ºCapítulo 14. Otra vez juntosº

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Apenas sentía las estacas entrar en mi carne, por suerte no dolían tanto como las otras. Las miradas de todos estaban fijas en mis brazos, pero la voz de Phill nos hizo volver a la realidad para seguir en nuestro camino. Primero necesitaba ver si mi madre y Friedrich estaban en casa, deseaba con todo el alma que fuera así. Salimos del aeropuerto y en la entrada se encontraban un automóvil, era el más grande porque llevaba soldados para protegernos y una gran nave donde nos llevaba a todos nosotros. Al llegar, fui la primera en bajar y corrí hasta el departamento de ellos. Toqué tres veces la puerta, pero nunca recibí alguna respuesta, estaba saliendo del edificio cuando escucho la voz que tanto extrañaba. Era mi madre, quien llevaba puesto un vestido color celeste con algunos detalles dorados en el. Corrí hacia ella y la abrace muy fuerte como ella a mi. 

— ¿Ocurrió algo mi amor? —Preguntó acariciando mi cabello.

— Necesito saber donde esta Friedrich.

— Él está en el en ejército, ¿por qué? ¿Qué pasó? —Esta vez su voz era más fuerte.

— Nada ma, lo único que voy a decirte es que no salgas de casa. Van a haber unos soldados que te acompañarán para protegerte.

— ¿Protegerme de qué?

— Cuando pueda te explicaré —Le di un corto beso en la frente y me fui.

Mientras bajaba, veía a los soldados que subían hasta el piso de mi madre. Cuando vi a los demás vengadores, les avisé que debíamos ir hasta el ejército en busca de mi padrastro. Todos volvimos a subir a la nave y esta comenzó a volar en dirección que había dicho. Caminaba de un lado a otro pensando que pasaría si el sueño se haga realidad, ¿todo iba a ser culpa mía? Steve y Pietro me seguían con su mirada, seguí caminando por un largo rato más hasta que Natasha me detuvo.

— Ya cálmate, me estas mareando y hartando —rodeó los ojos para sentarse de nuevo.

— ¿Por qué nos dirigimos hacia allá? —Preguntó el chico veloz.

— Y ¿por qué tu madre necesita seguridad? —esta vez fue Clint.

Suspiré— He tenido un sueño donde moría Friedrich —Wanda y Steve me miraron sorprendidos—, a mi mamá no le pasaba nada pero quiero estar bien sabiendo que esta segura con los soldados que mande.

— ¿Qué le ocurría a Friedrich? —La voz de Bruce desde atrás me alarmó.

— No lo sé, lo único que vi fue a mi mamá teniéndolo a él en su regazo mientras ella lloraba.

— ¡Hemos llegado! —Tony gritó desde el volante.

Agarré mis cosas y bajé hasta ver todo el campo donde habían soldados entrenando. Los demás se quedaron en la nave a esperar que les diera una señal para entrar. Pasé por la puerta principal encontrándome con una mujer de unos treinta años: pelo recogido color castaño, lentes rojos que apenas dejaban ver sus ojos verdes y llevaba puesto una camisa roja. Pregunté dónde se encontraba el capitán Friedrich pero esta no quiso responderme. Tuve que decir que era su hija. Me miró por unos segundos y en el instante me informó que se encontraba apunto de dar clases en el patio principal.

Primero decidí ir al despacho de él a verificar si ya había salido a dar las clases, por desgracia ya no estaba, así que no tuve más remedio que ir a buscarlo al patio. Donde menos quería ir. Las puertas estaban abiertas de ambos pares, dejando ver a todos los soldados entrenar y entre ellos visualice a Friedrich mirando a sus alumnos. Corrí hacia él pero un rostro conocido hizo que parase, ¿cómo era posible? Dudaba que Friedrich lo dejase entrar de nuevo, eso era imposible.

— Nos vemos de nuevo querida _____ —su asqueroso voz hizo que un escalofrío recorriera toda mi espalda.

— ¿¿Qué haces aquí?? —Susurré casi gritando.

La Chica De Cristal. (Steve Rogers y Tú)Where stories live. Discover now