소원 burning desire. [Hopev]

[11] Ellos.

Taehyung se sentía completo.

Cerró sus ojos al sentir unos suaves labios rozar su pálido y suave cuello con ternura. Una caricia que con el tiempo, se volvió habitual, cotidiana. Era muy grato para él recibir esa muestra de aprecio tan pura y abrasiva. Y lo era aún más si la recibía todos los días.

Con una sonrisa en sus labios, extendió sus manos para sujetar el rostro de su alfa con delicadeza. Sus ojos rojizos le miraban deseosos, sin embargo se mantuvo tranquilo, esperando con calma lo que su pequeño le ofrecería. Apoyó su rostro en sus tibias manos al sentir como éste comenzaba a acariciarle. Con cada caricia le traía de vuelta a la vida; se alejaba de aquel sitio tan oscuro en el que estuvo sumergido durante toda su ausencia.

Tae acercó sus labios a su rostro y le besó con ansia. Primero su frente, como vió que muchos lobos de la manada habían cuando se despedían de su familia. Era una forma muy apreciada para los lobos, de demostrar el afecto que sentían hacia el otro. Y él, cuándo se enteró de ello, no dudó en hacerlo con su alfa. Bajó sus suaves labios a su mejilla izquierda hasta llegar a la comisura de sus labios. Ho-seok no pudo evitar sonreír debido a la ternura que aquel acto le transmitía. La manera en la que Tae accionaba minuciosamente. Sus ojitos analizaban cada una de sus reacciones.

Aferró su cintura con fuerza cuando de pronto, mordió su labio inferior con brusquedad para luego lamerle. Fuera de sentirse incómodo, o de que no le agradara, sintió todo lo contrario. Su cuerpo siempre respondería a él. De eso no tenía dudas.

<< Tae >> susurró en su mente cuando sintió que no podría continuar manteniendo la calma. Cuando sintió que los sentimientos desbordaban, y que su cuerpo anhelaba más que nunca sentir su tacto. Su calor. Sus ganas <<. Bésame >>

Taehyung sonrió con dulzura al escucharle. Dispuesto a hacer lo que su lobo quería, se subió encima de él y se aferró a sus hombros con ambas manos para luego acercar sus labios y comenzar a besarle. Un beso lento, sin prisa. Tímido. El calor del lobo le ahogaba, más no se alejó de él. No podría. Nunca antes se había sentido tan cómodo. Nada podría hacerle sentir de esa forma. Era tan adictivo, tan perfecto.

Al sentir el sabor metálico de su sangre, Tae no pudo evitar acercar su lengua al pequeño corte. Gimió cuando Ho-seok elevó su cadera, provocando que ambas partes se rozaran con brusquedad.

<< No >> pidió Tae con voz chiquita.

En los últimos días se había sentido extraño. Demasiado ansioso para su gusto. Demasiado necesitado del tacto de Hoseok. Y sabía que si hicieran algo, no podría detenerse.

Hoseok irrumpió la boca de Tae con su lengua. Sintió una gran calidez en su pecho al ser recibido con rapidez. Sus manos acariciaban todo el cuerpo de su pequeño, conociéndole. Su piel era muy suave y delicada a su tacto.

Sentía como su lobo intentaba tomar el control de la situación, sin embargo no quería permitirselo. No la pimera vez. Quería recordar todo, ser consciente. Tomarle con delicadeza, con tranquilidad. Demostrarle cuanto le quería, pero de una forma diferente. Una en la que ambos podrían gozar y conocerse de una manera más intima. Profunda. Distinta.

— Alfa — susurró Tae con su rostro levemente ruborizado, como si tuviera fiebre. Sus ojos se encontraban brillosos y su largo cabello caía hacía delante, tapando parte de su rostro. Hoseok con calma, acarició su cabello para luego colocarselo en un costado en un intento de apreciar por completo y sin obstaculos ni interrupciones, su belleza.

La llamada de su compañero a su lobo, ocasionó graves consecuencias. Sabía que no quedaría mucho para que su lobo tomase el control total de la situación. Aunque no podría juzgarse ni mucho menos molestarse por ello. Estábamos hablando de su alma gemela, de su predestinado. No de cualquier persona. Su lobo, era el que más había sufrido durante todo el proceso de busqueda. El que le había llevado a aquel lugar al sentirle cerca. El que le había reconocido desde el primer momento.