La Chica De Cristal. (Steve Rogers y Tú)

ºCapítulo 19. No soy la únicaº

El remolino tapaba completamente a Sebastian, solo se escuchaban sus gritos demostrando toda su furia. Era tan alto que casi pasaba las nubes, ya no podía ver a los demás. Cree un escudo de cristal y pasé el remolino.

NARRADOR OMNISCIENTE:

Los Vengadores miraban atentamente la escena esperando a que _____ diera alguna señal de vida o algo por el estilo. Pero nada salió de aquel gran y poderoso remolino. El Capitán estaba cada vez más nervioso, necesitaba saber que su novia esté bien, quería verla, ayudarla y sacarla de ahí. Visión comenzó a levitar para ir con ella, sin embargo, Wanda lo detuvo negando con la cabeza. Esto es un tema entre _____ y él. Dijo la muchacha mientras miraba la escena. Tenía razón, esto era un problema que debía arreglar su amiga junto al enemigo. Nadie debía meterse.

Steve notó a Keshia levantarse de apoco aún mareada por lo que le acababa de pasar. Se acercó, la ayudó a levantarse y la chica lo miró confundido y sorprendida al mismo tiempo. Necesitamos de tu ayuda. Le dijo Rogers a la chica, ella tal vez sabría más acerca de cómo sacar a la novia del Capitán de aquel remolino. Keshia negó triste. Lo lamento, esto solo sirve con ellos dos...Aunque quisiera, no podría hacer nada. Steve la miró apenado, ¡algo habría para hacer! ¡No podían quedarse con los brazos cruzados! Pero cuando iba a hacer otro movimiento, el remolino de un gris obscuro pasó a un celeste demasiado llamativo. Algunas luces salían de él y los gritos del chico cesaron.

El remolino fue desapareciendo de a poco hasta dejar ver al muchacho bajar lentamente con _____ en brazos. Al llegar al suelo, cayó de rodillas y Steve junto a los demás corrieron hasta ellos. El rubio tomó a la chica mientras que Bruce inspeccionaba a Sebastian. Los ojos de ella se encontraban cerrados, su respiración agitada y las estacas entraban despacio de vuelta a su cuerpo. En el rostro de Steve se formó una gran sonrisa al saber que nada malo había sucedido con su amada.

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NARRADORA MCCONAUGHEY:

Al abrir mis ojos noté que estaba en mi habitación en la Torre, me encontraba con otra ropa distinta. Me duché y al salir caminé hasta la cocina, moría de hambre. Mientras paseaba por la Torre, crucé con una habitación donde habían dos pequeños cuartos, entré y al ver de quiénes se trataban un pequeño grito salió de mi boca: Keshia y Sebastián se encontraban en cuartos separados. Él estaba inconsciente, mientras que ella estaba mirando a un punto fijo sentada en el borde de su cama. Al acercarme, Keshia levantó la vista entristecida para mirarme y no sacar su mirada de mi por un largo rato.

— ¿Por qué están aquí?

— Parece que no sabes nada.

— No. ¿Qué ocurrió?

— Qué no ocurrió, mejor dicho —no dije nada. Ella suspiró—. Primero debes comenzar a decir qué fue lo que hiciste.

— Eso no puedo hacerlo.

— ¡Si que puedes! —Se levantó golpeando el cristal que nos separaba.

Al cruzar el remolino, vi a Sebastian como nunca me lo he imaginado: sus ojos brillaban como el sol y las venas se marcaban cada vez más pero estas eran celestes. Al principio él no dejaba que me acercara, pero por suerte los cristales hacían que pesara y así él no podría sacarme volando...Cuando estuve a su lado, tomé su rostro con mis manos obligándolo a que me mirara.

— Sebastian, escúchame por favor. Debes parar, tu energía se acabará y ya no podrás seguir. Te necesitamos vivo.

— No puedo _____, ¡no puedo parar! ¡Él me está controlando!