Treintisiete: Conquistar.

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—¡Estás engañándome! —John se levantó también—, no hay posibilidad de que esto te haya pasado. ¡Tienes el caso más severo de ansiedad, OCD, asociacionismo y paranoia que he visto en un humano! 

La habitación se sumió en un completo silencio después de eso. Harry contuvo el aliento, mirando con disgusto al hombre que una vez respetó. Harry apretó su agarre en el cuero, deseando desesperadamente romperlo para siempre. Lanzó el diario al suelo, observando las páginas abrirse. Caminó hacia la puerta para tomar la manilla. Antes de abrir, Harry volvió a mirar a John una última vez. 

—Estoy enamorado —habló con calma—. Oí una vez que el amor lo conquista todo. Supongo que un fenómeno paranoico y asocial puede ser conquistado después de todo. 

John se quedó callado. 

—No intentes contactarme de nuevo, John. 

****

Charlie. 

Estaba sentada con una taza de palomitas en su regazo. Enredada entre mantas, el aire acondicionado casi durmiéndola mientras todo lo que quería era permanecer despierta viendo Footloose. Su cabeza se tambaleaba un poco mientras sus ojos luchaban por permanecer abiertos. Apenas eran las ocho y media, pero luego de todo el trabajo, se sentían como las dos de la mañana. Imágenes borrosas de Kevin Bacon bailando alocadamente en un garaje pasaron por sus ojos. Los fuertes golpes en su puerta lograron que sus ojos se abrieran de golpe. 

Pausó la película con un gemido, y se levantó perezosamente para abrir la puerta. Estaba usando una camiseta corta y monos anchos, su cabello estaba absolutamente desordenado y no tenía ni una gota de maquillaje en el rostro. Se frotó los ojos al abrir la puerta, y juntó sus cejas al ver a Harry. Lo examinó, notando que seguía usando la ropa de trabajo. Sus ojos cayeron con tristeza y Charlie frunció el ceño al notarlo. 

—¿Qué pasa? —preguntó, preocupada. 

Harry balbuceó palabras incoherentes cuando tomó un paso adentro. Charlie cerró la puerta, sobresaltándose cuando lanzó su maletín violentamente hacia la pared. Gritó con furia, deshaciendo su corbata y lanzándola en la misma dirección de su maletín. Charlie lo observó confundida, sin atreverse a moverse mientras Harry se liberaba. Él pateó un par de tacones suyos en su camino por el pasillo, y sus ojos estaban hinchados de lágrimas que ya no estaban. Harry había tomado una larga caminata hacia su departamento llorando, y ahora era el turno de la furia. 

—¿Por qué todo en mi vida tiene que ser un desastre? —rugió Harry, tirando de su cabello. 

Charlie soltó un resoplido—. Harry, det-

Un jarrón de flores cayó al suelo luego. Charlie se asustó por un momento, hasta que recordó con quién estaba. Su mente se reconectó con su cuerpo y se acercó. Harry se lo impidió negando con la cabeza. 

—Aléjate de mí —advirtió. Charlie puso los ojos en blanco. 

—Lo que estás haciendo es una estupidez. ¿Mi jarrón? ¿En serio? 

Harry la miró con furia. Charlie se tomaba todo tan a la ligera a veces, y era suficiente para Harry. Sabía que si ella se acercaba otro paso más, sería capaz de hacer las peores cosas posibles. Se compuso lo suficiente para mirarla de nuevo, respirando por la boca y soltando por la nariz.

—Necesito liberar mi furia —Harry creó un puño con sus manos. Lo alzó, la pared de Charlie pareciendo un buen lugar para empezar. Gruñó e intentó lanzar un golpe, pero fue retenido por sus pequeñas manos tocando su bícep. 

Harry la fulminó con la mirada, tomando su muñeca y pegándola a la pared. Sus ojos se abrieron completamente, y sintió la adrenalina correr por sus veces. Charlie gesticuló ante su fuerte agarre y se sacudió bajo su dominio. Harry la miró con los ojos oscuros y entornados. 

Heed ➳ h.s (español)Where stories live. Discover now