Confesiones

544 55 13
                                    

—Oh.... Está bien....

La falta de interés, y la persistencia en la búsqueda, sumadas a la herencia de la hyper-intuición, hizo que Tsuna hablase antes de siquiera pensarlo.

—Te gusta Haru.

El morocho se tensó, y lo miró con ojos demasiado parecidos a los del futuro. Tsuna estaba lloroso, asustado, y conciente demasiado tarde de lo que se le iba a escapar en voz alta. Iba a morir. De alguna forma sabía que iba a morir.

—Hibari....
—HIIIIIIIIIIIII ¡¡¿Re....Reborn?!
—Oh. Bebé...

Hibari no se sorprendió con la inesperada entrada de Reborn entre unos arbustos, que casi infarta a Tsuna. De hecho, ahora que Tsuna lo miraba bien.... Hibari parecía un poco apagado. Claramente estaba fuera de sí mismo. No era amenazante, y su mirada sólo se volvía tan filosa por segundos, como cuabdo Tsuna había hablado de más.

—Dile.
—....¿Eh?

Hibari suspiró. Parecía molesto. Reborn lo miraba como quien reta a alguien a su cargo, o quien separa la pelea de dos niños muy pequeños. Tsuna estaba de piedra. ¿A qué venía todo eso?

Gokudera recibió la señal. Se había quedado esperando a Tsuna, que había ido solo a enfrentar a Hibari. Así que obedeció la órden, y comenzó a volver a la mansión. Pensaba.

Todo había pasado tan rápido que apenas tenía tiempo tranquilo para repasarlo, pero....

Todo había empezado.... ¿Con la graduación, quizás? Tsuna había rechazado oficialmente a Haru. Y la estúpida (en su opinión, eso no debía hacerse porque hacía daño), lo había ayudado a confesársele a Kyoko.

El día que habían marcado y ambos se habían presentado oficialmente como pareja..... Momentos después de la presentación, de hecho.... Ese tipo había irrumpido, derrotando a Hibari (que al verlosnreunidos a todos se había ido),  y luego al resto.  Hasta que Haru lo detuvo.

El Décimo decía que Haru estaba extraña desde que había sido rechazada, pero.... Él había estado ahí al momento de la confesión de la castaña, y no estaba actuando como era ella.

¡Pero era el Décimo! ¡El décimo no se equivocaba!

Tsuna sintió por varios segundos  que el guardián y su tutor le estaban haciendo una broma. Una broma muy pesada, de muy mal gusto.

—¿Ha.... Haru?

—.....si.....
—¡OI, dame-Tsuna! ¡No pongas esa cara!
—¡¡PE...PERO.... !!—Tsuna notó que estaba chillando y bajó la voz a un murmullo— ¡Pero me están diciendo que Haru y Hibari salen! ¿C....Cómo pasó eso?

Hibari puso cara de no querer hablar, y Reborn se lo concedió: estaba en su derecho el guardar silencio.

—Originalmente ella te lo iba a decir en la cena de graduación— dijo Reborn—Pero te adelantaste y nunca llegó a animarse a decírtelo.

—P....por eso la estás buscando tanto, ¿eh?

—No. Quiero morderla hadta la muerte por hacer este tipo de cosas irresponsables.

El aura de cazador de Hibari estaba de vuelta como si nunca se hubiese ido. El que la persona que se denominaba su pareja rompiese la discplina de esa manera era totalmente imperdonable para él. ¡Impensable! ¡Alta traición! ¡La encontraría y la mordería hasta la muerte sin dudas!

Tsuna sudaba frío al verlo así, y Reborn suspiró, cansado. Ambos iban a decir algo, pero fueron cortados por el himno a Namimori. Hibari sacó su celular, y quedó de piedra ahí, mirando la pantalla. Trató de cerrarla con cuidado, pero los aparatos esos eran frágiles. Se le astilló entre los dedos cuando quizo cerrarlo.

Los otros dos estaban intrigados. Pero pronto, su curiocidad se vio satisfecha.

Varios tonos diferentes, con pocos segundos de diferencia, comenzaron a sonar, mientras el mismo mensaje les llegaba a todos los miembros de la familia, haciendo que les hirviera la sangre o llorasen; pero ante todo, las palabras de Haru les dolieran más que nunca.

El mansaje era corto: una foto de Haru Miura atada y amordazada y una pregunta.

¿Qué le haré ahora?

Incluso para Yamamoto fue difícil no salir a buscar al culpable y matarlo.

Vendetta, amore mio.... vendetta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora