Capítulo 19: Dieciocho años practicando.

Start from the beginning
                                    

— Lo prometo.

Después de ese momento tan emotivo, nos íbamos a casa, ya era nuestra última clase del día y podíamos ir a descansar a nuestros dulces hogares. Cosa que añoraba hacer hoy. En el transcurso del instituto a mi casa iba escuchando las canciones de Billie Eilish, la amo, amo su estilo. Estaba muy sumergida en las canciones —sobre todo en Copycat, que es mi favorita— viendo el viento soplar los árboles, sí, me iba caminando. Nadie podía llevarme a casa hoy, mis amigas se quedaron en el instituto. Jess entrenando, Sarah se quedó para hablar con un profesor y Lu tuvo que partir a una reunión de buenos estudiantes. Mike se quedó a charlar con sus amigos. Y yo, estaba sola.

No es que me importe, mis amigas son muy apegadas a mi y sé que también tienen sus vidas para que estén solas. Es por eso que amo nuestra amistad; no importa si no estamos juntas, nuestra amistad va a perdurar siempre en nuestros corazones.

En el camino se me cruzó una niña pequeña de pelo rubio, debe tener unos trece años. Iba corriendo en mi dirección contraria y un globo rojo en su mano, se veía muy feliz.

Que linda chica, se parecía a ti cuando te encerraron.

Ignorando a mi conciencia apresuro el paso, no quería seguir escuchando a mi conciencia atormentándome por algo pasado hace años y que ni siquiera recuerdo. Sin duda no recuerdo nada de mi niñez.

Pero, ¿Por qué? ¿Por qué mi conciencia me recuerda cosas que yo ni siquiera recuerdo haber vivido? Son como sueños tan reales que parecen reproducirse en mi cabeza una y otra vez. Y no sólo eso, una voz me habla y se me es imposible imaginar de donde viene. Aunque sé que es de mi cabeza, no sé si es que me estoy volviendo loca o mi conciencia me juega en contra por no dormir lo suficiente y empiezo alusinar. Siento ansiedad por todas estas preguntas sin respuestas, a nadie quien pueda recurrir sin que me traten de loca.

Apreté mi mandíbula cerrando mis ojos, y saqué las llaves de mi mochila y me adentré a mi casa, al estar dentro me apoye de espaldas en la puerta. No se porqué siento como si mi respiración estuviese agitada cada vez que mi cabeza... Me habla, es como si hubiese estado corriendo miles de kilómetros sin parar o cómo si me estuviera ahogando en un mar tan profundo difícil de escapar. Necesito tomar una pastilla.

Subo con pesadez las escaleras de mi casa hacía mi cuarto, al estar allí viendo que nadie me viera, abrí el cajón de mi mesa de noche y de allí saqué una mini cajita con pastillas para tranquilizar mi ansiedad, seguramente de esto se trata. Recuro siempre a las pastillas cuando siento que me estoy ahogando en una clase de desesperación, no sé lo que me pasa.

¿Estoy loca?

¿Cómo puedo estar loca si no he hecho nada cómo para estarlo? No recuerdo nada y es eso lo que me desespera. Mi mente me ha jugado en contra desde que tengo memoria, es decir, de hace unos cinco años atrás y me dice cosas que no logro entender. Y que ni siquiera recuerdo que pasaron. Desde que tuve la fantástica idea de contarles a mis padres trataron de evadir el tema.

¿Por qué? No lo sé.

Bajé hacia la cocina por un vaso de agua. No había nadie aquí, Mike en el instituto, Ann en la universidad y mis padres trabajando. Llené un vaso de agua y me apoyé en la encimera lista para tomar la pastilla, pero antes de eso, una mano me arrebata mis pastillas.

— ¿No te han dicho que no debes tomar esto? —me señala la caja de pastillas que tiene en su mano. Molesta.

Creí que no había nadie. Me volteo frunciendo el ceño por lo imprudente que fue al quitarme algo que no es suyo. Sus ojos verde agua me miran muy mal.

Escuadrón Anti-Chicos© (En edición)Where stories live. Discover now