Probablemente ahí esté Wesley.

Me acerco al auto sigilosamente y no logro ver nada porque los vidrios están blindados, esto comienza a darme mala espina.

Me quedo unos segundos a unos metros del auto negro hasta que escucho el motor encenderse, todo pasa demasiado rápido, otro auto negro pero este de modelo más reciente y cuidado pasa, abren la puerta con rapidez y lanzan un cuerpo inerte a la carretera, los dos autos se encienden y se van de manera veloz escapando.

El aire se va de mis pulmones al reconocer la voz que grita por ayuda.

—¡Wesley! —me acerco corriendo a su lado, él gime de dolor y veo su rostro ensangrentado, su playera que anteriormente era blanca ahora es rojo sangre. —¿¡Qué demonios paso!?

—Steve... busca... papá... Steve... ahora... —vacila, lo miro estupefacta, ¿qué le paso que me pide que busque a su padre muerto?

—Cariño, tu padre está muerto...

—No... vivo... está... papá... —habla entrecortadamente y por su expresión aseguro que le duele demasiado el abdomen, tiene una mano sobre sus costillas cubriendo la zona afectada.

—Wesley, estás vacilando...

—Wes... —veo una sombra entre las penumbras, alarmada agarro la mano de Wesley, el hombre finalmente se deja ver, es un hombre flacucho y demacrado pero por sus rasgos logro apreciar que alguna vez fue alto, guapo y fornido. —Hijo... —mi corazón se detiene, ¿¡su papá no estaba muerto!?

—Hijo... de... puta... —logra decir Wesley a su padre con una intensa mirada de odio que hiela mi sangre.

—Perdón, ellos dijeron que sólo querían hablar contigo. —dice el señor completamente nervioso, yo miro la escena boquiabierta.

—Su manera de hablar es una mierda entonces. —dice escupiendo sangre líquida. —Kelsey, cariño, ayúdame a pararme... —como puedo logro levantarlo y él hace muecas de dolor, decido no intervenir en su conversación, pero el señor se nota preocupado y Wesley enojado. —¿Sabes conducir? —pregunta viéndome directamente, asiento.

—Claro.

—Meteme al auto, entra a la habitación y toma nuestras pertenencias, nos vamos. —ordena, logra quedarse en pie y como puede entra del lado copiloto.

—Hijo, escuchame.

—Cállate.—gruñe Wesley y rápidamente entro en la habitación y tomo las pocas cosas que cargábamos, salgo y entro en el auto, en el momento que arranco siento una de las puertas traseras abrirse, el señor entra asustado y comienza a parlotear.

—Tienes que saber que esta pasando, están en peligro. —vacila tembloroso.

—¿Por qué habla en plural? —intervengo. —¿Quiénes están en peligro?

—Wesley y tú.

—Basta, papá. —dice Wesley con los labios apretados.

—¿Yo? —digo mirando a Wesley, él me ordena que conduzca y vuelvo a mirar al frente. —¿Yo por qué?

—Ellos saben quién eres, Kelsey. —murmura el señor, Wesley molesto golpea la ventana haciéndome brincar en mi asiento.

—¡Cállate por un demonio! —grita exhaltándome. —¡No te bajo a golpes sólo porque aún te tengo un poco de respeto, Steve!

—¡Tienen que saber a que peligro están expuestos!

—Si estuvieras muerto de verdad ese maldito peligro no existiría.

—Wesley. —lo reprendo, sea lo que sea que haya hecho su padre no debe ser tan grave para que le hable de esa manera.

—Sólo conduce, Kels.

—Déjenme hablar, no están a salvo.

—Vete a la mierda y estaremos a salvo. —escupe con odio Tucker, yo ruedo los ojos, que maleducado.

—Déjalo hablar. —ordeno.

—No. —niega Wesley. —No hay nada que hablar.

—Bien sabes que hay mucho que hablar, no seas terco. —gruñe el señor que al parecer se llama Steve.

Una interrogante llega a mi mente y sin pleno aviso la digo en voz alta.

—¿Usted no estaba muerto? —pregunto impertinente, escucho una agria risa carente de humor en la parte de atrás del auto.

—Estoy muerto, huir no es vida, esto no es vida, Kelsey.

—¿Por qué sabe mi nombre?

—Sé más de ti de lo que siquiera tu sabes. —dice sin emoción alguna, Wesley se mantiene en silencio. —Detente aquí, ya hable demasiado.

Me paro en plena carretera y él sin decir nada se baja del auto y se mete entre los arbustos dejando un silencio sepulcral en el lugar, abro la boca para comenzar a hacer preguntas pero Wesley niega con la cabeza.

—Algún día obtendrás respuestas pero no ahora. —murmura.



Perdonen la tardanza pero me había quedado sin internet, estoy escribiendo demasiado para comenzar a subir más seguido, gracias como siempre por esperar.



TUCKER.Where stories live. Discover now