I must hold on.

266 50 14
                                    

— ¿No vas a comer, hyung?

Alcé la mirada de mi plato y observé a Jungkook. Suspiré y solté mis palillos, negando mientras me recargaba en el respaldo de la silla.

— Veo que sigues desvelándote en exceso.

Me observó y frunció el ceño.

— No estamos hablando de mí, Jimin —ups, hice enojar al niño. Sólo me llama por mi nombre cuando se enfadaba por algo—. Hace semanas que no comes bien tu almuerzo y estás practicando mucho para la presentación que tienes a fin de semestre. No es saludable.

— Practico mucho porque no quiero reprobar. La danza lo es todo para mí y lo sabes.

— Lo sé. Pero tienes que mantenerte saludable. ¡Has bajado mucho de peso! —chilló con preocupación.

Llevé mis manos hasta mi abdomen. Hace tres años, cuando conocí a Jungkook, me jactaba de tener mi abdomen completamente marcado y brazos fuertes. Ahora..., bueno, ahora tenía un abdomen tan plano que incluso sentado podía sentir cómo el hueso de mi cadera resaltaba.

— Ya. No es para tanto. Mírame, estoy bien —hice el intento de sonreír pero por lo cansado que estaba quedó en una mueca rara.

— Te miro y me preocupo más.

Me sorprendí como nunca antes al oír su voz quebrarse. Jungkook dejó los palillos sobre la mesa y bajó la mirada, ocultando sus ojos tras su grueso fleco. Me sentí culpable por poner triste a mi niño, porque lo estaba, lo conocía como a la palma de mi mano. Así que tomé un poco de aire para relajarme y poder hablar.

— En la primaria solían molestarme mucho por tener las mejillas muy redondas, bueno, de pequeño era muy redondo en general. Y sé que los niños suelen ser crueles con otros pero ese tipo de cosas, por muy infantiles que puedan parecer, en situaciones determinadas te hacen daño.

— Hyung...

Jungkook había levantado la cabeza y pude ver sus ojos cristalizados. ¿Por qué estaba a punto de llorar?

— Antes de ingresar aquí solía pasar a diario tres horas en el gimnasio para no restringirme con las comidas. Luego lo superé. Pero hace unas semanas oí a unos compañeros hablar de mí, decían que no tenía el físico para hacer danza contemporánea, que estaba demasiado gordo para ello y que por eso mis movimientos eran lentos y pesados.

Me mordí el labio inferior, esquivando la mirada de Jungkook y suspiré. Me sentía estúpido porque en el fondo sé que está mal lo que hago. Ya puedo sentir el agotamiento por la falta de energía, mi ropa me queda mucho más holgada y me cuesta horrores concentrarme. Ni qué decir de los días de ensayo en los que estuve a punto de desmayarme por saltarme las comidas y sobre ejercitarme. Pero, ¿qué le iba a hacer? Era algo que escapaba de mis manos, que no atendía a razones ni consecuencias.

Jungkook se puso de pie para cambiarse de asiento, a mi lado. Compartíamos una mesa pequeña y algo apartada en la cafetería de la universidad, como de costumbre, uno frente al otro mientras comíamos.

— Hyung, eso lo dijeron de envidiosos que son. No hay nadie en esta universidad que sea capaz de expresar sus emociones con la danza como tú.

— Déjalo, Jungkook. No tienes que decir algo.

Sonreí con algo de cansancio. Por esto jamás exponía mis miedos, siempre trataban de hacerme sentir mejor. Y si yo no creía en los halagos que me daban, ¿de qué servía?

— ¿Qué? ¿Piensas que soy condescendiente contigo? No me insultes, Park Jimin.

Su ceño fruncido y la molestia pintada en cada una de sus facciones me causaron un escalofrío. Creo que jamás lo había visto tan fastidiado.

— Sigo siendo tu hyung, niño. Que no se te olvide el respeto.

— Respeto mis pelotas. ¡Te estoy hablando en serio! El profesor Lee siempre te pone de ejemplo cuando a mi curso le toca las clases prácticas de danza con él, dice que jamás tuvo un estudiante tan talentoso como tú. ¿Y así tienes el descaro de insinuar que lo que digo es para complacerte? ¿Alabarte para ver si así te subo un poco el ego y comiences a cuidarte?

— No sab-

— ¡Shh! No me interrumpas —Jungkook se veía tan alterado y al borde del llanto que no pude negarle la palabra. Estaba atónito, tanto por lo que decía como por su actitud—. Cuando los de tu curso exponen sus avances siempre escucho a la gente preguntarse si vas a participar o no. ¿Recuerdas el del año pasado? La mitad de allí fue sólo por ti, el teatro quedó vacío después de tu presentación. Todos reconocen tu talento menos tú.

— Per-

— Te dije que no me interrumpas —hipó y derramó un par de lágrimas, aun así me sostuvo la mirada—. No quiero que te pase algo malo, no podría soportarlo, no..., ni siquiera puedo imaginarme viviendo sin ti.

Decir que estoy en shock es poco. Sentí tanto temor al pensar en lo mal que estaría Jungkook, tanto miedo de perderlo que el fantasma que me ha acompañado gran parte de mi vida parecía un berrinche infantil en comparación.

Jungkook lloraba sin inhibición. Su llanto era intenso, sus sollozos fuertes y su pecho se sacudía con violencia en busca de aire. Algo en mí se quebró al verle de esa forma y supe que no podía ser egoísta nunca más.

Le abracé como si mi vida dependiera de ello, acaricié su cabello hasta que logró calmarse y le prometí que me cuidaría para estar siempre con él, que jamás lo dejaría.

No podía ser egoísta teniendo a Jungkook conmigo.



Cada vez que te miro me digo que debo ser fuerte,

que tengo que aguantar

Confession [JiKook] [Songfic]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt