DESCENDIENTES DE LA OSCURIDAD [VIXX] ©

LÁGRIMAS

Tercera Luna Sangrienta

JaeHwan había entrado en labor de parto esa misma noche, lo habían dejado en su habitación que compartía con WonSik pues aunque uno de los lobos más viejos trató de convencerlo de que deberían moverlo a otro lado el licántropo se negó, de hecho gruñía a todo aquel que tratara de entrar a la habitación cuando se dieron cuenta de que el elegido estaba a punto de dar a luz.
WonSik estaba siendo muy territorial en esos momentos, no quería que nadie se acercara a su pareja. Pero tuvieron que intervenir para dejar pasar a las lobas omegas y que hicieran su trabajo.

HakYeon también había llegado poco después, dejó a sus hijos al cargo de una omega en su antigua habitación y corrió por todos los pasillos hasta llegar a donde estaba la habitación de su amigo, en el corredor estaban la mayoría de la manada, trató de pasar y cuando estuvo al frente Key también estaba ahí junto con el anciano licántropo. Dentro se escuchaban los gritos adoloridos de Jae junto con su llanto.

N- ¿Cómo pasó? - fue lo único que se le ocurrió preguntar.

K- Nos despertó, mi habitación queda a un pasillo y cuando los demás lobos trataron de entrar junto con las omegas WonSik quiso atacarlos, ya sabes, protegiendo lo suyo -

N- Todo saldrá bien - Key le sonrió y asintió, junto sus manos sobre su pecho pidiendo que todo con el parto saliera bien.

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Los rayos de la luna de sangre se colaban por los enormes ventanales, tal y como la profecía, esos inmensos rayos acariciaban la piel sudorosa de JaeHwan, el rubio no podía con tanto dolor en su cuerpo, su espalda se arqueaba en cada contracción que sentía y la acompañaba con un grito lastimero. Sus lágrimas caían de sus ojos demostrando que ya no podía más con aquello.
Las omegas iban y venían mientras uno de los licántropos estaba frente a la cama, sus manos se posaron en los muslos de Jae para poder abrirlos pero un gruñido lo hizo detenerse, WonSik estaba siendo sostenido por otros de sus compañeros para tratar de tenerlo bajo control.
El lobo abrió las piernas del rubio y descubrió su dilatada entrada.

- Ya es hora - anunció el hombre de mirada cansada y las omegas se acercaron, WonSik logró soltarse y se dirigió hacia su pareja para llenarlo de mimos y apoyo, aún cuando gruñidos escapaban de su garganta hacia el médico.

K- ¡WonSik! - gritó cuando una fuerte contracción lo hizo doblarse, sintió la necesidad de empujar y lo hizo, juntó todas sus fuerzas para hacerlo rindiendo frutos poco después, cayó de espaldas luego del esfuerzo y pudo escuchar el llanto de su hijo.

- Es un varón - el médico le entregó la criatura a una omega y esta rápido se acercó con las demás a una mesita donde estaba una tinita de agua tibia para asear al cachorro. El rubio no podía quitar la mirada de la espalda de la enfermera que estaba atendiendo a su bebé, sonrió emocionado por ello pero ese momento le fue interrumpido por un segundo dolor en su vientre, jadeo por la sorpresa y WonSik volvió a tomar su mano.
La necesidad de empujar volvió y Jae lo hizo, sin embargo, cuando lo hacía un dolor inmenso, muy diferente al anterior se plantó en su vientre.

K- ¡Me duele mucho! ¡Algo anda mal! - gritó y la mirada horrorizada de su pareja cayó en el médico. Sus manos apretaron las sábanas y cuando sintió que no iba a lograrlo volvió a caer de espaldas cuando el segundo bebé abandonó su interior. No podía captar nada, los sonidos estaban distorsionados al igual que su vista, ni siquiera se dio cuenta cuando WonSik se alejó de su lado.
El lobo que atendía a Jae sostuvo al bebé recién nacido.

- Es un niño - una sonrisa adornaba su rostro pero luego se desvaneció. WonSik llegó a su lado y con una mirada confusa pidió una explicación. El médico lo miró y negó - lo lamento mucho -
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Había ya trascurrido un buen tiempo desde que los gritos de Jae habían cesado, solo murmullos y pasos dentro de la habitación.

N- ¿Por qué no salen? - cuestionó y luego miró a Key.

K- No lo sé pero tengo un mal presentimiento, siento que algo pasó - cuando terminó de dar su sentir las puertas de la gran habitacion rechinaron, WonSik salió a paso lento y alzó la mirada, toda la manada lo observaba, esperando a que dijera algo.

R- Tuvimos dos cachorros, gemelos - todos los miembros celebraron, gritos de alegría y abrazos llenaban el enorme corredor, sin embargo, tanto HakYeon como Key notaron la mirada seria del hombre de pelo color plata - Pero... - la atención la volvió a tener - solo uno sobrevivió, fue un parto riesgoso luego de que mi pareja diera a luz al primer cachorro, lamentablemente solo uno de mis esperados bebés pudo vivir - su voz dio señales de entrecortarse pero no lo hizo, WonSik se controló bien frente a la multitud que ahora se encontraba en silencio.

N- WonSik, de verdad, lo lamento - lo abrazó con fuerza y el otro correspondió, sumido en el dolor trató de mostrarse fuerte ante todos, tenía que hacerlo, más ahora que Jaehwan lo necesitaba.

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Luego de que poco a poco comenzó a asimilar todo Jae se sostuvo en sus codos, las omegas hablaban de algo que él no podía oír con claridad. Lo primero en que pensó fue en ver a sus pequeños bebés así que buscó las pequeñas cunas que habían traído para ponerlos ahí, aprovechando que nadie lo estaba vigilando se levantó de la cama, aún se doblegó por el dolor en su vientre posando una mano sobre él, dio un par de pasos hasta llegar a las cunas. Su mirada cayó en el par de bebés, uno se movía y lloraba a todo pulmón mientras que el otro estaba quieto, sin señal de moverse.
La puerta de la enorme habitación volvió a abrirse, la mirada de WonSik fue directo a la cama pero al no ver a Jae viajó hasta la cuna encontrando al rubio ahí.

R- ¡No Jaehwan! - gritó asustando a todos dentro. Corrió hasta su pareja para sostenerlo y tratar de alejarlo.

K- ¡No WonSik, espera! - un desespero horrible invadió su cuerpo al ver el cuerpo inerte de su bebé - ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué le pasó a mi bebé?! ¡¿Qué fue lo que le pasó?! - el lobo lo volteó y abrazó, Jae se aferró a él y rompió en llanto, un llanto tan desgarrador que contagió a las omegas y al médico presente. - ¡Mi bebé! -

Afuera todos guardaron silencio, estaban presenciando los gritos y llantos dentro de la habitación.

Jaehwan cuando se enteró que no solo sería un bebé se había puesto tan feliz, dos tiernos cachorros a los cuales los esperaba con emoción y amor, pero ahora ni siquiera podía explicar ese sentimiento tan horrible al haber perdido a uno de sus hijos.

Ambos padres estaban devastados, era tan triste observar ambas cunitas y sólo un bebé moverse y llorar mientras el otro estaba inmóvil, frío. Sus ojitos no pudieron ver la llama de la vida, sus pulmones jamás supieron lo que era tomar aire, sus oídos jamás escucharán las palabras de amor que Jae y WonSik le dedicarían por toda la eternidad.

Aquella pequeña alma estaba entre la luz y la obscuridad, nadie lo protegería ni cuidaría, ¿lo volverían a ver?

A pesar del nacimiento con vida todos estaban de luto.

WonSik acostó a JaeHwan en la cama, luego de un largo rato en que lloró se quedó dormido en los brazos del licántropo.
Tomó en sus brazos al cachorro muerto y junto su mejilla con la más pequeña, luego le dio un beso en su naricita en forma de despedida.

R- Recuerda que mamá y papá, te amarán por siempre -