BRING HIM BACK ༄ MARVEL

•CAPÍTULO 9•

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•CAPÍTULO 9•

LA CARTA MISTERIOSA 

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Jean y Storm volvieron a mirarse entre sí, tras escuchar dicha afirmación.

—Hablaremos de esto con el profesor —dijo la peli blanca.

Se dio la vuelta y tomo el hombro de América para irse.

Salieron de las instalaciones sin decir nada y hasta que hubieran llegado a la mansión ninguna pronunció palabra alguna.

Estaban con la mente en mil cosas a la vez, mientras que la más joven se limitaba a encontrar alguna solución a lo que pasaba.

—América, ve a tus clases por favor —Storm habló mientras caminaba al despacho de Xavier.

Lo menos que ella quería era irse a sus clases después de algo así.

—Profesora, por favor, quiero ayudar —ella la siguió.

—Lamentablemente, creo yo, que ni nosotras podremos ayudarlos —suspiró—. Pero no es nuestra culpa.

América asintió, aunque se sentía aún algo culpable.

Storm dejo a la chica y decidió ir a hablar con el profesor. Golpeó dos veces la puerta antes de que esta se abriera y un estudiante saliera.

Él la saludo cordialmente y se fue, Storm entro al gran despacho cerrando la puerta detrás de si.

—Profesor, hay algo que me gustaría hablar con usted. Una información que los Vengadores nos dieron —murmura y deja el archivo frente a él en el escritorio.

—Dime Storm, ¿qué es esto? —preguntó poniendo atención en la profesora.

Ella se cruzó de brazos algo incómoda, sin saber muy bien por qué.

—Al parecer un archivo que ellos recuperaron de HYDRA. Esto podría explicar que los gemelos Maximoff en realidad no fueron alterados genéticamente, al menos no lo suficiente para los poderes que ellos parecen poseer ahora —explicó ella.

El profesor levantó las cejas no esperando eso, pero sin embargo pensó unos segundos en silencio su respuesta.

—Storm, ¿acaso estás tratando de decirme que los gemelos podrían ser mutantes? —preguntó y volvió a hablar antes que ella—. Déjame expresarme mejor, ¿hablas sobre ellos siendo mutantes verdaderos y no unos simples alterados? —ahora si formuló la pregunta que quería.

La profesora asintió, sin saber por qué Xavier negaba varias veces. Sin decir otra palabra rebusco en su cajón por algo que Storm no sabía de qué podría tratarse.

Tampoco fue que ella quisiera volver a decir algo. La verdad el tema ya le estaba resultando bastante pesado, como para querer decir algo que pudiera afectar las cosas.

Al parecer Charles había encontrado lo que tanto había buscado. Dejó el sobre color blanco frente al escritorio y suspiró antes de abrirlo. Volvió releer el contenido y luego se lo tendió a ella con la esperanza de que también leyera eso, pudiendo así comprender todo.

La boca de Storm se abrió al igual que sus ojos. Soltó la carta dejándola caer al suelo. La sorpresa en el rostro de ella, Xavier lo entendía completamente, ya había pasado por eso la primera vez que leyó esa carta.

—Por favor Charles. Dime que no es cierto lo que acabo de leer —murmura.

En profesor asistió. —Lo sé, es verdaderamente sorpresivo. Si Storm, eso es real. Él mismo lo escribió y entrego a mí, reconozco su caligrafía —explicó.

La profesora suspiró y decidió tomar asiento aún sin poder creer aquello. Su cabeza, si antes ya era un lio, ahora era incluso peor.

No sabía cómo reaccionar a eso, o qué haría ella ahora que sabía algo así de grande.

—¿Qué haremos? —preguntó en un murmuro como si temiese que alguien los escuchara.

—Bien, te diré que vamos a hacer... —murmuró planeando sus próximos movimientos.

[...]

Los ojos de Pietro se abrieron lentamente antes de volver a cerrarlos. La luz era incómoda a la vista.

Se sentó en la cama y observó como una esposa se encontraba agarrada a su muñeca, atándolo a la cama.

Rio por lo bajo, no podía creer que tratasen de aprisionarlo con eso.

—¡Chica! —gritó a la chica que estaba aún a su lado dormida.

Ella, a pesar de lo que había sucedido, no dejaría nunca a su hermano. Le ayudaría con todo lo que pudiese para que volviera a ser su Pietro.

—Hermano... —murmuro ya despierta y mirándolo, aunque sin acercarse. Le habían advertido que no lo hiciese.

Pietro al parecer supo que ella era hermana de él, decidió usar eso a su favor para tratar de librarse de allí.

—Lamento mi comportamiento de hace rato, bueno creo que fue hace rato. ¿Cuánto tiempo llevo dormido? —preguntó, aunque quiso decir otra cosa, pero no, debía ser bueno.

—Un par de horas. ¿Cómo te encuentras? ¿Puedes recordar? —murmura algo confundida.

Pietro decidió que necesitaba escapar y ella era la llave de su libertad.

No se iba a sentir culpable por usarla, no la recordaba, al menos eso creía, muy en el fondo había algún vago recuerdo de ellos juntos, pero ya no sentía la conexión con su hermana menor.

—Cada cosa, exactamente como tú, hermana —le sonríe algo fingido.

Wanda sonrió levemente, por fin había vuelto su Pietro, sin embargo, seguía desconfiando un poco y lo bien que hacía.

—¿Entonces...? —ella preguntó algo dudosa.

Este era el momento de librarse.

—¿Podrías quitarme esto? —le interrumpió algo ansioso.

Ella se mordió el labio inferior y quito un mechón de cabello que caía por su rostro. Miró instintivamente a la puerta con nerviosismo.

Tenía órdenes de no hablarle y mucho menos de liberarlo, pero ella quería confiar en su hermano, era su sangre y a la persona que más amaba en el mundo, le daría su vida de ser posible.

—No te dejan, ¿verdad? —suelta una risa.

—Es que... —comenzó a querer explicarse, pro él la interrumpió.

Conocía el por qué habían tomado aquella decisión y no los culpaba, aunque si pudiera volver en el tiempo lo volvería a hacer, sin dudarlo.

—Piensan que soy peligroso —dijo con una pequeña sonrisa de lado.

Ella asintió quedándose en silencio. Estaba feliz por volver a tener a su hermano, pero había algo que le impedía sentirse completamente aliviada.

Sabía que no seria el mismo.

¿Acaso eso sería un problema?

Pietro por su parte pensaba en como salir de ahí. Supo que debería volver a ganarse la confianza tanto de su hermana como la de los Vengadores.

Su hermana sería pan comido, pero quizá los Vengadores le dieran un poco más de problemas.

—¿Acaso no confías en mi? ¿Piensas que podría hacerte daño? —Pietro le habló a su hermana ocultando una pequeña sonrisa.