Capítulo 13

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Ya hasta había olvidado como se sentía estar en un hospital de nuevo y me estaba volviendo loco. Me sentía así.

La comida era la misma siempre y al parecer tener varios huesos rotos significaba que debían revisarme y preguntarme lo mismo cada cinco minutos.

Jess estaba en otro piso. Hace unos días les dieron de alta y en las dos semanas que llevo aquí, la he visto unas tres máximas.

No puedo recibir visitas con frecuencia como una persona normal y las atenciones que me dan son demasiado frecuentes y molestas.

A los que han venido de visita les he pedido que no me hablen de nada relacionado al accidente, la culpa me seguía invadiendo en cada esquina.

Tenía pesadillas relacionadas a ambos accidentes y eso me hacía empeorar. Mi brazo izquierdo volvió a quebrarse y ahora fue peor. Mi cara estaba totalmente rasguñada y una parte de ella se quemó.

Una venda blanca cubría toda mi cabeza según me la había sentido y contrastaba con la bata azul de hospital que me fue otorgada.

Estaba totalmente agotado.

- Tenga mucho cuidado. El paciente aún duerme - dijo una de las tantas enfermeras a mi cargo

- No es cierto - grité bastante audible con algo de enojo

Por el corredor se dejó ver el rostro del hombre que nos salvó la vida a ambos. El responsable de que hoy por lo menos yo estuviera vivo. Le iba agradecer eternamente.

- Hola muchacho - dijo con evidente alegría

Le había cogido un cariño enorme, después de todo le debía la vida.

- Hola - sonreí y mi enojo desapareció

- Me encontré a tu chica en la cafetería, venía de camino hacia acá con la niña -

Solté una sonrisa de lado.

- Gracias papá - le dije

Según nos había contado, no tenía hijos y era viudo. Jess y yo nos hemos encariñado con el en menos de dos semanas. Sabía perfectamente que decirle así lo hacía sentir bien y eso me gustaba.

Quería que se sintiera a gusto, habíamos decidido hacerlo sentir parte de nuestra familia y no era para menos. ¡Le debíamos la vida!

••••

- ¿Cómo te sientes Luke? - preguntó el doctor mientras revisaba mis ojos con una pequeña linterna que usan solo en las películas

- Me sentiría mejor si pudiera largarme -

Mamá me dió una mirada acusatoria pero supo disimularla en una esquina de la habitación. Jess, me apretó la mano y papá intentó no reír porque claro, tenía que mantenerse serio.

- Es importante para ti que sepas la verdad, todo lo que ocurrió Luke. Ayudaría a tu estado - volvió a insistir el psicólogo otorgado por el mismo hospital, negué con mi cabeza

Hace mucho tiempo que intenta hacerme escuchar lo que pasó con la excusa de que es mejor para mi salud pero ya le he dejado en claro que no quería saber nada.

Eso solo me haría sentirme más culpable.

- Entiende Luke por favor, ¿podemos hablar? Es necesario - negué nuevamente

Mi garganta estaba seca porque tampoco quería beber agua. Ni comer.

- No quiero recordar nada de lo que pasó ¿acaso no entiende? -

El psicólogo McCornett se giró dirigiendo una mirada a papá y este solo se quedó inmóvil. Con un solo movimiento ambos se entendieron perfectamente.

Papá tomó a mamá de la mano junto a Abby y salieron de la habitación. Jess también fue a salir pero se lo prohibí agarrando su mano con más fuerza.

- Estoy dispuesto solo si ella se queda. Es mi única condición - sugerí creando una mueca al sentir el lado derecho de mi cara doler

No me había visto en un espejo pero sentía como la piel estaba desgarrada en esa área mientras que más abajo de mi ojo izquierdo sentía como la piel curveaba.

Esa era la parte que, a pesar de estar quemada, sería la más fácil de sanar ya que los daños no eran muy graves.

- Está bien. Esto tomará mucho tiempo - dió un suspiro y haló una pequeña butaca que se encontraba por ahí

Todo CambióWhere stories live. Discover now