—Jiro mató a Victoria. Yo-yo no sabía nada de esto, lo juro —su voz tembló por completo, sus manos también, al menos eso sintió Kibum.

¿O eran las propias?

Todos esperaron a que Kibum hablara, prestando atención a sus futuras palabras. El pelinegro abrió la boca para hablar, su mirada en Hwasa pero aún así luciendo perdida, sus pensamientos alejados de toda situación. Una vocal salió de sus labios pero luego realmente no supo qué decir, volviendo a callarse, volviendo a cerrar la boca, volviendo a bajar la cabeza, volviendo a sentir que la vida no era buena para él.

Pero sólo Taemin se esperó su reacción, después de todo, Kibum no era para nada débil.

— ¿Kibum? —se animó a preguntar el menor luego de minutos de silencio. Su voz segura, casi como si estuviera listo para cualquier cosa.

Jonghyun dio una suave y reconfortante caricia sobre toda la extensión de su espalda, esperando algún sollozo o algo de ese estilo.

Sin embargo, Kibum elevó su rostro mirándola directo a ella, sus ojos realmente no eran los mismos.

Ella conocía perfectamente esa mirada y lo único que atinó a hacer fue secarse sus lágrimas y asentir con la cabeza.

—Taemin —habló sin dejar de mirarla a ella. Taemin casi pudo percibir esa pequeña sonrisa en sus labios —Vámonos. Tenemos un plan que armar.

Hwasa y Kibum se levantaron casi al mismo tiempo, dando marcha hacia una de las habitaciones. Taemin sonrió cruzado de brazos; lejos de cualquier cosa, esa sonrisa estaba cargada con algo que no sentía hace mucho tiempo.

Al menos no desde que llegó Minho.

Esa sonrisa era sádica, cruel. Esa sonrisa estaba pensada para las distintas formas en que Jiro vería el fin de su vida.

Sus pasos instantáneamente siguieron a los otros, sin necesidad de nada.

— ¿Kibum? —preguntó esta vez Jonghyun desde el sillón, algo confundido.

—Quédate ahí —ordenó con seriedad antes de entrar.

—Si... ¿Señor? —contestó cuando la puerta se cerró detrás de los tres.

*

Taemin desplegó un mapa sobre la mesa ratona de Minho. Y Jonghyun vio que no era un mapa, sino un plano. Un plano bastante amplio.

— ¿Estás seguro que ese es el lugar? —preguntó Kibum, mirándolo desde un costado.

—Jiro solo tiene dos instalaciones en Daegu. La primera solo la utiliza para entrenar. La segunda —lo miró —Es lo bastante grande como para que los gritos se pierdan allí adentro.

Hwasa caminó hasta ellos, fijándose. —La remodelaron luego de que tú te fuiste —comentó —Pero —se agachó y marcó con sus dedos dos puntos del plano —Si entran por alguno de estos dos lugares será completamente fácil llegar a Jiro.

—Jiro sabe que vamos hacia él. No creo que sea seguro ahora —Hwasa sonrió.

—Entonces les recomiendo ir por aquí —con su dedo fue marcando un recorrido —Créanme cuando les digo que es realmente fácil entrar por ahí.

— ¿No es la entrada principal? —habló Minho mirando desde arriba, levantando una ceja ante sus palabras.

—Seis guardias en la puerta. Se multiplican al entrar. Luego hay uno por pasillo, ¿crees que Jiro pensaría que van a entrar por ahí? No hay cámaras, no hay alarmas, nada con que avisarle a Jiro —contestó como si respondiera que dos más dos es cuatro.

The Circus【JongKey】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora