Capítulo 20

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Esa misma tarde Kendal regresó con los papeles que había prometido, Basil estaba sentado en un sillón en la sala de estar, sus ojos parecían no haber parpadeado en los últimos cinco minutos y es que en ellos estaban notas, estados y demás detalles de las cuentas y movimientos financieros de Jason, era como una guía de cómo llevar todos los asuntos del castaño. Eran muchas hojas impresas llenas de anotaciones, incluso él podía entender todo aquello, leyó solo las primeras diez páginas hojeando las demás, dándose cuenta que todo iba hacia lo mismo, un manual, una serie de instrucciones de cómo mantener y proteger sus pertenencias. Todas las hojas tenían notas al lado, encabezados y pie de página, todas con la preciosa y legible letra del mismo Jason Lakis.

Era como si le dijera que lo había abandonado...

—Estas notas, las escribió originalmente para su primo, el hijo del único familiar al que respeta, las ha ido cambiando con el tiempo, hace poco cambió el destinatario, me dijo que si algo sucedía, se las entregara a usted... no planeaba marcharse, no el Sr. Jason— habló el hombre frente a él y Basil vio en aquellos ojos fríos y distantes un dejo de preocupación— el señor Jason tenía... un par de personas bajo su mando— dándole otros papeles— aquí están sus contratos, ellos también "pertenecían" al señor Jason— Basil vio los contratos y parpadeó al ver las condiciones, efectivamente aquellas tres personas eran prácticamente pertenencia del castaño... ¿alguien podía realmente firmar un contrato así? Bueno, no es que su relación hubiese iniciado muy diferente, siguió leyendo y se encontró con las fechas en que aquellos contratos se habían firmado, estaban también las fechas de nacimiento de los sujetos.

—Estos tres...— Se habían firmado cuando él y Jason eran apenas unos adolescentes. El mayor de los tres tenía la misma edad que él y los dos menores, que debían ser gemelos, dado que las fechas de nacimiento eran exactamente iguales, eran dos años más jóvenes. Tenían diecisiete y quince años cuando habían firmado, ahora eran mayores pero... casi no podía creer aquello— ¿Qué hacen exactamente?— preguntó, al leer el contrato realmente Jason podría bien decirles que se tiraran por un precipicio.

—Eran sus guardaespaldas.

—Pero... ¡si eran muy jóvenes!— y el otro entrecerró los ojos como si se sintiese ofendido.

—Tenían casi la misma edad que el señor Jason, así que a él le pareció suficiente— Basil pensó que seguramente así había sido, no se imaginaba a Jason juzgando a alguien por su edad en vez de su capacidad. No, no cuando él mismo era tan joven y tan apto. Lo había visto interactuar con Andreas antes de que supiera que era su hijo; definitivamente para Jason la edad era lo de menos. Aún así ¿aquello era legal? Es decir ¿la esclavitud no estaba abolida o algo? – también se encargan de asuntos de "limpieza", ellos arreglaron su pequeño problema en París cuando nuestro jefe perdió un poco el control- le describió- son de confianza.

—Supongo... que tiene razón..— viendo las fotos al final del expediente. Uno era de cabellos castaños y de ojos cobrizos, piel excesivamente blanca, los otros dos eran rubios y de ojos verdes pero mucho más claros, sus rasgos tan infantiles les hacían parecer incluso inocentes.

Por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora