnos cuenta, Brian hundió la cara de Shawn en la torta.

Todos empezaron a reír incluyéndome y Shawn lucía divertido con la situación.

– Mi venganza – encogió sus hombros.

– Hey, pero ella fue la de la idea – me apuntó Shawn riendo.

Llevé una mano a mi corazón luciendo ofendida por su acusación y rápidamente pase mi dedo por el pastel y se lo coloqué en su nariz.

Flash.

Me reí por la mueca que hizo y luego él se unió a mí.

Me regaló una sonrisa radiante cuando dejamos de reírnos y creí que moriría ahí mismo.

Nos quedamos ambos en silencio, dedicandonos sonrisas el uno al otro como si fuésemos las única dos personas en la habitación.

Flash.

– ¡A comer! – gritó alguien en el fondo de la sala.

Sacudí mi cabeza saliendo de la pequeña burbuja que había formado y volteé a ver a Mía quien me observaba con una mirada traviesa.

Fama » shawn mendesWhere stories live. Discover now