"Puedes dejar de fingir ya..."

Start from the beginning
                                    

– ¿Dónde están mis padres? ¿Mi familia?

– Ellos –Thomas recuperó mi atención– fallecieron, hace un año... –dejé de intentar pararme de la cama, recordaba que tenía padres, pero no recordaba cómo lucían físicamente, me dolía saber que estaban muertos pero me dolía más no recordar como murieron. Tal vez fue en un accidente de auto.

– ¿Pueden dejarme sola? –. El doctor asintió al instante pero el pelinegro dudó un poco.

Hice todos mis esfuerzos para recordar algo de mi pasado pero no podía. No recordaba a ese tal Thomas, ni a mi propio hijo, no recordaba a mis padres, no recordaba nada.

***

– Es algo apartada esta casa, ¿no crees? –. Le pregunté a pelinegro entrando a lo que él dijo era nuestro hogar.

– Sí, es temporal en lo que la otra casa está siendo remodelada...

– Claro... Es linda... ¿Cómo se supone que voy a recuperar la memoria en un lugar tan solitario? ¿No debería platicar con mis amigos o algo así? Deben estar preocupados...–voltee a ver al pelinegro.

– Puedes dejar de fingir ya...

– ¿Qué?

– Actuaste muy bien pero...

– No estoy actuando –lo interrumpí–, en serio no recuerdo nada... ¿Por qué insistes tanto en que finjo? ¡Ni siquiera recordaba a nuestro hijo, por Dios!

– ¿No quieres cargarlo? –negué con la cabeza, no me sentía cómoda cargando a un bebé que prácticamente no conocía–. Vaya, realmente perdiste la memoria, ¿no es cierto? –. Asentí mientras inspeccionaba aquella casa.

– El doctor dijo que tenía que hacer cosas que solía hacer hace 6 meses... ¿Qué hacía? –. Se encogió de hombros dejando a Daniel en el suelo.

– No mucho, limpiabas la casa...

– ¿Mientras tú salías a trabajar? –. Me reí, de algo estaba segura, nunca fui de las chicas que les fascinara hacer el "trabajo de una mujer" en casa mientras el hombre se mataba trabajando en alguna oficina o algo.

– En realidad no, tengo los ayudantes necesarios para que yo pueda quedarme contigo todo el día.

– ¿No sales a trabajar? ¿De qué demonios trabajas? ¿Eres líder de un cartel de drogas? –. Me reí.

– No, soy dueño de muchas empresas, aunque sí, de vez en cuando es necesario que vaya a las oficinas.

– ¿Salgo con un millonario? ¿Cómo ocurrió eso exactamente? –. Me recargué en el sillón sin dejar de verlo.

– Suerte, supongo. –me sonrió.

– Si tenemos un hijo, ¿por qué aún no nos casamos? –me había dado cuenta de que no tenía ningún anillo de compromiso en las manos, aunque algo dentro de mí me aseguraba que alguna vez había tenido uno, ¿acaso me había pedido matrimonio y yo lo había rechazado? ¿O había estado comprometida con alguien más?. Caminé hasta situarme frente a él. Se rió.

– No lo sé, casémonos.

– Oye, tranquilo viejo –le mostré ambas palmas de las manos–, apenas y te conozco, tal vez tú llevas mucho tiempo de conocerme, pero hasta donde recuerdo, la primera vez que te vi fue hace una semana.

Secuestrada por el pasado #3Where stories live. Discover now