Hide and Seek →Kookmin♡

Nightmare.

Justo en el momento en que Jungkook entró en la habitación, Jimin se las apañó para entrar, en esa milésima de segundo, en uno de los armarios que estaban en la sección izquierda de la habitación.

Abrió las puertas, se metió como pudo (convirtiéndose así en un origami humano) y luego con sus torpes manos intento cerrarlas tras de sí. Pero para su mala suerte, éstas no se podían unir del todo. Aunque intentaba hacerlo con todas sus fuerzas, ellas siempre dejaban una pequeña abertura lo suficientemente grande como para que se pudiera ver todo el cuarto y, obviamente, también a Jungkook.

Si antes, cuando sólo podía escuchar al menor acercarse, estaba muy nervioso, ahora estaba peor. El sudor se había intensificado y el temblor se había vuelto más evidente. Además, podía sentir cómo su corazón palpitaba como un tambor, golpeándole fuertemente el pecho y resonando en sus oídos.

En el momento en que escuchó un gran estrépito, casi le dio un infarto. Se asustó tanto que terminó mordiéndose el dedo índice para no gritar. Agitado y con los latidos yendo cada vez más rápido, tomó una profunda respiración intentando calmarse.

Ya se le hacía imposible no perder la cabeza, pensó que tal vez esto era toda una pesadilla dentro de su mente y que si se despertaba todo regresaría a la normalidad. Lamentablemente, las marcas de sus dientes en su dedo y el dolor que le provocaba éste, le decían lo contrario.

Cuando su corazón se hizo más estable, se animó a mirar a través de la abertura en la puerta. Se acercó lentamente y lo vio. Sí, a él, a Jungkook, el mismísimo Jungkook que quería matarlo costara lo que costara. Él estaba parado sonriendo mientras observaba la habitación.

En ese instante, pudo confirmar lo que le había asustado unos segundos antes: la puerta estaba partida en dos sobre el suelo. Eso lo puso en pánico, porque ahora se sentía expuesto; más vulnerable ya que, sin ésta, el mínimo sonido que él hiciera, se propagaría más y también Jungkook lo podría ver desde el pasillo. Justo en ese momento, lo segundo no tenía mucha importancia porque planeaba quedarse en el armario durante toda la noche.

-Dije que vendría por ti- Mencionó el más alto balanceando el hacha con su mano derecha. Su tono, sin duda, era uno de diversión.

Y entonces, el menor se giró al lado de los armarios.

Jimin se sobresaltó, se tapó la mano con la boca y se estiró hacia atrás hasta pegar la espalda contra un costado del armario. Creyó que Jungkook sabía dónde estaba, que podía observarlo desde ahí. ¿La abertura era lo suficientemente grande como para que lo pudiera ver?

Su corazón, que un momento se había tranquilizado, ahora volvía a descontrolarse. Instintivamente cerró los ojos con fuerza y esperó, mejor dicho, deseó que aquello hubiera sido una invención de su asustada cabeza.

Inhaló y exhaló aire un par de veces antes de armarse coraje para abrir un ojo y ver. ¿Qué esperaba encontrarse? Sinceramente, esperaba lo peor de lo peor. Pero tenía que admitir que tenía un poco de esperanza de que eso no pasara.

Vio por la ranura que Jungkook ya no estaba. Rápidamente, se le escapó un sonoro suspiro. Entonces se dio cuenta de lo que había dicho y se golpeó la cabeza regañándose por lo que había hecho.

Esperó tres segundos. Al no ver ninguna reacción, supo que el territorio estaba despejado... o tal vez no. No podía estar segurísimo.

Al comprobar que el menor no estaba, su cuerpo se relajó. Los músculos que se habían contraído durante todo ese tiempo, ahora tenían un respiro. Con esto, se dio cuenta de lo que había estado soportando: el dolor del dedo mordido, los calambres por estar mal posicionado y la contractura en el cuello y el sufrimiento de su espalda encorvada.