Veintiocho

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Los días iban pasando y sin noticias de Cameron. Cada día se vuelve un poco más difícil, sabiendo que cuando te vio actuó como si no te conociera. Busqué miles de maneras de acercarme a él. Ángeles me recibía muy bien pero no me decía nada de él, creo que el se lo pidió.

Disfrutaba sentarme en el parque y ver a la gente disfrutar de una tarde. Los nenes jugando, escuchar como juegan al fútbol. Amigas tomándose fotos, parejas, familias. Me gustaba tomarle fotos y luego armar un álbum al que lo llamaba "Libre". Cada foto mostraba lo que era para mi la libertad.

Mi lente se topó con un chico sentado frente mío observandome. El sonrió y miró a otro lado para que le tomará una foto distraído. Sonreí y miré la foto, me gusto mucho.

- ¿Puedo verla? - pregunto pasándose frente mío.

- Claro - contesté y se la mostré.

- Al fin salgo bien en una foto - dijo riendo - soy Gael Mansilla.

- Ana - dije algo tímida.

- Te veía tomar fotos desde allá y te veía en tu mundo - expresó.

- Es algo que me gusta mucho - contesté guardando mis cosas y levantándome.

- ¿Te veré otro día por acá? - preguntó curioso.

- No lo sé - sonreí - seguro que si.

Gael llevaba sus manos en los bolsillos. Tenía ojos claros y un pelo revuelto casi rubio. Tenía una chomba y unos jeans con zapatillas. Teníamos la misma altura, y aparentaba tener uno o dos años más que yo.

Camine hasta mi casa, me tiré al sillón y saqué mi cámara del bolso. Me puse a mirar las fotos, pero me detuve en la del chico. Le hice un poco de zoom y pude ver algunos detalles que no me había dado cuenta. Tiene un tatuaje en el antebrazo izquierdo y un arete en la oreja del mismo lado. Tenía una cadena de una cruz y un perfil bastante lindo. El poso para mi y eso me agrado.

Vi sobre la mesa ratona que teníamos en el living la netbook de mi mamá. La agarre y entre a las redes sociales y busque su nombre. Lo encontré en Facebook, tenía una foto de perfil de él con una niña. Miré un poco más sus fotos, no tenía muchas pero se notaba que le gustaba sacarse fotos y en todas salía bien.

Fui hasta el icono de mensajes. Vi que decía nuevo mensaje y le di clic. Me quedé mirando la pantalla unos minutos pensando si lo que estaba por hacer iba a ser buena idea o no.

Ana Bloom

Hola Gael, es raro esto... pero recordé tú apellido y te busque por las redes sociales. Soy Ana, la chica que te tomó una foto en la plaza, quería que la tengas. Gracias por hacerte el distraído así podía tomar una foto más casual aunque en realidad posabas para mi jajaja.

Envié el mensaje y detrás la foto que le tomé. Estuve mirando un poco mi perfil y aproveche para subir algunas de las fotos que tomé. Recibí buenos comentarios y eso me agradaba.

Gael Mansilla

Muy buena la foto Ana ¡me encantó! Te vi sacando fotos y me gusto que captabas momentos, por eso al ver que me estabas por tomar una me hice el tonto jajaja. Me gusto mucho, felicitaciones por tu gran trabajo. Besos Ana, espero verte pronto.

Fue la respuesta que recibí enseguida por parte de Gael. Estaba por cerrar la conversación cuando automáticamente puse responder:

Ana Bloom

Muchas gracias por el cumplido. Sonará raro esto pero me encantaría poder ir algún lugar como otra plaza o un lugar turístico a tomarte fotos. No es obligación y no quiero que te asustes con mi propuesta. Sos un gran modelo.

No sé que me paso pero le escribí eso a un chico que acaba de conocer y que le había tomado una sola foto. Me sentí estúpida pero después me di cuenta que el día de mañana me puedo dedicar a tomarle fotos a la gente y que este sería un gran comienzo para algo nuevo.

Apagué la computadora y fui a preparar la cena para cuando llegue mi madre. Hoy vendrá Pablo a cenar con nosotras, ellos me van a poder dar su opinión con respecto a lo que quería empezar hacer.

Preparé la comida favorita de los tres, pastas con salsa rosada. Era algo que compartíamos los tres, ya que en otras cosas éramos realmente distintos.

Pablo llegó enseguida junto a Laura, ellos me dieron el visto bueno de mis ganas de tomarle fotos a la gente. Que la gente sea mi modelo.

- Sólo que ten cuidado a quien eliges - me dijo mi cuñada Laura.

- Si en eso tenes que estar atenta Ana por favor - añadió mi hermano.

- No se preocupen. Estaré más atenta que nunca - respondí sonriendo.

- Buenas noches - dijo mamá entrando a la cocina - que rico huele. Desde la puerta se siente el olorcito a salsa.

- Hice salsa rosa - contesté y ella me dio un beso en la frente - ¿cómo te ha ido?

- Muy bien - sonrió. Hace mucho que no hacíamos esto de tener un momento para nosotros.

Cameron por un momento dejo de ser en lo único que pensaba. Pude compartir una noche con mi familia, hace rato que no lo hacíamos, y pude sacar de mi cabeza por una noche a quien muchas veces me quitaba el sueño y el hambre.

La primer noche después de meses que me dormí sin pensar en Cameron. 

El amigo de mi hermano - Cameron DallasWhere stories live. Discover now