Veinte.

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Lo que más me gusto de la habitación que me toco con Cameron es que tenia un ventanal grande con una hermosa vista. Los primeros rayos de luz me despertaron, Cam dormía a mi lado. Me levante despacio, y me puso una campera que encontré de Cameron ya que las mañanas ahí eran frescas. 

Me asome al ventanal y vi como amanecía. Era un silencio que daba paz, solo se escuchaba el canto de las aves. Di media vuelta y vi como Cameron dormía y como lo hacia casi siempre recordaba todo lo que viví este ultimo tiempo. 

¿Como es posible que me despierte al lado del amigo de mi hermano? pensé. Pero dejo de ser el amigo de mi hermano, ahora pase a ser mi novio. Lo vi con tanta paz durmiendo que no tuve mejor idea que tomarle una foto. Luego tome una del afuera desde el ventanal, era realmente hermoso. 

El sol que daba en mi rostro era el significado de un nuevo día. Estire mis brazos y me saque una foto. Hace mucho que no lo hacía. Tome mi celular de la mesa de luz, y no tenia mensajes. Iba a llamar a mi familia pero imagine que dormían, era muy temprano y yo ya estaba despierta.

- Ven a la cama - me dijo Cam dormido. 

- voy - conteste. Deje el celular y la cámara me acosté. 

- ¿Todo bien? - pregunto tratando de abrir los ojos. Luego me abraza. 

- Muy bien - sonreí aunque sabía que el no podía despegar los ojos. Cuando lo mire ya dormía, tan hermoso y con tanta paz. 

Me quede dormida enseguida. Me desperté cuando Cameron entro a la habitación. Mire la hora del celular y eran casi las once. 

- ¿Porqué no me hablaste? - pregunte dando un salto de la cama. 

- Dormías amor - respondió él - traje el desayuno. 

- Tu familia va a decir que soy re dormilona. 

- Lo sos - dijo riendo - no te preocupes, ellos también acaban de despertar. 

Agarro la bandeja que había dejado sobre el modular y vino hasta la cama. Le acomodé bien los almohadones para que este más cómodo. Apoyo la bandeja sobre la cama y me dio un beso. 

- Café para vos y un te para mi - dijo tomando despacio la taza y dándomela. 

- ¿Quien iba a decir no? Mira donde estamos... - dije. 

- Solo disfrutemos, luego pensamos - respondió. 

Agarro su celular de su mesa de luz y estiro su brazo. Un flash nos ilumino el rostro. Desayunamos juntos, hablamos de muchas cosas. Me contó más que nada cosas de su familia, de su vida, de su infancia. 

Sus ojos brillaban cada vez que nombraba a la madre. 

- ¿sabes que tienes que hacer? - me pregunto mirándome a los ojos.

- ¿qué? - pregunte. 

- Cuando vuelvas a tu casa, tomar el teléfono y llamar a tu papá - dijo.

Solo lo mire. 

- Amor - dejo la taza sobre la bandeja y mordió una tostada - vos... vos tenes que dejar todo tipo de rencor de lado, tu papá habrá sido lo que fue pero es tu papá. Tu sangre. Sé cuanto duele, pero si el se fue tendrá una respuesta ¿se lo preguntaste alguna vez? 

- No - respondí con pocas ganas. 

- Te lo digo como hijo - agrego - no te lo digo como novio ni nada. Aprendí a perdonar, mi corazón esta tranquilo. 

Me costaba mucho hablar de mi padre. Muy pocas veces era tema de hablar, pero cuando lo era intentaba cambiar de tema o directamente de no opinar. Con Cameron fue diferente, a él lo escuche. Intente entenderlo, pero realmente me costaba mucho responderle. 

El amigo de mi hermano - Cameron DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora