¿Un niñero?

19.

Voten, y comenten en las partes que más les gustan, eso me haría muy feliz(:

Luego de ese grito vi a un chico sin camisa, rubio con cabello largo al igual que su hermano, pero su cabello no era liso, tenia rulos. También era algo alto y blanco bajando las escaleras con una galleta en su mano, llamó mi atención al instante por lo atractivo que era. —Te dije que no me digas rubia. –Dijo con la boca llena y dio otro mordisco a su galleta. —No me trajiste mi helado. –Julian negó con la cabeza.

—Y a mi no me digas lechuga, pelotudo. Tengo nombre. –Su voz un poco gruesa hizo que me exaltara por no haber notado antes su presencia. Era un chico de cabello negro y barba que salió de un lado de la casa, al parecer venía de la cocina.

—Vos sos una rubia gorda, y vos una lechuga. –Julián dijo y rió brevemente junto a mi. –En fin, chicos, quiero presentarles a una amiga.

Ellos se acercaron a donde nosotros estábamos, y me miraron. —Ella es Madisson.

—Lindo nombre. Yo soy Gastón, pero podes decirme Gasty. –Me tendió su mano, la estreché y le brindé una sonrisa.

—Yo me llamo Guido. –Dijo el rubio que no quitó su mirada de mi desde que bajó por las escaleras, el repitió el gesto que su hermano había hecho conmigo, pero incluyó un rápido beso en la mejilla.

Me sentí un poco incómoda por la mirada de Guido. Julian me invitó a pasar al living y los otros dos hermanos nos siguieron, curiosos por mi presencia. Nos quedamos sentados en el sofá y yo solo observé las paredes, eran blancas y tenían varios vinilos colgados, algunos eran de Soda Stereo y así variaban las bandas, en la pared frente a mi había un cuadro que me llamó mucho la atención ya que era muy grande: una foto de ellos, Julian estaba en el medio mirando hacia la izquierda, Guido estaba al lado derecho de Julian y Gastón estaba del otro lado, esa foto era muy linda. Miré del otro lado y estaban las puertas de vidrio, detrás de ella podía verse el patio. Esta casa si que era grande.

—Y.. Bien, Madisson ¿qué edad tenes? –Preguntó Guido, intentando romper ese incómodo silencio que se había formado.

—Tengo 17, ¿y tú? –Le sonreí.

—Yo tengo 19, los cumplí hace poco—La rubia es es menor de los tres. –Julian lo interrumpió y yo solo reí.

—¿Y tú, Gasty? ¿Qué edad tienes? –Lo miré curiosa, al parecer el era el más callado de los tres.

—Tengo 27. –Me sorprendí, el era el mayor de los 3 por mucha diferencia.

Después de hablar un rato sobre nosotros y conocernos más, Julian decidió que los 4 saliéramos al patio donde se encontraban todos sus instrumentos y los escuchara tocar un poco. Salimos y me senté en uno de los sofás individuales que se encontraban ahí. Ellos se acomodaron frente a mi, comenzaron a tocar y Guido comenzó a cantar.

(EN MULTIMEDIA ESTÁ EL VIDEO DE LA CANCIÓN)
La luna en la gran ciudad 
y la adrenalina corre, 
será que estoy alegre 
y no tengo pretensiones. 

Y vos me das lo que hace falta, 
y vos me das lo que me falta. 

Adicto a la estimulación 
perdí mi guerra santa, 
brindando con demonios 
que hablan a mis espaldas.