—Contrólate, Arianne —alienta Kellan —. Tú puedes con esto y más. No temas.

Mis manos tiemblan y no oigo nada más que no sea el sonido de mi respiración. Mi mente se pone en blanco y mis oídos se llenan de zumbidos. Se me escapa un grito cuando un árbol se derrumba a escasos centímetros de mi cabeza.

Carajo.

—Arianne... —dice Asher.

Josh se mantiene en silencio y analiza la situación. Le resta importancia al hecho de que estoy haciendo vibrar la tierra que nos rodea y aterrorizo a los animales. Derrumbaré las montañas, provocaré a un volcán si no me tranquilizo.

—Cierra tus ojos y contrólate —ordena Kellan y lo hago —. Respira, Arianne. Cuenta hasta cinco.

¡Cálmate! Me grito a mí misma. La adrenalina crece y mis brazos tiemblan por el temor al fracaso. No puedo...

—He dicho que cuentes —gruñe el druida —. Cuenta ya, Laroux. ¿No sabes contar?

Mantengo los ojos cerrados, respiro, mido el ritmo de mi respiración, cuento hasta cinco y todo se calma. Escucho el silbido del viento, pájaros en el cielo y aplausos por parte de Kellan. Asher sonríe orgulloso mientras Josh es una estatua cuando los miro.

—Nada mal para ser tu primera vez —felicita Kellan.

—¡Sí! —Suelto un pequeño chillido de felicidad y sacudo el polvo de mis pantalones de deporte —. La próxima lo haré mucho mejor.

—No dudo que sí —Kellan encorva los hombros —. Tus pensamientos son una atracción a lo negativo. Necesitas ser optimista cuando entrenas y repetirte que puedes lograr cualquier cosa.

—No es simple.

—Lo sé —suspira —. La parte más difícil es fingir que puedes superar tus mayores miedos, pero en tu caso no lo necesitas, Arianne. Sé que podrás.

Una sonrisa sentimental se insinúa en mis labios mientras la alegría se abre paso en mi corazón. Es bueno saber que alguien cree en mí.

—Gracias.

—Tienes mucha ira acumulada —habla Josh —. Necesito que te la quites de encima.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo?

Asiente a Kellan.

—Haz tu trabajo.

El rubio a mi lado sonríe de manera siniestra que me genera escalofríos. Observa a Asher quién detiene los dedos en la pantalla del celular y une las cejas.

—Tus emociones son tu mayor motivación. Solo imagina que intentan matarte y el interruptor de tus poderes se encenderán —masculla y mira a Asher —. Necesito pedirte un favor.

—¿Qué? —La voz de Asher suena cortante.

—Quiero que te quedes quieto.

Entonces todo sucede demasiado rápido.

Kellan se abalanza sobre mí, curvando sus manos alrededor de mi garganta. ¿Qué demonios? Ni siquiera tengo oportunidad para defenderme. Él me acorrala y me empuja hacia un árbol, torciéndome un brazo detrás de mi espalda y el costado de mi cara la aplasta contra el tronco. El choque me roba el aliento, pero solo un segundo antes de que la ira me domine.

—Huelo tu miedo, Laroux —La voz de Kellan suena oscura —. Defiéndete o muere.

Asher tiene pensamientos sobre matarlo y destriparlo, pero se queda quieto, mirando con atención el entrenamiento.

Dulce Maldad [En Librerías]Where stories live. Discover now