Capítulo 27.

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Narra Kelsey Beckett.

Doy pinceladas fuertes mientras oigo a Catherine dar su clase, hasta su voz me da un fastidio enorme, tengo los dientes apretados y los nudillos blancos por la presión que le doy al pincel.

Fui tan ingenua y estúpida pero me debo a mi misma el hecho de recuperar mi dignidad, no dejaré que Wesley me vuelva a romper el corazón, estoy cansada de sus altibajos, cuando quiere viene hacia mi y lo recibo con los brazos abiertos y de repente decide que no quiere estar conmigo y me deja como si fuera un saco de basura, me prometo a mi misma no volver a caer.

—Kelsey, detente, ¿estás tratando de atravesar el papel o pintar algo sobre el? —me reprende Catherine, se ve tan hermosa como siempre y eso me frustra más, Wesley también la jodió pero a ella parece no importarle, ojalá para mi fuera así de fácil superar.

—Lo siento, no puedo continuar el día de hoy. —digo entredientes, tomo mi bolso con rapidez y salgo por la puerta, todos se quedan desconcertados pero a la maestra parece no importarle ya que simplemente se voltea y continúa con su clase.

Camino en pasos agigantados hacía la cafetería, necesito distraerme, Tobías no es muy cercano a mi pero me funcionará para desahogarme.

Abro la puerta con fuerza haciéndolo levantar la cabeza y que su cabello se mueva hacía un lado, me sonríe y al ver mi expresión su sonrisa se elimina, deja el vaso que estaba limpiando y me mira.

—¿Todo está bien?

—No. —me siento frente a él y hago un puchero, él asiente captando mi indirecta y comienza a preparme un café.

—Cuéntale a Toby. —me da la taza y me mira dispuesto a que comience mi relato.

Le cuento todo, desde que lo conocí, hasta los problemas que me ha causado en tan poco tiempo y lo cretino que fue después de que tuvimos relaciones, él me escucha atento y cuando termino de hablar me da su punto de vista.

—Bueno, no hay mucho que decir, es un hijo de perra. —se encoje de hombros. —Creo que es tener muy pocos testículos lo que él hizo, es una cría, en vez de hacerse cargo simplemente te deja.

—¡Lo sé! —bufo cansada, me termino lo que resta de mi café en un solo trago.

—Deberías darle escarmiento. —me mira maligno, se ve tan tierno haciendo esa expresión que no puedo evitar reírme de él.

—El papel de perra resentida no se me da, sólo lo dejaré estar.

—¿¡Qué!? —dice con pánico fingido. —Dejar de estar nada, tienes que vengarte.

—Sólo quiero distraerme, nada de venganzas.

—Bien, también tengo solución para eso. —me guiña un ojo.

—Dime tu plan.

Sonríe como el gato de cheshire.

***

Adam me sostiene por la espalda mientras nos adentramos al club, Nessa viene con Dylan y Tobías que asegura ser un chico libre sólo viene a conseguir nenes, esas fueron sus palabras, no las mías, y si, Tobías es 100% gay e increíble.

La música está a todo lo que da y siento mis oídos palpitar, mi cuerpo sudar por la masa de gente y mi corazón martillear de anticipación.

Adam deja de sostener mi espalda desnuda para tomar mi mano con fuerza y dirigirnos a la barra.

Siento mi piel totalmente expuesta con el vestido que llevo, es de color  blanco —que me pareció inadecuado para la noche pero según Nessa eso me hará destacar — y tiene la espalda descubierta excepto por unas pequeñas tiras que según la cubren, llevo una coleta alta para que luzca el escote y unos tacones blancos a juego.

Nessa si que sabe de moda.

—¿Qué les sirvo? —dice el atractivo bartender.

—Pongame 5 tequilas. —contesta Adam y de inmediato el bartender los sirve y no los tiende, los llevamos a la masa donde los demás dan murmullos extasiados al ver el alcohol en nuestras manos.

—A la cuenta de 3. —grita Tobías y todos alzamos nuestros tragos  —1, 2, 3.

Todos bebemos y cuando terminamos el trago chupamos el limón, grito fuerte al sentir el sabor en mi boca.

—¡Otra ronda! —golpeo la mesa con emoción, los demás murmullan en aprobación.

—¡Yo voy! —dice Tobías levantándose para dirigirse a la barra, noto que al llegar le coquetea al guapo bartender y este se sonroja.

Miro a Adam y esté me está mirando directamente, me da una sonrisa y se acerca a mi oído para susurrar. —: Te ves preciosa esta noche.

—¿Sólo está noche? —pregunto siguiéndole el juego.

—Y siempre. —se acerca demasiado a mi y siento su cercana respiración y su atractivo olor masculino a colonia.

Río un poco pero al ver que el me mira con intenciones le brindo seriedad al asunto.

—Vamos a bailar. —susurra y asiento lentamente, él toma mi mano y nos dirige a la pista.

Una canción lenta pero sensual comienza a sonar y cierro los ojos para dejarme llevar, él sostiene mis caderas mientras me muevo al sonido de la canción, siento nuestras pieles mojadas a causa del sudor y se me sube la temperatura. Su boca se pega a mi cuello, no lo besa, simplemente se mantiene ahí incitandome, me volteo para verlo a la cara y pongo mis manos alrededor de su cuello, siento su cara distorsionarse y comienzo a ver la hermosa sonrisa juguetona de Wesley, sonrio inconscientemente hasta que me percato de mis absurdos pensamientos, meneo la cabeza apartandolos y de nuevo veo el rostro de Adam, es muy lindo, ¿por qué mi maldita cabeza no se enfoca en él?

—No esperaba que bailarás tan bien. —me voltea de nuevo y queda mi trasero en su pelvis, su sonrisa se acerca a mi oreja y la muerde de manera pícara, un cosquilleo baja a mi entrepierna.

—Al parecer la gente no espera mucho de mi. —sonrio coqueta dispuesta a seguirle el juego, ¡a la mierda la chica inocente! —Dime, ¿qué esperas acerca de como beso?

Sus besos bajan a mi cuello y sé que ambos estamos dispuestos a flirtear.

—Estoy seguro que besas fatal.

—Probemos. —me armo de valor y me voteo a encararlo, le miro directo a los ojos y aprieto su cuello con mis manos para darle un beso realmente caliente, sus manos van a mi trasero y le dan un suave apretón lo cuál me hace emitir un suave quejido, me aparto de inmediato.

Está bien que digo que al diablo el papel de chica inocente pero sinceramente tampoco me apetece la fama de la zorra.

Sonrio falsamente para hacerle creer que apartarme esta en mi plan de dejarlo con las ganas.

—Estaba equivocado también, besas genial.

Le guiño un ojo y me separo de él dispuesta a irme, basta de juegos, no quiero acostarme con él.

Suelto su cuello y me doy la vuelta para irme con una enorme sonrisa triunfal hasta que lo veo, la sonrisa desaparece y el enojo fluye.

Maldito sea.

TUCKER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora