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Canción: Skin - Rihanna.
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Esta escena es un complemento del capítulo 32 de esta historia. Si no les gustan las escenas sexuales explícitas, les recomiendo que mejor la ignoren. No contiene información trascendental para la historia ♥
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—Ay, Lucette, Lucette. ¿Qué voy a hacer contigo, pequeña provocadora? —cuestionó Levi besando el cuello de su novia. La piel de la chica se erizó en respuesta ante el toque de sus labios húmedos y giró entre sus brazos para verlo a los ojos.

—Sólo quiéreme —susurró antes de ponerse en puntillas y besarlo.

Sus labios se juntaron con suavidad, como siempre eran los besos entre ellos dos. Acariciaron sus bocas, se saborearon y el calor comenzó a aumentar cuando Levi introdujo su lengua en la boca de ella, despacio y sin prisa. Lucette gimió cuando las grandes manos del muchacho bajaron hasta ahuecar su culo y apretarlo

Él la atrajo más a su cuerpo y ella suspiró al sentirlo duro y cálido contra la pelvis. Estaba más que preparado y ansioso por seguir con aquel acto que ella no había llevado a cabo antes de él. Solo con él había desarrollado aquel acto tan íntimo y carnal; solo con Levi había tenido la confianza para dejarse llevar.

El muchacho gimió al sentir los labios de ella bajar por su barbilla y su cuello hasta llegar a su pecho. Sentía su boca húmeda y caliente repartirle besos por el torso aumentándole la libido y cerró los ojos con fuerza al sentir su pequeña mano acariciarle el miembro erecto con suavidad. Lucette siempre le había atraído, y ahora que podía disfrutar de su cuerpo con libertad se consideraba afortunado.

Ella continuó bajando, repartiendo besos por el torso del chico, a quien se le estaba dificultando respirar cada vez más. Mordió ligeramente uno de sus pezones y él se sacudió en respuesta. Le raspó despacio con los dientes sobre las costillas, al lado del ombligo, sobre esa franja de vello que llevaba a su pene gloriosamente erecto. Levi gimió al sentir su aliento sobre su cadera. Cuando sintió ambas manos de la chica posarse sobre sus muslos tensos, abrió los ojos y la miró arrodillada frente a él. Y verla así con las mejillas arreboladas y los ojos encendidos con deseo, tan dulce, tan inocente, tan seductora, hizo que todos sus pensamientos se arremolinaran en una mezcla sin sentido.

Lo único en lo que podía concentrarse era en lo mucho que la deseaba, lo mucho que quería enterrarse dentro de ella y darle placer. El miembro le palpitaba con deseo y cada uno de sus músculos estaba tenso en espera de su siguiente movimiento. Sus grandes ojos oscuros estudiaron su semblante dominado por la lujuria y Lucette dejó escapar un aliento tembloroso. Estaba nerviosa... y entusiasmada.

Siempre había imaginado que el sexo sería un acto sobrevalorado, para nada tan deslumbrante como solía pintarse, pero al experimentarlo con Levi por primera vez se dio cuenta de lo equivocada que había estado. Él se había asegurado de darle tanto placer como pudiera antes de arrebatarle su virginidad y a Lucette le había encantado cada segundo de aquello. Recordando la noche anterior, fue subiendo las manos que tenía sobre los muslos de su novio hasta llegar al borde de su calzoncillo y tiró de él para exponer su pene endurecido. Levi tenía la respiración acelerada y las manos en puños apretados cuando ella, sin despegar su mirada de la suya, se llevó la cabeza de su miembro a la boca.

Era la primera vez que hacía aquello y a Lucette el sabor no le desagradó. De hecho, al escuchar el gemido torturado de Levi, sintió que se le espesaba la sangre. Aquel crudo sonido lleno de deleite la motivó a tratar de abarcar toda su longitud y a acariciarlo con firmeza en un rítmico movimiento de arriba abajo. Podía saborear el líquido preseminal que iba soltando en su lengua y con cada apretón de su mano sobre su miembro notaba que él se iba excitando más y más.

Siempre has sido tú ✔ (EN LIBRERÍAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora