"Púdrete"

16.6K 827 171
                                    

– Por favor... Chris... No... – en cuanto dije su nombre dejó de quitarse la camisa y volteó a verme.

– Crees que no me extrañas, pero yo sé que si. – se quitó los pantalones, cuando estuvo a punto de desnudarse por completo giré mi cabeza hacia mis manos. Traté de abrir las esposas pero noté que necesitaban una llave. Seguro Christian la tenía.

Sentí como se movió la cama y después se puso sobre mi cintura. Aún no quería verlo. Me daba asco siquiera pensar en la idea de hacerlo.

– Por favor Christian, te lo suplico. – sentía mis lágrimas rodar por mi sien y chocar con mis brazos.

– ¿Recuerdas cuando gemías?

– ¡Con un demonio Christian! ¡Nada de eso fue verdadero! ¡Todo lo fingí para que me dieras más libertad! –. No pude evitarlo, no pude callarme aunque sabía que después me arrepentiría de haber hablado.

Puso su mano al rededor de mi cuello y empezó a apretarlo con fuerza. Me retorcí tratando de quitarlo de encima, pero no conseguí nada. Cuando empecé a sentir la sangre irse a mi cabeza me soltó.

– Perdóname, yo... Sabes que no me gusta que me digas todas esas cosas horribles...

Es la verdad. Pensé.

– Si... Lo siento... Sólo... Dejame ir... Sueltame...

Me miró molesto. – ¿Crees que soy tan estúpido? –. Sí, sí lo creía –, no, tal vez lo era cuando tenia 25 años, pero ya no más.

Me subió el camisón hasta mis muñecas. Me tocó un pecho y después el otro, admirandome como si fuera una piedra hermosa.

Me besó, trató de introducir su lengua a mi boca pero no se lo permití. Cuando giré mi cabeza él aprovechó y empezó a besarme el cuello. Se hincó y puso su mano en mi entrepierna. Sumí la cadera hacia la cama tratando de apartar su mano, pero no sirvió de nada. Empezó a masajear mi clítoris. De repente introdujo un dedo.

– ¡No! –. Acomodé mi pierna de tal forma que pude darle una patada en el pecho haciendo que cayera al suelo. Traté de zafar mis muñecas de nuevo pero no conseguí nada.

De un momento a otro él abrió mis piernas con rapidez e introdujo su miembro en mí tan rápido que me lastimó. Solté un grito.

– ¡Lorena! –. Escuché a lo lejos.

– Jake –. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Jake podía escuchar mis gritos, sabía que era lo que él menos queria pues sufría. Así que decidí no gritar mientras Christian me penetraba.

Se acostó sobre mí. Estaba sudando y con una gran sonrisa en su rostro, aun no se detenia.

– No sabes cuanto esperé para esto. – empezó a lamer mis pechos, como tenía barba de unos días ésta me picaba. Me retorcí para que dejara de hacerlo. Me volteó a ver y me besó antes de sentir como se corría dentro de mí. Gimió y se acostó a mi lado. Traté de alejarme tanto como mis manos amarradas me lo permitieron.

–Deberías dormir un poco, al igual que yo. – me dijo sonriendo.

– Púdrete. – le escupí, mi saliva llegó hasta su pecho. Dejó de sonreír. Me dio la espalda por unos segundos. Escuché que abría una especie de cajón. Volteó a verme, tenía una jeringa con un liquido amarilloso.

Jaló mi cabello haciendo mi cabeza hacia atrás y dejando mi cuello a la vista. Sentí el piquete en mi cuello. Mis extremidades se durmieron y a continuación mi cerebro le ordenó a todo mi cuerpo que durmiera. Así caí inconsciente.

***

Tenía los ojos cerrados, sentí que mi brazo rodeaba su cuerpo, mi cabeza estaba recargada en su pecho y mi pierna estaba muy cerca de su entrepierna. Seguíamos desnudos. Sonreí al darme cuenta de que todo había sido un mal sueño, seguíamos en la misma pose en la que nos habíamos dormido.

– ¿Amor? – Hizo un sonido con la garganta para hacerme entender que estaba despierto. –, tuve una pesadilla – apreté más mi cuerpo contra el suyo y él me abrazó por la espalda. Hizo otro sonido con la garganta, sabia que quiso decir "¿A si?". Asentí –, ya sabes, Christian regresaba y... -Me callé al recordarlo, fue horrible –, pero... No se... Se sintió más real que otras veces...

 Se sintió más real que otras veces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Tal vez por que fue real... – tan rápido como pude quise alejarme de él, pero empujó mi cuerpo hacia el suyo por mi espalda y sujetó una de mis muñecas para que no pudiera alejarme. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, tanto que mi vista se distorsionaba, pero aún así podía ver sus oscuros ojos y negro cabello. – ¿Por qué lloras amor? Hace 10 segundos estabas bien...

Me moví para zafarme de su agarre pero fue imposible. – No, tú estás muerto –. Mis lágrimas empezaron a escaparse de mis ojos.

– Vamos cariño... Pensé que la fantástica experiencia de ayer te hizo darte cuenta de que no estoy muerto. – sonrió. Traté de zafarme de nuevo sin lograrlo.

– Déjame ir. – supliqué.

Negó con la cabeza. – Mejor abrazame como me tenías abrazado hace 5 minutos. – sonrió aun más.

– Púdrete. – dejó de sonreír. Lo empujé y me soltó. Me senté dándole la espalda y me vi el cuerpo. Tenía marcas de sus dedos en mis piernas, no recordaba cuando me los había hecho. Christian puso su mano en mi espalda. Sentí un escalofrío y me puse de pie al instante.

Vi mi camisón en el suelo y me lo puse.

– Amor, regresa a la cama. – escuché que dio unos golpecitos en la cama con la palma de su mano.

– ¿En dónde está Jake? –. Me giré para verlo a los ojos.

– ¿Ese inútil? ¿Por qué te importa?

– ¿Por qué? ¡Porque lo amo! –. Se puso de pie y empezó a caminar hacia mí. Tragué saliva. Sus puños estaban cerrados y su mirada hechaba fuego, podía matar a quien quisiera con sólo mirarlo.

– ¿Cómo que lo amas?

Tranquila Lorena, di lo que quiere escuchar o te irá mal, peor aún, le irá mal a Jake. – Yo... Tú me abandonaste... Me dejaste a manos del maldito de tu hermano, Jake me salvó, ¿qué querías que hiciera? Tenía que agradecerle de alguna manera...

– Yo jamás te abandoné. – tocó mis brazos con delicadeza. Fingí que no sentí el escalofrío que me provocó por su toque. – tuve que fingir mi muerte para poder rescatarte después... Jamás fue mi intención dejarte con él, al igual que no fue la intención de Jack matar a mi hermano...

Me alejé de él. – ¿Cómo sabes eso?

Sonrió. – Ahora tienes otra excusa para quedarte a mi lado y no ir por la polícia.

– Podemos decir que fue en defensa propia... Que él me violó y Jake me defendió...

– ¿Y con que pruebas? –. Aún no borraba su estúpida sonrisa

– Jake dirá que es verdad...

– Vamos, tengo a la polícia a mis pies, ¿a quién crees que le creerán? ¿A mí , con la prueba en video de tu noviecito matándolo, o a ti, una mujer que no tiene ninguna prueba de que haya sido violada?

Mi corazón empezó a latir con fuerza, pero fingí que no me dolía el pecho. Me senté en la cama y voltee a verlo de nuevo.

– ¿Cómo me encontraste?

– Bueno... Creo que empezaré por el principio. – se sentó frente a mí.

Secuestrada por el pasado #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora