—Quiero llevarte a una cama después —Su voz profunda me hace sudar —. Desnudarte y hacerte cosas muy sucias.

—¿Sí? ¿Cómo cuáles?

Sus dedos se arrastran dentro del vestido y toca mi ropa interior. Soy chocolate derretido, mis piernas débiles se abren, invitándolo a acariciarme dónde solo él sabe.

—Primero, te arrancaré este vestidito —Habla, su tono ronco y excitado —. Después besaré cada centímetro de tu cuerpo y te haré gritar mi nombre mientras te llevo a otro mundo.

Le sigo el juego, mi mano dirigiéndose dentro de su pantalón.

—¿Qué mundo?

—Uno lleno de placer, Arianne. Uno dónde no querrás a ningún otro hombre más que yo.

Se inclina hacia mí y me besa. El beso no es dulce o lento. Es ardiente, hambriento y desesperado. Mi boca se abre para darle paso a su lengua y me come con largos gemidos necesitados.

La combinación de su aroma, sus gruñidos, las luces y la oscuridad me provoca hambre. Tanta hambre. Sin despegar su boca de la mía, me lleva a un rincón dónde presiona mi espalda contra una pared, me levanta y mis piernas le rodean la cintura. El vestido corto sube a mis muslos, dándole acceso a mi ropa interior y gimoteo cuando nos frotamos para calmar la fricción.

—Dioses, Arianne... —Se queja —. No puedo soportar un minuto más sin entrar dentro de ti.

Mi risa agita mis pechos y Asher las mira sin disimulo.

—¿Qué tal si me llevas a ese mundo cómo prometiste?

Su rostro se tensa cuando traga saliva.

—Estás matándome aquí, amor.

Hundo su rostro en su cuello y callo los gemidos mientras sus manos permanecen en mis caderas. Nuestros cuerpos creando fricción y ávidos de encontrar la liberación. Inserta su dedo en mi ropa interior y encuentra mi clítoris.

No puedo más.

Me muerdo los puños y mis ojos revolotean hacia la pista de baile dónde la veo. La mirada marrón de Julianne se encuentra con la mía y me quedo paralizada. Hay celos, frustración y rabia en su rostro. Por un momento pienso que va a darse media vuelta e ignorar lo que hacemos Asher y yo, pero su siguiente movimiento no lo predije.

—Ella está aquí —Le digo a Asher —. Ahí viene.

—Mierda...

Es rápida cuando me aparta violentamente de Asher y me ataca.

Genial.

Sabía que esta loca arruinaría mi noche.

—¿Cómo te atreves a usar mi vestido? —grita.

Un segundo estoy en sus brazos y al siguiente con Julianne sobre mí.

Estoy furiosa. Dejo salir cada ira reprimida y es mi turno de atacar con todas mis fuerzas. Jamás imaginé que ella reaccionaría de esta forma, pero se ha delatado solita. Está volviéndose loca viendo a Asher junto a mí. Ignoro los gritos de las personas en el club y golpeo a Julianne. Un círculo se ha formado a nuestro alrededor y la música suena a todo volumen aumentando mi adrenalina. Estoy a horcajadas sobre ella, gruñéndole como una salvaje.

Mi mano se cierra en puño y le doy un fuerte puñetazo en el rostro. Julianne me gruñe furiosamente e intenta atacarme, pero no es rival para mí. Grita cuando mis manos empiezan a quemarla. Llamas arden en mis palmas. Hace un pobre intento de darme una bofetada, pero me muevo con facilidad dejándola en el suelo con mi pie sobre la base de su garganta.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora