Capítulo 34.

14.6K 929 189
                                    

Los rayos del sol entran por la ventana dándole un color naranja al pecho desnudo de Wesley, una enorme sonrisa atraviesa mi cara, él se encuentra plácidamente dormido y lentamente me levanto de la cama para ir a ducharme, completamente desnuda entro al cuarto de baño que está en mi habitación y prendo la ducha fría, me baño velozmente y salgo a la habitación en toalla, rebusco en los cajones ropa interior, un short y una blusa cómoda.

—Buenos días. —escucho su grave voz mañanera, volteo y está sentado totalmente desnudo, sonrio y suelto la ropa y la toalla para lanzarme a sus brazos.

—Buenos días. —respondo dándole un casto beso en los labios, él me responde acariciando mi trasero desnudo.

—Muy buenos pero necesito darme un baño. —se para haciéndome dejar su regazo, hago un pequeño puchero y me doy la vuelta para ponerme la ropa interior, él me da una pequeña nalgada y entre risas entra al baño.

Una sensación de calma me inunda y lo espero sentada tecleando mi celular.

¿Wesley te estuvo molestando?
      -Nessa.

Arrugo la frente ante el mensaje que recibí.

Si, arreglamos las cosas, ¿cómo sabes?
     -Kelsey.

Me dejo una nota que dice exactamente que iba a ir a recuperarte, ese idiota sólo le gusta sacarme de quicio.
      -Nessa.

Comienzo a reír y justo Wesley sale del baño con una de mis toallas rosa pálido atada a la cintura.

—¿Qué es tan gracioso? —dice mientras deja caer la toalla y se pone los boxers.

—Nessa. —le sonrio. —¿Estabas ebrio o no anoche?

—Un poco. —se encoge de hombros y rie. Se acerca y me da un pequeño beso mientras se seca el cabello con la toalla dejándolo todo despeinado y haciéndolo ver guapísimo.

Entonces me di cuenta que realmente estaba enamorada de él, hasta la raíz, yo le pertenecía en cuerpo y alma en estos momentos, no seré extremista y tampoco diré que para toda la vida pero al menos ahora soy suya.

—Tengo miedo, Wesley. —digo mientras él amarra sus converses, me mira extrañado y me explico a mi misma. —De que me rompas el corazón una vez más, parece que a veces lo haces sin intención.

—Nunca he querido herirte pero tal parece que las circunstancias no nos permiten estar juntos. —contesta con su tono gélido habitual.

Le miro y decido abrirme ante él, tenemos que dejar las cosas en claro de una vez por todas.

—Basta de decir que no podemos estar juntos, Wesley, o estamos juntos o no lo estamos, decidete, porque eso de que sólo vengas con pretextos y terminamos teniendo relaciones comienza a cansarme.

—Yo no te obligo a tener relaciones conmigo, Kelsey, tu aceptas.

—Si pero yo no te obligo a decirme cosas bonitas e ilusionarme, si fuera sólo sexo para ti no me dirías que me quieres.

—Nunca he dicho que te quiero. —toma su cartera y me mira incrédulo.

—No seas tan cretino, claro que lo dijiste, anoche.

Él comienza a reír y se acerca a mi.

—Estoy jugando, por supuesto que te quiero y lo digo sincero, esta vez no seré tan cretino.

—Más te vale porque te juro por Dios que esta vez si te mando directo a la mierda.

—Tranquila. —me toma de la cintura y comienza a besarme, sonrio y lo aparto.

—Eres un idiota. —pongo el celular en el bolso trasero de mis jeans y salgo de mi cuarto con él detrás de mi.

Se me olvida por completo el hecho de que mi madre también vive aquí hasta que la veo salir de su habitación con su habitual traje de oficina y su cara sobremaquillada, me mira boquiabierta y Wesley se detiene abruptamente, yo estoy completamente serena y le sonrio cínicamente a mi madre.

—Buenos días, Kiara.

—¡Kelsey! —me regaña mi madre. —¿Qué te crees que mi casa es un motel para traer a tu novio el delincuente así como si nada?

—Te recuerdo que también es mi casa y mi novio "el delincuente" puede venir cuando me plazca. —le respondo. —Y para tu información si hicimos lo que pudimos haber hecho en un motel.

Ella totalmente pasmada se acerca a mi y me propicia un fuerte bofetón que me hace enojar más.

—Te convertiste en una puta, estoy tan decepcionada.

—Lo que digas. —digo sintiendo mis ojos picar con lágrimas que están por venir, tomo la mano de Wesley y nos dirijo a la salida de la casa.

Al salir suspiro y suelto su mano, él toma mi cintura y me dirige al auto, al entrar rompo en llanto.

—¿Qué fue eso? —pregunta encendiendo el auto.

Las lágrimas caen sobre mis mejillas pero mi rostro tiene una expresión serena, limpio con fuerza mis mejillas y con toda mi voluntad hablo.

—No paso nada, conduce.

—¿A dónde vamos?

—Hoy decides tú. —digo poniéndome el cinturón de seguridad.

Él me mira por un microsegundo y sonríe travieso.

—Conozco el lugar perfecto, sólo necesitas estar con la persona indicada.

—¿Tu eres la persona indicada?

—No hay nadie mejor que yo. —responde con aires de grandeza, rio y él me mira con una expresión extraña en su rostro, como si yo fuera todo lo que tiene enfrente.

—¿Por qué me miras así? —pregunto burlona, él achica los ojos con sorpresa fingida.

—¿Así cómo?

—Así. —respondo imitando su mirada soñadora de antes.

—¿Así de hermosa me vi?

Le golpeo el hombro juguetona y él ríe.

—Contestame.

—Porque eres hermosa, Kelsey.

—Dime la verdad.

—Esa es la verdad. —responde mientras toma una abrupta curvatura saliéndose de la carretera, mis mejillas se tiñen de rojo pero él no me presta atención. —¿Lista para la mejor tarde de tu vida?

Me pregunta deteniendo el auto en medio de la nada.

—Ya me aburrí y aún ni hacemos nada.

—No seas pesimista. —le da golpecitos a mi pierna y se baja del auto por acto reflejo salgo tras él.

—¿Ahora qué? —pregunto.

—Caminaremos.

—¿Hacía dónde? —digo abriendo mucho mis ojos.

—Camina. —toma mi mano y nos adentramos en la maleza.

Demonios, ¿ahora qué me hará hacer este hombre?

♡ ¡YA SOMOS 100k! ♡
Muchísimas gracias por leer y apoyar la novela.
Pd. Si este capítulo llega a 100 comentarios tendrán capítulo nuevo mañana. ❣

TUCKER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora