Prueba de embarazo

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Cuando escuché varias canciones dejé el aparato de nuevo en la mesita de noche y fui al baño.

Me quedé viendo el escusado, donde ya había vomitado una vez.

Maldición.

Pegué mi cabeza a la puerta abierta del baño y lentamente voltee a ver la caja que me había dado Christian, la única que no me había gustado recibir como regalo de navidad.

Suspiré y lentamente caminé hacia la mesita.

Tomé la caja y leí las instrucciones. Fui al baño caminado lentamente. Me quité el collar de oro blanco y lo dejé sobre el lavamanos al igual que el brazalete.

No puedo creer que esté a punto de hacer esto. Mierda.

Seguí las instrucciones al pie de la letra.

Esos 5 minutos esperando el resultado me parecieron una eternidad.

Me quedé sentada en el suelo frente al escusado sin dejar de mover mis pies y mis manos.

¿Es bueno si es positivo o malo? ¿Y si es de Jake? ¿Y si es de Christian? Fuera de quien fuera para mí sería muy malo.

Tenía miedo de lo que pudiera ver en aquel pequeño aparato.

Miré el resultado.

Sonreí sin poder evitarlo y empecé a llorar de la forma más silenciosa que pude.

Una media hora después, cuando mis lágrimas dejaron de salir y mi respiración se tornó nuevamente normal, me puse de pie lentamente.

Tenía que salir de ahí, tenía que salir con Jake de ahí.

Miré el escusado. Tiré la prueba al bote de basura.

Me acerqué. Tomé la tapa del tanque del inodoro y lo moví un poco, después lo levanté, estaba un poco pesado pero podía con él.

Lo volví a dejar en su lugar y le llamé a Christian.

Abrí la puerta y me quedé parada ahí viendo como caminaba hacía mí sin apartar la vista de la mesita de noche.

– ¿Te hiciste la prueba? – asentí –, ¿Qué te dio como resultado?

– Negativo. – dije mirándolo a los ojos. – Te dije que no estaba embarazada, solo es un retraso, suele pasarnos a veces.

– ¿De más de dos meses?

Asentí sin alterarme. – Suele pasarnos a veces. – repetí. – Como sea. – cambié de tema encogiéndome de hombros. – Quiero bañarme, ¿puedes quitarme la cadena?

Asintió.

Salió de la habitación y cuando regresó con la llave me la quitó dejándome sola en el baño.

– Oye... – se recargó en el marco de la puerta cruzando sus brazos y los pies a la altura de los tobillos. Voltee a verlo. – ¿y si te compro otra prueba? Creo que hay posibilidades de que te haya salido negativo cuando en realidad es positivo.

Puse los ojos en blanco. – Si quieres... – no le prestes mucha atención a lo que me decía. – pero te advierto que obtendré el mismo resultado que obtuve hoy... Lo sé.

Movió la boca hacia un lado y salió por completo del baño.

Cerré la puerta. Tomé la tapa del tanque del inodoro con mis manos y la sostuve con fuerza. Me pegué a la pared, y me coloqué a un lado.

Respiré tan hondo como pude preparándome para lo que estaba a punto de hacer, aquella era (probablemente) mi última opción para escapar.

– ¡Christian! –. Grité tratando de sonar como si lo necesitara. – ¡Christian! ¡Ayuda!

Secuestrada por el pasado #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora