[06] Egoísmo.

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Los pensamientos de Taehyung tardaron un instante en normalizarse cuando regresó a su cuerpo.

Sentía la presencia de Ho-seok a unos pasos de él.

— No puedo leer tu mente —susurró bajito. Siempre que se trataba del lobo su sumisión tenía la necesidad imperiosa de mostrarse por completo. Como si realmente esa parte de él fue creada tan solo para encontrarse entre los brazos de Ho-seok. Y eso le asustaba.

Ho-seok permaneció quieto por unos segundos al escucharle. Realmente no le sorprendía, desde que le había visualizado hace unas horas en aquel desolado lugar, había sabido que una fuerza sobrehumana emanaba de su cuerpo. Decidió hacer silencio para que continuase.

— No puedo leer tus sentimientos. Cuando estoy cerca de ti, es como si toda mi fuerza se desconectase — se dio vuelta con lentitud. Sus ojos mirándole fijamente. Su mirada opaca, fría, perdida.

— Tus ojos... — extendió sus manos hacía él. Sin embargo, decidió mantener distancia al ver su reacción tan evasiva, defensiva. Egoísta.

Taehyung volvió a voltear, impidiéndole el contacto con sus hermosos ojos. Mostrandole su delicada espalda.

En un acto de veracidad, susurró —. Gasté mucho poder al alzar mis escudos mas fuertes. Temía que mis hermanos se encontrasen en peligro. Sin embargo, mi recuperación será pronta. Por ahora necesito encontrar a Yoon-gi.

Deteniéndose en el borde, envió un exploratorio hilo de energía psíquica dentro de la oscuridad. La nada lo succionó y si Taehyung no hubiese cortado el hilo soltándolo, hubiera continuado succionandolo hasta robarle la última gota de energía tanto de su mente como de su cuerpo. La muerte habría sido un proceso muy doloroso. 

Una sensación de desolación, de dolor terrible desprendía de Yoon-gi y calaba en lo mas profundo de Tae.

— Yoon-gi... — susurró con una mueca de dolor. Sus piernas perdiendo fuerzas, provocando que sus rodillas impactasen con brusquedad sobre la tierra mojada. 

Ho-seok se acercó a él con rapidez. Le tomó con fuerza, con dominación, con posesión. Le acercó a su pecho con delicadeza. 

Su silencio demasiado lleno. Se permitió apoyarse en él.

— Está al borde de la oscuridad —murmuró en su cálido pecho—, demasiado cerca. Quema. Siento lo que él siente, su tristeza... su desolación. Cree que le he abandonado. Yo realmente no...

El lobo le apretó mas contra él al sentir su agonía. 

— Realmente cuando escapé no lo hice pensando. Me sentía colapsado, raro. Fue un impulso. Sentía como si alguien me hubiese llamado... una necesidad abrasiva que me consumió por completo.

— Yo sentí lo mismo, pequeño — susurró Ho-seok, sintiéndose completo por primera vez en toda su vida, al tenerle entre sus brazos. 

Sin embargo había algo que le inquietaba. Que le dolía.

— No tengas miedo de mí, Tae — Inclinó la cabeza, habló con sus labios contra los de él, el contacto encendiendo mil rayos diminutos en su sangre —. Llenaría las calles de cuerpos antes de hacerte daño.

Tae aferró con fuerza sus brazos. Sus uñas clavándose en su piel. Una creciente desesperación inundaba su cuerpo y mente.

— Dime quien eres —pidió—. ¿Por qué me siento de ésta forma a tu lado, lobo? Me haces sentir tan vulnerable, tan insignificante. Pero al mismo tiempo tan fuerte y protegido estando contigo —susurró bajito—. Nosotros nos conocemos. Puedo sentirlo. ¿Es eso verdadero? ¿o me estoy volviendo loco? — concluyó en un hilo de voz.

El alfa negó con rapidez, aferrándole con fuerza.

