Adicta a tus besos

Capítulo 15

Atenea

Me quedé dormida en la cama, después de haber tirado a esa puta a la piscina me marché de allí con ganas de darle una patada en su culo artificial. Pero lo que más odiaba es que él le siguiera el juego, que permitiera que se acercara tanto. Y encima me llama celosa el cabrón. El móvil comenzó a sonar, miré la pantalla y se trataba de él; no tenía intención de hablar en absoluto, este se iba a enterar de lo que vale un peine, lo puse en silencio y lo metí en el cajón de la mesilla cerrándolo con fuerza. Aún me duraba el cabreo.

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Era domingo, había quedado con Aiko para estudiar para los exámenes y para practicar un poco las redacción. Su casa estaba al otro lado por lo que tuve que coger un tren. Me perdí unas cuantas veces pero conseguí llegar, tarde pero llegué. Llamé al telefonillo respondiéndome la voz de una mujer mayor.

-Hola venía a ver a Aiko

-¿quién es?

-Soy....

<¿cómo se decía?>

- una compañera de clase.

Después de un pequeño silencio me abrieron la puerta. Recibió su madre, tenía una cara muy amable y una pequeña sonrisa. Detrás de ella apareció Aiko quien me recibió con una amplia sonrisa.

-Me gustan tus pantalones- dijo

-Gracias

-Vamos

Entré en la casa y esta vez me acordé de quitarme los zapatos. Subimos a su cuarto, tenía peluches en la cama y algunos en la estantería. Tenía un póster pegado en la pared de un grupo de música, tenía pinta de ser un grupo pop. Entre su mesa de escritorio y la cama había una mesa baja,  ella se sentó sobre sus rodillas. Yo la imité pero al cabo de unos 5 min acabé por estirar las piernas ante el dolor que sentía.

Me ayudó con varias asignaturas, en particular con literatura e historia pues no entendía ni la mitad de las cosas. Sacó algunos libros antiguos suyos de cursos anteriores para explicarme las cosas y poco a poco fui entendiendo todo.

-Dime Ate....- levanté la vista, se contuvo de decir el -chan- ¿Cómo es tu país?

-Es muy bonito- respondí con una amplia sonrisa- te gustaría

-Y ¿De qué ciudad eres?

-Soy de la capital, Madrid

Cuando repitió el nombre contuve una pequeña risa pues no pronunciaba bien la "r". Su madre trajo bebida y un tentempié para que descansáramos un poco del estudio. Ella también me preguntó sobre España y las costumbres. Me gustaba hablar de mi país, recordar mi vida allí me hizo que me pusiera algo nostalgia. Después se marchó. 

Me sonó el móvil otra vez, miré quien era. Puse el móvil boca abajo y proseguí estudiando.

-¿No lo vas a coger?

-No- respondí

-Ah

-¿Ocurre algo?- pregunté poniéndome un mechón tras la oreja

-No...es solo que....

-Que- debí de ser muy directa pues dio un pequeño salto- lo siento, ¿te he asustado?

-¿eh? no es solo que...- estaba nerviosa- aún me tengo que acostumbrar a tu forma de ser

-¿Soy muy directa?

-bueno....si, un poco

-Perdona- respondí tras respirar profundamente y relajándome un poco. Ella no tenía que pagar los platos rotos de mi enfado.