Que comience el juego.

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10:00 pm.

La alarma dejó de sonar.

-¿Sabes lo que significa eso, no?- Jungkook río fuertemente. Era obvio que estaba disfrutando el momento.- Tú, pequeño amigo, eres carne muerta.- Volvió a estallar en carcajadas. Pero esta vez eran aún más fuerte y más descontroladas. Él se agarraba el estómago de lo divertido que le parecía la situación.

Pero no duró mucho. De un segundo a otro, su rostro adquirió una expresión seria. Y en seguida, posó nuevamente sus ojos en el más bajo. Ya no le sonría como antes, el chico dulce de hace un minuto había desaparecido.

Lo que Jimin más temía había cobrado vida. No le tenía miedo a Jungkook, de hecho lo adoraba. Lo que le había atormentado durante todos esos años, era lo que el menor podía llegar a hacer. Porque, si tenía la determinación de conseguir algo, sí o sí lo obtenía.

Y eso, a lo que tanto le había temido, ahora se había liberado.

-Esto es lo que habías querido antes ¿acaso me equivoco?

En seguida, Jungkook retrocedió unos pasos, tomó carrera y con todas sus fuerzas, planteó un golpe en el estómago del mayor. Inevitablemente, Jimin terminó en el suelo, retorciéndose del dolor.

Al bajito se le nubló la vista por las lágrimas que insistían en salirse. Se sentía mareado, sin fuerzas y extremadamente adolorido (por el golpe y por heridas anteriores que no se habían sanado del todo). Sintió, en el momento del impacto, cómo se le hacía difícil respirar, cómo su cuerpo se tensaba, cómo sus músculos pedían un descanso de todo ese maltratado que llevaba años...

Quiso, en aquel segundo, que Jungkook lo matara de una vez por todas. Ya sentía que estaba llegando a su límite tanto físico como mental.

Pero, algo en su mente, detuvo aquel pensamiento. Rápidamente divisó lo que su cabeza (más bien, su corazón) le decía: que no podía morir, que había sobrevivido a un montón de cosas en su vida, que nadie podría detenerlo (ni siquiera Jungkook) y que lo amaba tanto que deseaba verlo sonreír una vez más...

Entonces juntó las pocas fuerzas que le quedaban e intentó ponerse de pie. Pero, cuando quiso reincorporarse, tosió varias veces y manchó el piso de sangre.

Jungkook, quien estaba mirando todo aquello, no se había movido. Lo veía y sonreía de oreja a oreja. Cualquiera que lo viera así, diría que estaba mirando un espectáculo muy divertido.

Al cabo de un rato, al ver que Jimin no se movía, decidió acercarse y darle una mano para que se levantara. El bajito, sin pensarlo dos veces, acepto la ayuda y con mucho cuidado volvió a sostenerse en sus dos pies. Su cuerpo, cada centímetro de él, le dolía un montón; sentía que iba a colapsar en cualquier momento. Pero, no se podía permitir quedarse sentado, ya que se sintió, a pesar de todo, muy feliz de recibir la ayuda de Jungkook.

-Esto era lo que querías ¿cierto?- El menor de los dos agarró al mayor y lo empujó contra la pared más cercana. Y, sin que el otro pudiera vérselo venir, lo besó.

Lo besaba con anhelo, con desesperación y eso conllevó a que el beso fuera cada vez más violento.

Jimin se alegró de poder pobrar esos labios tan dulces y a la vez tan amargos una vez más. Quiso que ese momento se mantuviera para siempre, que él lo tratara con más cariño... Pero se dio cuenta de que esa era una idea muy tonta cuando sintió que el otro se volvía más violento. Entonces, con mucho esfuerzo, empujó a Jungkook con éxito.

-Mmm, sangre-Comentó el menor mientras se relamía los labios. Con una sonrisa pícara, dijo:- Te ves tan tierno con las orejas rojas.

Jimin estaba feliz por un lado pero se sentía, más que nada, perdido. Estaba en el medio de una batalla de sentimientos encontrados: ¿Lo odiaba o lo amaba con locura? ¿O es que se había vuelto loco por amar a una persona tan enfermiza?

Tal vez hubiese seguido con esa lucha interna de no ser que su vida estaba en riesgo.

Tic, Toc.

- ¿Qué hora es, Jimin?- Preguntó Jungkook.

-10:13, Jungkook.- Contestó mirando el reloj de la pared.

10:13. Ya habían pasado 13 minutos.

-¿13?¿Jungkook? Dime "señor", imbécil.- Gritó incrédulo- ¿He desperdiciado 13 malditos minutos en ti?- Miraba al mayor con mucha furia.- Oh, espera. TÚ has desperdiciado 13 preciados minutos de tu vida.-Y, de nuevo, volvió a reír.

Cuando se tranquilizó, recobró su compostura.

-Regresando al tema del juego. Es sencillo.-Explicó con mucha facilidad.-Vamos a jugar por última vez. Tú y yo. No sé si te acuerdas que me habías dicho que te gustaría jugar a las escondidas. Tú te escondes y yo te busco. Tu tiempo límite es hasta las 6 am ¿entendido? Contaré hasta cien y luego iré por ti, así que ve. Escóndete muy bien para que no te encuentre.-Soltó una pequeña risa y luego agregó:- Si apareces ante mis ojos, da por hecho que te decapitaré y haré de tu cabeza un trofeo. Suerte.

Sin poder pensar claramente y con miedo, Jimin salió de la sala cogiendo. Sólo tenía que resistir hasta las 6 y se salvaría.

En esa casa tan grande, sólo se le ocurría un escondite: el lugar donde había pasado todas las noches llorando, su único consuelo.

10: 15. Jimin se dirigía a su posible salvación.

-Entonces, Jimin, que comience el juego.- Soltó Jungkook en voz baja mientras veía al otro alejarse.

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Nota:
Acá el cap 2.
Gracias por leer :)

Hide and Seek →Kookmin♡Where stories live. Discover now