— No es eso — dijo enormemente ofendido por los pensamientos que tenia para consigo —. Eres mi compañero, mi alma gemela. La diosa luna nos emparejó de por vida, pequeño. Por eso sientes eso y por eso me encuentro de ésta forma al tenerte conmigo.

Al decir aquello le tomo la diestra con delicadeza y la acercó a su corazón. El mismo latía con fuerza, con rapidez. Sus ojos se encontraban brillosos y vivos.

Tae-hyung sintió el momento exacto en el que algo dentro suyo salió a la luz, junto con el conocimiento de los sentimientos, emociones y pensamientos de una persona. Del lobo.

De su alfa.

Ahogó un sollozo al sentirlo. Era demasiado potente, abrasador. Demasiado para su pobre corazón.

El amor que sentía por él, el cariño. El genuino deseo de protegerle, de tenerle consigo, le dejaron mudo.

Y en sus brazos, permitió dejar caer aquellas lagrimas que tanto pedían salir.






 Yoon-gi permaneció inmóvil al verle. Jimin se encontraba a su lado, en posición firme, dispuesto a atacar a quien sea que se pusiera en el camino de ambos.

Sabía perfectamente que Jimin no confiaba del todo en Taehyung. Que si se encontraba a su lado, no se debía a su fuerza, ni a su lealtad. Mas bien era porque entendía cuan de importante era su presencia en la vida de Yoon-gi. Que era lo que significaba para él, los años que pasaron juntos, los ligados que estaban ambos mentalmente.

Que se encuentre tan dolido, que tuviese tanto resentimiento para con Tae, se debía a lo mal que le hacía el haber tenido que aceptar ese vinculo. Un lazo que había deseado desde pequeño tener con Yoon-gi.

Él quería ser esa persona. Quería estar a su lado, ayudarle, ser su otra mitad.

 Pero no podía. Y eso le provocaba el despertar de sentimientos tan oscuros. Tan potentes y mortales.

Nunca antes se había sentido tan comprendido, deseado, querido, como con Yoon-gi. Él estaba seguro que ambos nacieron para estar juntos. 

Que nadie podría hacerle sentir lo que él si.

Jimin tomó la mano de Yoon-gi con fuerza debido al momento. Taehyung se acercaba a ellos acompañado de otra persona que desconocía. 

Apretó los dientes al percibir el estado de Yoon-gi. Se encontraba serio. Demasiado para su gusto. Sus ojos sin brillo. Su mirada opaca, mortífera. Una oscuridad mortal haciendo frente.

— Hermano — dijo Tae al llegar, ignorando completamente la presencia de Jimin, puesto que ya sabía que se encontraría con él—. ¿Te encuentras bien?

Ho-seok se encontraba de la misma forma que Yoon-gi. Ambos percibieron en el aire la misma amenaza. El mismo peligro.

Yoon-gi cerro sus puños con fuerza al ver como el pelinegro se tomaba el atrevimiento de aferrar la cintura de su hermano y acercarle a él, dejando en claro su pertenencia y de paso, marcandole con su olor. Era un acto tan primitivo y posesivo, que provocó en el peliblanco el despertar de un sentimiento que jamás sintió con tanta potencia y ferocidad, y aun mas cuando pudo notar lo cómodo que se sentía Tae entre sus brazos. La manera en la que aceptaba sin dudarlo el tacto de ese desconocido.

No hizo mas que aumentar ese veneno mortífero que circulaba por sus venas.

— Está bien —contestó por él Jimin. Demasiado tajante. Frío —. ¿Quién es él?

La tensión en el ambiente claramente palpable.

— Mi nombre es Ho-seok — se presentó por si mismo el mayor. Su presencia de alfa antiguo haciendo frente—. Soy el compañero de Taehyung y  el futuro alfa de la manada mas influyente y grande de ésta región— prosiguió con dureza y elocuencia—. Daría mi vida por él sin cuestionarlo. Mataré a quien sea que quiera separarnos.

Yoon-gi dio un paso adelante, completamente dispuesto a aceptar su reto y enfrentarle. 

소원 burning desire. [Hopev]Där berättelser lever. Upptäck nu