I confess I need you here with me...

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Definitivamente la vida me odia.

No, la vida no. Sería una horrible exageración decir eso porque si me odiase no habría puesto a Jimin en mi vida.

Mi jefe me odia.

— Ya, ya. Después te compras otro —sacudió la mano como quien le resta importancia a un asunto—. Vuelve a la cocina, hay una pila de platos que no van a lavarse solos.

Quise darle un puñetazo en su grasosa cara, renunciar y echarme a llorar de la impotencia. Me moría de ganas de darle su merecido al hijo de puta pero no podía. Me tragué mi orgullo mientras empuñaba las manos y salí de su oficina.

¿Qué sucedió? Pasó que fui a pedirle un adelanto porque tengo hasta mañana para pagar el arriendo del mes de mi piso. Insistí tanto que se alteró y derramó su café sobre mi móvil que se encontraba, por desgracia, sobre su escritorio. ¿En qué momento se me ocurrió dejarlo allí?

No fue adrede, pude notar que se asombró cuando notó lo que pasó pero me enfureció que ni siquiera se disculpara ni me pagase el daño. Como si el dinero me sobrara para comprarme otro.

Pude recuperar la tarjeta de memoria que contenía las fotos y videos que tengo con y de Jimin, pero me dolió perder sus mensajes, sobre todo esos que me mandó hoy y que por estar ocupado en mi trabajo no pude leer.

Suspiré cuando un tercer plato terminó hecho añicos en mis manos. Joder, tenía varias cortadas en los dedos que no sanaban porque no me sacaban del fregadero. Que sí, vale, soy ayudante de cocina, pero las obligaciones suelen rotar a medida que va avanzando el turno para que no pase esto. Los dos turnos de ayer y los dos de hoy me los pasé lavando platos así que tengo las manos hechas trizas

Me iba a avergonzar mucho si Jimin entrelazaba su mano con la mía cuando volviera, porque lo haría, ¿no? De novios llevábamos apenas dos días en los que no nos hemos visto pero le conozco, sé que es capaz de ser bastante meloso sin siquiera proponérselo. ¿Sentiría asco de mis manos con lo heridas que están? ¿Se fijaría mucho en la textura que tienen?

Lo extraño mucho. El viernes después de la presentación que hizo la Escuela de Música en el teatro de la universidad Jimin me acompañó hasta mi piso, había aplazado su viaje a Busan hasta la media noche para quedarse a verme y oírme cantar. Detalles como este me derretían el alma, era demasiado dulce y atento conmigo desde que nos conocimos.

Aunque una pequeña parte de mí se sentía mal por ser la causa de que pasase menos tiempo con su familia. Yo le tengo a diario y ellos, en cambio, sólo un par de días al mes. Mi consciencia me hacía sentir egoísta pero no podía evitar sentirme feliz de que pasase más tiempo conmigo. ¿Estaba mal?

— Jeon, ¿a dónde crees que vas? Te falta limpiar las mesas.

Y ahí estaba de nuevo jodiéndome. Faltaban quince minutos para las once de la noche y ya me correspondía salir de mi turno.

Necesito el dinero, necesito el dinero, necesito el dinero. Tenía que pensar en mi sueldo.

— Señor Kang, no me tomé mi hora libre para salir más temprano. Ya me voy a casa.

— Te dije que después de limpiar las mesas. Es tu turno.

— Pero todos los domingos me voy un poco más temprano porque a medianoche no pasan taxis hacia mi casa...

— Según tu contrato, ¿a qué hora sales?

— Diez para las doce —mordía mi mejilla de la rabia que me causaba todo esto. Mi jefe sabía que necesitaba el dinero dado que me mantenía solo, así que muchas veces se aprovechaba de que no me quejaba para mantener mi empleo, a fin de cuentas la paga era buena y siempre que había turnos extras me avisaba a mí primero para tomarlo. Pero a cambio me sobreexplotaba cada que podía—. Pero, ¿y la hora que no tomé de descanso? Con eso lo compenso para irme temprano todos los domingos cuando me toca el último turno.

Confession [JiKook] [Songfic]Där berättelser lever. Upptäck nu