La Chica De Cristal. (Steve Rogers y Tú)

°Capítulo 5. Sebastian I°

En el primer timbre de mi alarma me desperté preparada para ir hasta Alemania. Bajé a desayunar y aproveché el tiempo en ir a la sala de entrenamiento. Mientras golpeaba la bolsa de boxeo, noté a Wanda entrar para acercarse a mi.

— Vas a lastimar tus manos —no respondí—, ¿vas a seguir estando molesta con nosotras?

— No lo sé, tú sabes que soy rencorosa.

— ¡Lo sé! —La miré de reojo— Pero no puedes estar de mala gana con nosotras, hazlo con Coulson él fue quien nos metió en esa misión.

— Las metió, eso quiere decir que las obligó a algo que no tenían ganas de hacer —golpee la bolsa.

— Al principio solo era tu amiga por una misión, pero luego te conocí bien y te volviste mi mejor amiga de verdad —golpee más fuerte haciendo que volara hasta llegar a la pared.

— ¿Cómo puedo confiar en ti? Alguien que controla mentes y que puede manipularlas.

— Porque en este momento no lo estoy haciendo, puedes verificarlo mirando mis ojos. Si están rojos te estoy mintiendo.

Y no era así, ella me estaba diciendo la verdad. No podía seguir siendo una niñita de cinco años. Me saque las vendas y la abracé, ella me devolvió el gesto y nos quedamos así un largo rato. Luego se separó y me dijo:

— Antes de irnos, tengo algo para ti.

Caminamos hasta su habitación y de una caja grande sacó un conjunto de ropa que consistía en una camisa negra, un pantalón y unos borcegos hasta más de las rodillas del mismo color. Me la probé y —sin presumir— me quedaba genial. Era obvio que lo había hecho Wanda, era su estilo. Le agradecí por haber hecho mi traje para la misión y decidí ir a mi habitación para bañarme y luego salir a encontrarme con los demás en la sala principal.