—Toma algo de esto y cuando te sientas mejor comes algo más sustancioso. Entonces descansa un poco. Vas a estar bien.

—¿Eres masajista y doctora? —pregunté sin poder evitarlo. Ella sacudió la cabeza riendo.

—Fui enfermera durante mucho tiempo. Y soy fisioterapeuta, no masajista... pero también doy masajes... así que supongo que sí soy una masajista después de todo. —Tomó un gran bolso que estaba a su lado y luego se dirigió a la puerta—. Bueno, ahora las dejamos.

—¿Ya se van?

—Sí, nos esperan en Blas.

Me puse de pie en un salto y todos me miraron con curiosidad. Blas está a veinte minutos del hospital donde habían internado a Levi y yo necesitaba verlo. Miré a mi tía, quien estaba de pie y lucía preocupada. Su mirada fue transformándose cuando entendió mi prisa. Quise llorar. No deseaba fallarle... no podía fallarle después de que hubiera confiado en mí, pero tampoco podía quedarme ahí sin saber nada de Levi.

—¿Sería mucha molestia pedirles un aventón? —cuestioné mirando de Janelle al hombre, quien suponía era su esposo.

—Por mí no hay problema —dijo ella.

—Sí, creo que tenemos lugar para una más.

Miré de nuevo hacia mi tía, quien me observaba con el ceño arrugado y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me acerqué a ella.

—Tía...

—Ve, Lucette —me interrumpió. Parecía decepcionada y a mí aquello me sentó como una patada.

—Solo veré cómo está y volveré para mañana, ¿sí? Solo... —Quiero saber que está bien—. Será rápido —prometí. La mujer que tanto quería y admiraba bajó la vista y asintió.

—Confío en que no me vas a fallar —dijo. Clavó sus ojos en mí y sonrió apenada—. Ve, muñeca. Nos vemos mañana.

Diez minutos después nos hallábamos en camino sobre la carretera. Todo alrededor estaba oscuro. El trayecto pasó casi en silencio. Janelle cayó dormida y el hombre —quien se presentó como Derek— me hizo preguntas que yo respondía nerviosa al encontrarme con sus ojos por el retrovisor.

Me sorprendí cuando llegamos a Blas y no nos detuvimos. Derek me informó que no pensaba dejarme sola en la calle a esas horas de la noche, así que me llevaba directo hacia el hospital.

—No es necesario —dije sintiéndome culpable por desviarlos de su camino. Él solo se encogió de hombros.

—No es ninguna molestia. —Sonreí agradecida y asentí—. Si cuando llegas no te dejan pasar a ver a tu novio, pregunta por Sam. Samantha Ferrati. Cuéntale lo que está pasando y dile que Derek pide su ayuda. Ella lo entenderá —finalizó. Me guiñó un ojo por el espejo retrovisor y asentí una vez más. Al final había obtenido más ayuda de la esperada.

Media hora después entraba por las puertas del edificio donde Levi estaba, y Derek y Janelle se alejaban en su vehículo. No había muchas personas en la sala de espera, así que me dirigí a recepción y pregunté dónde estaba Levi Madsen.

—No son horas de visita, querida —me dijo la mujer a cargo.

—Lo sé, pero solo quiero saber el número de su habitación.

Una enfermera llegó entonces, le entregó unas hojas y yo le di un rápido vistazo por el rabillo del ojo. En su gafete podía leerse «Samantha F.».

Cuando ella comenzó a alejarse, agradecí a la otra mujer y fui a interceptarla.

—¿Sam?

La mujer se giró a verme con curiosidad y sonrió.

—¿Puedo ayudarte? —quiso saber. Tenía una voz muy dulce y tranquila. Sonreía, pero sus ojos parecían tristes.

—Sí, yo... Derek me dijo que podías ayudarme.

Aquello captó toda su atención.

—¿Derek te envió? —Yo asentí—. ¿Qué puedo hacer por ti?

—Bueno, verás... Mi novio está aquí ahora.

Comencé a contarle un resumen de la historia y Sam escuchó con atención. De vez en cuando jugaba con un colgante que descansaba en su pecho. Para cuando terminé de hablarle acerca de Levi, ella ya se alejaba con dirección a recepción para conseguir su información.

—Madsen Coleman, cuarto 318 —dijo al regresar—. Ven, te acompaño para que no tengas problemas.

Comenzamos a caminar por el pasillo, utilizamos un elevador, llegamos al tercer piso y nos sorprendimos al ver que en esa área había más movimiento.

—Habitación 318 —dijo un doctor a una enfermera pasando por nuestro lado. Y solo me tomó dos segundos darme cuenta de que hablaban de la habitación de Levi—.Necesitaremos el desfibrilador.


*Huye de nuevo*

Instagram: cmstrongville
Twitter: cmstrongville
Grupo en fb: Leyendo a Cee
  

Siempre has sido tú ✔ (EN LIBRERÍAS)Where stories live. Discover now