Epílogo

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—Me quiero morir— fue lo único que pronunció Seulchan al entrar al departamento, tirándose en el sillón con cansancio. Soltó un sonoro bostezo, no había dormido bien debido a la universidad y aquel día al fin lo tenía libre.

Estiró de sus brazos, para posteriormente observar el techo. Ni un segundo bastó para que Jimin corriera hacia donde se encontraba su novia, dándole la bienvenida.

Sonrió encantada. Jimin emanaba un aroma embraguiador, por lo cual cerró los ojos y se dedicó a sentir al contrario.

Cuatro años ya habían pasado. Ambos tenían 22 años, Jimin a nada de pasar a los 23.  Su vida se resumía en una estresada Seulchan enfrentándose a las complicadas formulas de física, examinar exoplanetas y manejar computadoras, y a un cansado pero feliz Jimin que daba lo mejor de sí bailando cada día.

La universidad la tenía esclava. A pesar de llevar tal cantidad de años en el país extranjero no había hecho nada de turismo, con suerte sabía dónde quedaban los supermercados, la universidad, el observatorio y la estación del Subway.

—Hice algo para comer, Channie — dijo Jimin, corriendo a la cocina con esa aura de niño pequeño que aún mantenía con el pasar de los años. De allí sacó un plato lleno de panqueques, sonriendo con suficiencia debido a su logro— Seokjin Hyung me enseñó por vídeo llamada... ¡Pero están ricos!

Sin decir más la menor comenzó a comer con una sonrisa en sus labios. Llegaba muy cansada como para cocinar algo, la mayoría de las veces era Jimin quien le hacía de almorzar. No es que no supiera hacerlo, la carrera era abrumadora, pero ahí estaba su novio dándole todo el apoyo posible.

Las peleas de vez en cuando de volvían constantes. Aún recuerda cuando Jimin en un impulso de enojó se había ido a Corea, aún recuerda el vacío que sintió, aún recuerda todo como si fuese ayer. Sin embargo, aquel había sido un gran paso para empezar a valerse por sí misma. Ahora se encontraban de lo más bien, Jimin robándole besos a su novia y está sobre sus piernas, simplemente dejándose estar y ser feliz con lo que tenía.

Cuando notó que las cosas comenzaban a subir de tono se separó con las mejillas sonrojadas. — Jimin, debo estudiar ahora, lo siento — susurró y dejó un último besito, mientras el mayor bufaba cual niño pequeño. Se levantó y caminó a su habitación. Era suya debido a que tenía su escritorio, sus cosas. De igual forma, siempre terminaba en los brazos de Jimin, durmiendo en su cama.

Buscó un libro de su primer año de carrera. Estaban retomando algunos conceptos, los cuales no recordaba con exactitud. Además, en seis meses se graduaría, y con ello venía el examen final del cual ya se quería preparar.

Buscó en todos los lugares que pensó. Cajas guardadas, debajo de su cama, en el clóset. Suspiró molesta, ¿Dónde estaba aquel estúpido cuaderno? Suspiró y fue hacia su escritorio y los cajones que tenía este. Abrió todos uno por uno, haciendo un puchero que se pronunciaba más a la medida que no encontraba lo que buscaba. Llegó al ultimo ya algo estresada; —Si no lo encuentro me voy a tirar por la ventana— Exageró, mientras sacaba las cosas de su lugar. Sonrió en grande al encontrar la tapa violeta de física I, sacando esta y encontrando un pequeño cuaderno escolar bajo de éste.

Dejó ambos sobre el celeste cubrecamas, dejando todo el desorden como estaba y abriendo aquel cuaderno del cual no tenía memoria. Sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas a medida que las hojas pasaban. Recuerdos se hallaban allí, unos muy tristes. Podía recordar con exactitud como las lagrimas dejaban marcas en aquellas hojas, las peleas, el desanimo. Estaba casi segura de que el diario se había perdido, y todo se sentía como si hubiera pasado ayer.

Secó las lagrimas que caían, avanzando. Nunca se había dado cuenta del cambio de mentalidad que había tenido, y en aquellas hojas estaba más que claro. No tardó mucho en llegar a la ultima pagina escrita. "Espero que todo vaya mejor", mierda, si hasta su forma de escribir había cambiado.

¿Las cosan iban mejor? Sí que sí. Había tenido sus altos y bajos, en muchas ocasiones se quiso rendir. Muchas veces quiso dejar a Jimin porque no se sentía lo suficiente para él. Sin embargo, él se dedico a ayudarla, a repararla lentamente, con cuidado y esfuerzo. 

En cierta manera, ella y su novio eran similares. Poco a poco, Seulchan notó que su pareja tenía aquel sentimiento de soledad, de insuficiencia consigo mismo. Ambos se construyeron y se ayudaron a si mismos.

Buscó un bolígrafo y colocó debajo: Todo va de bien en mejor, y así  seguirá.


xxx

Después de tanto, terminé este fanfic que cada vez se fue alargando más de lo esperado. Dejé muchas cosas acá, solía escribir este capitulo recordando sucesos que me hacían tristes o cosas que simplemente me pasaban en el día y me decaían.

Desde pequeña he sido muy sensible. Todo me afecta mucho más de lo que debería, y me dije a mi misma que debía cambiar eso. Habían periodos en los que me sentía bien, conforme conmigo misma, y otros en los que no quería salir de mi pieza por miedo, porque simplemente no tenía ánimos para aquello. Es por esa razón que seulchan en un principio decía que estaba mal, y luego decia que las cosas estaban mejorando. 

Seulchan es casi yo. El diario de ella para mi seria el FF, Pero cada acción está siendo exagerada, así que no se asusten con eso del puñado y las pastillas xd.

En fin, a lo que voy. Seulchan en todo momento quiere superarse a si misma y dejar las dificultades para ser fuerte emocionalmente. Eso es algo que realmente deseo, y que dejé reflejado aquí. Este FF es especial por la misma razón, porque escribí esto mientras lloraba, mientras me sentía mal. Me desahogué por acá, y que se hayan tomado un poco de su tiempo me emociona. Quería agradecerle a todas esas personitas que leyeron<3  

Los amo mucho.

Seulchan Diary || Park Jimin.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin