"¡Jake!"

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– ¡Lorena! –. Alguien saltó sobre mí y me abrazó con fuerza. Me quejé por el dolor sin abrir los ojos. – ¡Lo siento!

Entoces me di cuenta de quien era el dueño de aquella voz.

Me giré sobre la cama quedando boca arriba, abajo de él.

– ¡Jake! –. Abrí los ojos como platos sonriendo y rodee su cuello con mis brazos. – ¿Qué haces aquí? –. Le pregunté examinando toda su cara.

– Sí, sí, es suficiente. – Christian lo jaló por el cuello de la camisa alejandolo de mí antes de que Jake pudiera contestarme.

Me senté sin poder dejar de ver a mi prometido.

– Jake. – no podía borrar la sonrisa que estaba dibujada en mi rostro.

– Sólo lo traje para que se diera un baño, apesta. – dijo Christian haciendo cara de asco.

Salí de la cama y me acerqué, cojeando, a Jake, tratando de ignorar el dolor. Lo abracé por el cuello y sentí como mis ojos se humedecieron.

– Lorena. – habló Christian con voz firme. Me forcé a alejarme lentamente de mi amado.

Caminaron hacia el baño y se metieron.

Me senté en la cama haciendo una mueca de dolor.

– ¿Qué? –. Escuché la voz de Jake. Mierda, iba a retarlo, lo conocía. – ¿Eres como tu hermano o que?

– ¿Qué? –. La voz de Christian sonaba como si estuviera confundido.

– ¿Quieres verme mientras me baño? ¿Por qué no invitas a Lorena también? Así nos bañamos mientras tú nos ves.

– ¿De qué mierdas hablas imbécil?

Christian no lo sabía. No sabía que Thomas lo había violado. No estaba enterado de que su hermano...

– No me digas que no sabías que tu hermanito era joto. – se rió al decir la última palabra en español.

Jake. Cállate.

De repente se escuchó un golpe, como de algo golpeando contra madera.

Mierda.

Jake salió del baño a toda prisa.

– ¡Corre! –. Gritó.

– ¡No! ¡Jake! –. Mis ojos se abrieron como platos en cuanto lo vi.

– ¡Corre! –. Repitió cerrando la puerta tras él. Se quedó ahí evitando que Christian la abriera. Un golpe (tal vez una patada de Chris) sacudió el cuerpo de Jake pero él se mantuvo en su lugar.

– ¡No puedo! –. Grité cerrando mis manos en un puño al rededor de la sábana.

– ¡Vete! ¡Yo lo detendré!

– ¡No Jake! –. Señalé mi tobillo rodeado por la cadena. – ¡Vete tú! ¡Llama a la policía!

Me miró pensando en qué hacer. No quería dejarme, pero era la única forma en la que podríamos salir con vida.

Salió corriendo tan rápido como sus flacas y débiles piernas le permitieron.

Christian abrió la puerta con los ojos hechando llamas. Corrió tras mi amante.

Me interpuse en el camino de Christian.

– ¡Amor! –. Le toqué el pecho. Aventó mis manos con fuerza. Intenté agarrar sus brazos pero corrió pasando por mi lado. – ¡Chris, no!

Secuestrada por el pasado #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora