Capítulo 14.

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A pesar de que el aire acondicionado está encendido dentro del auto siento un calor penetrante y estoy segura que la razón de eso y de mis mejillas sonrojadas es un chico, el chico que esta sentado a mi lado.

Después de una larga sesión de besos él se detuvo abruptamente, ya me encontraba en sujetador y dispuesta a quitarme las bragas, eso suena muy de chica fácil pero sinceramente él puso mis hormonas a trabajar de una manera impresionante.

De todos modos él no puso ninguna excusa simplemente se detuvo y dijo que era muy pronto, me hizo sentir un poco mal, ¿era tan fea que ni se atrevía a tener sexo conmigo? ¿le daba asco?

En todo el camino no me atreví a mirarlo, estaba muy avergonzada por haberme entregado de esa manera y después ser rechazada tan abruptamente.

-¿Estás bien? -pregunta de repente me brinda una mirada rápida y después mira al frente de nuevo

-Si, ¿por qué no lo estaría? -contesto con indiferencia, no quiero que note que me dolió su rechazo.

Él se encoje de hombros, en realidad le importa una mierda haberme dejado así.

-Llévame a casa. -digo viendo por la ventana.

-¿Qué te pasa, Kelsey?

-No me pasa nada, quiero ir a casa.

-No te llevaré a casa hasta que hables conmigo, háblame.

Después de minutos evitando su mirada verde lo enfrento, me mira como siempre lo hace, como si quisiera ver lo que pienso a través de mis ojos y soy tan transparente en demostrar mis sentimientos que seguro lo logra, decido hablar.

-¿Por qué te detuviste?-suspiro, él me mira con descomprensión.

-¿De que hablas?

-Está bien si no quieres acostarte conmigo pero sólo me hiciste sentir rechazada.

-¿Qué diablos? -pasa sus manos por su cabello como si le causará frustración lo que le digo.-No entiendo a las mujeres -dice por lo bajo para que no logre escuchar pero lo hago.

-¿Qué dices?

-¡Que no te entiendo! -me señala completamente como si fuera un ser extraño frente a él. -A las mujeres les molesta que inmediatamente traten de llevarlas a la cama pero si nos detenemos se sienten rechazadas, explica que diablos esperas de mi, Kelsey, estaría completamente dispuesto a quitarte la ropa y hacerte mía pero no quiero que sea así, no en mi auto, no en medio de la carretera expuesta, ¿entiendes?

-¿No pudiste decirme eso?

-Dios mío. -pone los ojos en blanco.

-Sólo llévame a casa, hablamos después, no estoy de humor.

Él decide no discutir conmigo y comienza a conducir en silencio.

No estábamos tan lejos de mi casa así que llegamos en menos de 15 minutos, sin siquiera despedirme bajo del auto azotando la puerta con fuerza, él no me detiene, tampoco intenta despedirse, pone el auto en marcha y se va.

Siento mi corazón hundirse, él no trato detenerme, no le importa si estoy muriéndome porque comienzo a quererle tanto y me pone histérica que no demuestre ningún sentimiento que no sea atracción sexual hacía mi.

Tal vez sobreactue pero jamás había tenido esta clase de sentimientos por alguien y que no sea mutuo me quiebra.

En cuanto cruzo el umbral de mi casa mi madre está sentada en el sofá viendo televisión.

-¿Cómo te la pasaste, cariño?

-Bien, iré a ducharme. -digo seca, sé que después me hará un interrogatorio por mi comportamiento pero ahora es lo que menos me importa.

Tengo muchas cosas que pensar, me despojo de mi ropa y enciendo la ducha fría, esta comienza a empaparme y mis pensamientos fluyen por si solos.

El arrepentimiento después de hacer algo estúpido me llega, es cierto que me comporte como una chica histérica, debería disculparme, no suelo ser así pero tal parece que Wesley hace fluir nuevos comportamientos en mi.

Él no está equivocado en lo que dijo; a las chicas les molesta que traten de llevarlas a la cama pero si no lo intentas se sienten rechazadas, como si no las desearan.

A veces ni yo entiendo a las mujeres, a veces ni yo me entiendo.

Mi cabeza es un alboroto, no logro poner en orden mis estúpidas ideas.

Wesley me está cambiando por completo y no de una buena manera, él cambió mi tranquila y aburrida rutina, mi comportamiento tímido, él me brinda seguridad, también cambió mi percepción de las cosas, creía que mi vida era una mierda pero he estado completamente equivocada, él perdió a sus padres y aún así tiene una hermosa sonrisa en su rostro cada vez que puede, es un hombre tan fuerte, admiro de sobremanera su forma de vivir a pesar de los obstáculos él ha salido adelante.

Me siento una malagradecida, hay gente que esta sufriendo en el mundo y yo me quejo porque mi mamá intenta protegerme, soy un poco superficial después de todo.

Envuelvo mi cuerpo en una toalla y sin esperar a cambiarme decido tomar mi celular, marco un número que comienzo a saberme de memoria.

-Hola. -contesta después de unos segundos, su ronca voz me recibe.

-Perdón, Tucker, perdón por ser una idiota. -suspiro, mi dignidad se fue a la mierda pero supongo que él merecía una disculpa después de comportarme como una perra histérica.

-No tienes porque pedir perdón, entiendo como te sentiste pero... -se detiene de hablar durante un segundo y me percato de que alguien le esta hablando, logro escuchar una voz femenina, arrugo la nariz, conozco esa voz, juro por Dios que la conozco.

-¿Wesley?

-Espera un minuto. -aparta el teléfono pero eso me hace que logre reconocer la voz femenina.

-Vuelve aquí, cariño.

Es Catherine, mi maestra de artes.

Siento algo dentro de mi pecho hundirse, mis ojos comienzan a picar y una tonta lágrima se escapa, la limpio con brusquedad y me dispongo a hablar.

-Perdón por interrumpirte, logro escuchar que estas ocupado.

-¿Kelsey? -escucho que dice justo antes de que le cuelgo.

Soy una estúpida, más lágrimas recorren mis mejillas y ya ni me molesto en limpiarlas.

Wesley es un idiota y lo que más me duele es saber que no es mi idiota.


Quiero hacer un maratón de 3 capítulos pero no sé si ustedes quisieran, si quieren comenten.

TUCKER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora