Capitulo 10

9 0 0
                                    


notó como una mano se paseaba por su espalda, levantó el rostro con los ojos aún cerrados, un mechón de pelo fue apartado de su rostro colocándolo detrás de su oreja.

-Buenos días- le dieron un dulce beso en la frente.

<<Me gusta este sueño>>- pensó

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Comenzó a abrir los ojos, pero aún creía que seguía soñando. Comenzó a besarla, un camino de besos desde su frente hasta sus labios donde permanecieron un rato. Ella recorrió su espalda hasta llegar a su cuello enterrando sus dedos en su cabello evitando que aquel beso finalizara. Aquello hizo que esbozara una sonrisa. Atenea, comenzó a despertarse por completo, sus ojos se abrieron como platos al ser consciente de donde estaba y con quién estaba. <<¿No es un sueño?>>

--------

Narrador

Atenea se incorporó en la cama mientras se echaba el pelo hacia atrás intentando recordar cómo había pasado aquello. 

<<¿Por qué está Haru...?>>

A su cabeza vinieron imágenes de lo corrido a noche en la cocina.

<<no bebí tanto como para...>>

Haru se incorporó en la cama sin mediar palabra. Ella sabía que tenía que decir algo, aquello estaba volviéndose algo incómodo. 

-¿estábamos borrachos?

<<bien Ate, de todas las cosas que podías haber preguntado has dado con la más estúpida>>- pensó

-No, estábamos cansados. 

Se levanta rápidamente de la cama comenzando a vestirse. En ese proceso intentaba poner su cabeza en orden mientras se preguntaba qué iba o iban a hacer los dos ahora. 

-Haru, yo...

Cuando giró sobre sus talones se percató de que estaba muy cerca de ella. La miraba fijamente a los ojos sin mediar palabra, sentía como si la estuviera traspasando el alma. Al cabo de unos segundos se separó de ella y saliendo por la puerta la dejó sola.

Atenea

Me quedé durante un rato mirando en dirección a la puerta

<<¿Qué...qué acaba de pasar?>>

Sin terminar de entender lo que había pasado, salí al pasillo topándome con mi  hermano Aaron en el inicio de las escaleras. 

-Buenos días- dijo él en medio de un bostezo

-Buenos días- contesté casi en un murmullo

Se acercó y me dio un beso en la mejilla

-Vamos a desayunar

Comenzó a bajar las escaleras yendo yo detrás de él. Al llegar al salón nos encontramos con las mantas  que le había bajado la otra noche, perfectamente dobladas encima del sofá. No había rastro de Haru. El corazón me latía con fuerza, comencé a buscarlo con la mirada pero, no había nadie. 

-Buenos días

El corazón se me para de golpe

-Hola Haru- dijo Aaron- no sabía que te habías quedado a domir. 

-Tu hermana no dejó que me fuera

Aaron se giró posando la mirada en mi. Me estaba mirando mientras Haru preparaba algo para comer. 

<<Vamos, di algo...no te quedes ahí parada>>

Cuando fui a decir algo Aaron volvió la mirada hacia su compañero de piso

-Seguro que bebiste mucho- apoyó la mano en su hombro acercándose a él por detrás- es tan protectora como mi madre- dijo con una pequeña sonrisa, desvió la mirada por un segundo guiñándome un ojo. Se volvió a fijar en lo que estaba haciendo Haru- Huele muy bien.

Preparamos la mesa comenzando a desayunar donde la conversación no fue de gran importancia. Mientras mi hermano hablaba con Haru me quedé mirando la taza mientras daba vueltas al chocolate con la cuchara, en mi mente veía una y otra vez la escena de la cocina y como este acabó en mi dormitorio. La piel se me puso de gallina, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo haciendo que de manera inconsciente juntara las piernas. Las imágenes de nosotros besándonos como si no hubiera un mañana hizo que me mordiera el labio. 

Cuando volví a la realidad me ofrecí a recoger la mesa, mi hermano subió a arriba a hacer unas cosas para la universidad. Nunca en mi vida había agradecido limpiar los platos, conseguía mantenerme ocupada alejando por un rato aquellas imágenes. En ese momento, noto una presencia detrás de mi, unas manos se posan en mi cadera comenzando poco a poco a subir por mi cuerpo. Mis manos se detienen, mi cuerpo se paraliza ante aquella caricia. Su cuerpo se pegó al mío, notaba su respiración en mi piel haciendo que una sensación recorriera todo mi cuerpo. Giré sobre mis talones fijando la mirada en él, el corazón me iba a mil por hora. 

-¿Qué haces?- dije en un susurro- nos pueden ver

Él permaneció en la misma posición en la que estaba.

-¿Hoy trabajas?- dijo tras unos segundos de silencio

-¿hoy? creo,...creo que no pero, tendría que mirar el calendario. 

Se acercó un poco más  arrinconándome contra el fregadero. La imagen de anoche vino de golpe a mi cabeza. 

<<estoy teniendo una especie de deja vu>>

-Si trabajas hoy- acarició mi rostro con sus dedos, cogió un mechón y lo puso detrás de mi oreja. Su mano continuó deslizándose hasta quedarse  en mi cuello, acariciando con el pulga mi mandíbula- ¿puedo ir a verte?

Al oír el ruido de las escaleras aparto su mano y me alejo- Claro que puedes ir al gimnasio, si consigo que te apuntes seguro que mi jefa me felicita.

Por la puerta del salón apareció mi hermano pequeño frotándose los ojos y soltando un pequeño bostezo. Agradecí eternamente que apareciese. 

-Voy a mirar si tengo que ir hoy a trabajar- salgo  a paso ligero de la cocina y subo rápidamente a mi habitación. 

Adicta a tus besosWhere stories live. Discover now