21.

702 52 10
                                    

¿Qué está pasando?

Estaba besando a Guido y la verdad era que no tenía ganas de alejarme. Tenía la respiración un poco agitada, no podía creer que ahora estaba en esta situación con uno de los chicos que conocí hace varias horas, ese que me brindaba grandes sonrisas cada vez que cruzábamos miradas. No pensaba que esto iba a ocurrir, o bueno, no tan rápido, pero me sentía cómoda con esto a pesar del poco tiempo conociéndonos. Le seguí el beso, nuestros labios se tocaban una y otra vez, nuestras lenguas se encontraban jugueteando en un ritual de fuego.

El beso fue bajando la intensidad hasta separarnos por falta de aire, el me miró a los ojos reflejándome ternura, y me mostró otra de sus sonrisas que ya se habían convertido en mis favoritas. —Lo siento, pero sentí que tenía que hacerlo.

—Está bien. –No sabía que decir. Le devolví la sonrisa y me acerqué más a el, abrazándolo por la cintura. El comenzó a pasar una de sus manos por mi cabello y yo cerré los ojos.

***

Kira

8:50 am.

—¿Tienes aspirinas? –Le pregunté a Gastón, qué tenía su cabeza en mi hombro. Todos estábamos en el sofá sentados con un dolor de cabeza increíble. Haber tomado anoche no fue muy buena idea, necesitábamos energías.

Julian se levantó y fue a la cocina, segundos después vino con un frasco grande de pastillas y un jarrón con agua. Dejó lo que traía en la mesa que se encontraba en medio de todos nosotros. Cada uno agarró una pastilla y nos turnamos el jarrón, para tomar de su contenido.

—Creo qué deberíamos dormir otro rato, así cuando despertemos las pastillas habrán hecho efecto.. O eso espero. –Sugirió Zack y todos asentimos con la cabeza, nos levantamos del sofá y subimos las escaleras, frente a nosotros habían 5 puertas.

—Solo hay dos cuartos de huéspedes. Zack y Clhó, utilicen esas habitaciones, en cada una hay baños. –El chico de cabello largo apuntó con sus dedos cuales puertas eran las que pertenecían a dichos cuartos, los chicos fueron con cansancio, se veían terribles.

—Ahora, ustedes. –Julian nos apuntó a Gastón y a mi, llamando nuestra atención. —Dormirán juntos.

Me exalte pero decidí no protestar, sentía que si volvía a hablar mi cabeza explotaría del dolor. A parte es Gastón, ¿a qué chica no le gustaría compartir unas horas de sueño con el?

Entramos a la habitación, dejé mi bolso en uno de los estantes que se encontraban vacíos y me quité los zapatos, recién notaba que desde que llegué ayer en la tarde no me los había quitado. —¿Dónde está el baño? –Le susurré a Gastón, que estaba sentando a mi lado. El apuntó a una de las puertas que estaban frente a mi, era la única que estaba abierta. Le sonreí y camine hacia donde el me había indicado. Cerré la puerta detrás de mi y encendí la luz del lugar. Me lavé la cara con jabón, quitando el maquillaje que se había corrido en mi cara. Salí del baño y habían dos camisas en la cama.

—Toma, esta es para ti. Así duermes cómoda. –Gastón me entregó una de ellas, yo le sonreí y el se dio la vuelta para que pudiera cambiarme. Rápidamente me quite la blusa que había traído ayer y me coloqué la camisa de Gastón, el día anterior había venido con shorts, los dejé puestos y doble mi blusa, dejándola dentro de mi bolso.

—Listo, te puedes voltear. –El me hizo caso y se volteó, me miro de pies a cabeza, cuando cruzamos miradas el me sonrió y me guiñó el ojo, sentí mis mejillas arder.

Seguía sin creer que estaba viviendo esta situación con el chico que es mi ídolo desde hace años. Siempre me imaginé como sería conocerlo: encontrarme con el en algún lugar, pedirle una foto, intercambiar algunas palabras y nada más. Pero ahora esto estaba ocurriéndome a mi, me sentía la chica más afortunada del mundo.

—Bueno, yo me voy a cambiar la camisa acá, creo que no hay nada que no hayas visto. –El rió brevemente y se quitó su camisa, yo sólo me dediqué a mirarlo,

Dios, qué hermoso.

El sé colocó la otra camisa y la lanzó a una cesta que estaba al lado de su cama. Los dos nos acostamos en la cama, ya dispuestos a dormir.

***

Julian

Después de indicar las habitaciones fui a mi habitación a sacar la ropa que me pondría luego, fui al baño y tome una ducha de 15 minutos, esperando que eso ayudara con mi resaca. Salí del baño con la toalla atada a mi cintura y entre a mi habitación nuevamente, me cambié y me acosté.

***

Madisson

12:30 am

Abrí los ojos con dificultad y no pude evitar sonreir, tenía una vista muy bonita: Guido estaba dormido boca abajo, estaba con la boca un poco abierta, no podía verse más tierno.

—Hey, rubio, despierta. –Le susurré en su oído y acaricié su espalda, pero el no se movía. —Hey, Guido.

Éste chico si que tiene el sueño pesado.

Me subí a horcajadas en su espalda, comencé a moverme y a darle pequeños golpes. –¡Guido, despierta!

Esto es un caso perdido.

Ya cansada, me acosté en su espalda, apoyando mi frente sobre su sien izquierda. —Dale gordo, despierta.

El se movió rápidamente, haciéndome quedar debajo de el, ahora habíamos invertido las posiciones en las que nos encontrábamos antes.

Estuvo despierto todo el rato, increíble.

Apoyó mi frente contra la suya y me miró fijamente a los ojos. —Felices 18, nena. –El me dio un beso corto y se separó, con una sonrisa en sus labios.

Al parecer lo de los besos se volverá una costumbre, ¿no? –Le susurré, pero fue el tono de voz exacto para que el pudiera escucharlo, todavía estábamos muy cerca.

—Una linda costumbre. –El volvió a juntar nuestros labios.

***

Esperó que les haya gustado el capítulo chicas, perdón por haber tardado): 💜

LAS QUIEROOOO.

VOTEN Y COMENTEN, me ayuda a seguir saber que les agrada mi novela. 💜

¿Un niñero?Where stories live. Discover now